Auditórium

Guaidó: ¡De lo sublime a lo ridículo, solo hay un paso!

"El 12 de octubre de 1936 se produjo en la Universidad de Salamanca el incidente que dio origen a la expresión «Venceréis pero no convenceréis». Ese año coincidía con la apertura del año académico. Para ello se celebró un acto en la universidad que contó con la presencia de ilustres personalidades. El rector de la universidad era Miguel de Unamuno y éste debía cerrar el acto tras las diferentes intervenciones. Esperaba paciente su turno de intervención, pero hubo una que le molestó de manera especial y ésta fue la realizada por José Millán-Astray, fundador de la Legión Española, que gritó consignas que irritaron al anciano catedrático. Cuando llegó el momento de la intervención de Unamuno sus palabras fueron las siguientes: ¡Éste es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho".

Como es de imaginar, los presentes en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, que en su mayoría eran falangistas uniformados, entraron en cólera, insultando a Unamuno e intentando agredirle.

El escritor y filósofo se salvó de ser linchado por aquella multitud descontrolada de irracionales falangistas gracias a la rápida y oportuna intervención de Carmen Polo, esposa del general Franco, quien se agarró del brazo de Unamuno y lo acompañó hasta la puerta de su casa. Ese mismo día llegó una orden de arresto domiciliario y pocos días después Miguel de Unamuno era cesado como rector de la Universidad de Salamanca por orden del propio Francisco Franco. A partir del incidente universitario, la expresión ‘Venceréis pero no convenceréis’ se convirtió en todo un lema para el bando republicano. Unamuno falleció el 31 de diciembre de ese mismo año de forma súbita mientras seguía arrestado en su domicilio". Fin de la cita.

La frase atribuida a Napoleón. Según cuenta la historia, tras el revés de la invasión rusa, cuando el ejército francés regresó derrotado a través de la helada estepa siberiana, con miles de soldados heridos, enfermos, desnutridos, desmoralizados, el emperador, a sabiendas y sabedor del ambiente hostil que se había generado contra él en Francia, donde pedían su abdicación, tiró al abandonó a sus tropas, y apresuró su regreso a París.

Donde, el ambiente político y social allí no le favorecía, debido a la estruendosa derrota recibida, de los 500.000 hombres aproximadamente con los que inició esa campaña militar, apenas regresaron unos 100.000. Pues, tras esa fracasada invasión propiciada por ese genio militar, triunfador en Marengo, y Austerlitz; el hombre que había volteado la faceta de casi todo un continente, donde era idolatrado como la máxima figura, mas sublime de Francia, toda Europa, y el mundo entero, pasaba a ser en el imaginario popular, como la figura de un hombre derrotado, abatido, humillado: "un ridículo enano ambicioso y cruel"… Poco después, en una carta confidencial al embajador de Varsovia, el emperador dejaba con la celebre frase de marras, la constancia de su dramático fracaso: "De lo sublime a lo ridículo solo hay un paso". Fin de la cita.

El ‘interino’ Juan Guaidó, copió o pasó a ser como el caballo, o como el asno, sin un razonamiento político coherente, perdiendo la cordura, y tener que ser sujetado con cabestro y con freno, porque si no, la quimera de diputados de la extinta Asamblea Nacional que feneció el 4 de enero del 2021, ya no se le acercaran mas, por lo descabritado que quedó, es lo que se dice de la terquedad de un político en términos bíblicos. Cuando el trabajo que le encomendaron sus seguidores el 23 de enero de 2019, para hacerlo en un mes, lo desperdicio en 2 años, quedando este 5 de enero del 2021, como la guayabera por fuera, de la escena política, pero forrado en dólares para la eternidad. Actitud está que por antonomasia ha caracterizado a politiqueros farsantes, y ego centristas, que en el ocaso de sus mandatos incurren en una serie de desaciertos, y exabruptos que los sepultan. Bien lo dijo muy sabiamente Napoleón Bonaparte: "De lo sublime a lo ridículo, solo hay un paso".

Venezuela en estas dos últimas décadas del siglo XXI, no ha escapado de esta paranoia, y exhibiciones de autoritarismo, soberbia, y totalitarismo, al más alto nivel. En estos primeros días de enero del 2021, el interino del palacio de las tinieblas se ha dedicado a sembrar una especie de "minas sin detonar" en las conciencias ciudadanas, que comprometen el normal reagrupamiento de las organizaciones políticas venezolanas, con la finalidad de ver como se resuelve esta crueldad social, económica, y política que vive la Republica..

A una velocidad inusual, esta vez no a paso de morrocoy, el órgano interino sigue entregando personerías jurídicas fantasiosas a aliados desubicados, creó un mamotreto jurídico fantasmagórico de Asamblea Nacional 2021-2022 que debe revisarse donde sesionará; aprueba normas legislativas locas que idiotizan las relaciones en detrimento de los partidos políticos opositores nacionales.

Los decretos ejecutivos que emite sus devaluadas actuaciones se aprueban desconociendo el principio de las reservas legales, incluso violando normas constitucionales, que regulan la materia de sus decretos que nadie le para bolas.

En mi humilde opinión, una vez celebradas su consulta del 7 al 12 de diciembre del 2020, el presidente Nicolás Maduro sigue en Miraflores firmando decretos que comprometiendo las finanzas públicas, y la vida jurídica institucional, y normal de la administración pública. Juan Guaidó como ‘presidente interino auto juramentado’, demostró con su ineptitud, y así quedó demostrado, de no ser garante de una transición ordenada, y basada en una rendición de cuentas, real y no maquillada, como aquel presumido mandato del 23 de enero del 2019, donde le dieron un mes, y se echó dos años saliendo con las tablas en la cabeza, Y Maduro sigue en Miraflores vivito y coleando.

Estos son algunos de los temas que le sugerimos a los partidos políticos venezolanos, no falsarios alacraneados, y prostituidos, que tomen en cuenta, como parte de una propuesta de un proyecto de reconstrucción nacional.

Y ahora, uno recuerda a ese llamado presidente interino Juan Guaidó que pedía la dimisión de un Maduro disminuido, a la que calificaba de "usurpador", por "humillar" a una nación tras haber destruido su infraestructura publica, y privada, argumentando con tono desentonado que quería ser sublime, y que: "en este país te puedes morir si te enfermas de mengua, nuestros ancianos por falta de medicamentos y atención medica están cayendo como moscas, las últimas palabras que le escuché eran en media lengua". Ridículo. Y ahora, uno oye al inefable, ‘presidente interino’, argumentando a propósito de la llamada ley ‘anti peo’, con tono que quiere ser sublime, que las sanciones no es un debate: "porque existen normalmente bodegones, gasolina dolarizada, y camionetas Toyota importadas 2020, cuyas sanciones, son una mentira".

Ridículo. Y ahora sin considerar que su nuevo mamotreto de Asamblea Nacional 2021-2022, invertirá los valores de nuestra sociedad, y nuestra constitución, pues convertirá al estado en una máquina de matar, y a los diputados fantasmas en verdugos cómplices que prostituirán aun mas a Venezuela. ¡Y se quedará ponchado!, apelar a parlamentarios con chapas vencidas, que apoyen a la susodicha asamblea, con un tono que suena a una soberana estupidez, quien quiere continuar siendo misericordioso, y sublime, los que nos queda decirle con un: "¡Que Dios lo perdone!". Patético luce Guaidó, a estas alturas del juego.

Sí, patético. Cuando se trata del tema de su efímero interinato, pero no de su muerte política en abstracto, sino de la muerte del que clama, alivio de unos males que no cesan, insoportables, sin futuro, que el con su ineptitud contribuyó a que se agravaran. Patético, cuando se refiere a un gobierno (Iris Varela en la AN) que pretende regular el derecho a la propiedad, y a la nacionalidad, con dolor, y sufrimiento, con indignidad, cuando ya el gobierno no puede prestar otro consuelo, con todas las garantías constitucionales, éticas y legales, salvaguardando la razón del pueblo venezolano, de posibles intereses comunales-revolucionarios espurios, ya sean políticos, mafiosos, económicos…Sí, patético, grotesco, ridículo. Algo tan serio, tan profundamente inhumano, con inmisericordias, lo que vimos en el acto de juramentación de parlamentarios, y directivos de la Asamblea Nacional este 5E 2021, en el Palacio Federal Legislativo en Caracas-Venezuela. Los venezolanos no se merecen este trato, mal edulcorado, farisaico, demagógico, populista, infame, incluso, cuando *legítimamente* no se esté de acuerdo.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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