Esto lo viví en la invasión de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre de 1989

La insistencia en este tema se debe a que la historia no puede ni debe ser olvidada, y Venezuela esta sufriendo un asedio por parte de los EE. UU que puede terminar en lo mismo, antes o después del 10 de enero del 2019.

Primero quiero aclarar que todos los panameños que nacieron antes del 20 de diciembre de 1989 somos sobrevivientes a una guerra. El 20 de diciembre de 1989 los canales de televisión panameños no tenían señal, solo se veía el canal 8 en ingles de los gringos, y solo salía la cara del presidente de Estados Unidos George Buch diciendo "Just Cause" en español "causa justa". Nosotros éramos una familia de 6 hermanos, yo era la mayor, la invasión fue un miércoles y mi papá había viajado a la provincia de Veraguas por motivos de trabajo, por lo que estábamos en la casa solo en compañía de mi mamá. El puente de las Américas había sido tomado por el ejército del Comando Sur de Estados Unidos y era imposible el regreso de mi papá, nadie podía pasar y el país quedó terriblemente incomunicado cuando Estados Unidos también cortó las líneas telefónicas en todo el país. Mi mamá puso todos los colchones de las camas en el medio de la sala de la casa y todos tuvimos que dormir alertas escuchando los bombardeos que pasaban sobre la casa, pues, el cuartel de Tinajita estaba cerca, solo nos dividía una pequeña montaña.

Los gringos lanzaron una luz de bengala que iluminaba diez veces más que una véngala normal, y se mantenía casi 2 horas flotando en el aire. Nuestro vecino nos reunió y nos dijo que se creía que el general Manuel Antonio Noriega estaba en el cuartel de Tinajita y por eso los gringos mantenían intensos ataques en esa área, todos los vecinos sentimos que lo estaba pasando en nuestro país no estaba bien, y conseguimos cientos de machetes que fueron distribuidos a todos los vecinos para defendernos en caso de un ataque de los gringos. En la casa no había comida porque estaba lejos la quincena, estábamos esperando a mi papá y era incierta su llegada porque el Puente de las Américas estaba cerrado, así que frente al desespero de la familia mi mamá fue con unas vecinas a buscar comida donde pudiera, pero todos los locales estaban cerrados. Mi mamá y unas vecinas que tenían también varios hijos decidieron aprovechar un saqueo que había en una galera o distribuidora del barrio del Crisol, y lograron conseguir unas barras de queso solamente.

Mis hermanos y yo solo comimos queso desde el 20 de diciembre hasta el día 1 de enero de 1990 cuando el chino que tenía un super en la comunidad decidió abrir voluntariamente su local para evitar que la puerta de la entrada fuera vandalizada. El chino abrió su local a las 8:00 de la mañana del 1 de enero frente a una multitud de vecinos desesperados que no tenían comida. No sé qué habrá sido de ese chino ahora con los años, pero gracias a su buen corazón más de 100 familias pudimos alimentarnos, la verdad es que comer sardina con arroz fue una bendición, mis hermanitos llevaron unas latitas de leche ideal. La radio Nacional había sido bombardeada por los gringos cuando su locutor denunciaba la invasión y decía que todos los panameños estábamos obligados a defender la patria y tomar las armas contra el ejército invasor, solo escuchamos en el pequeño radio cuando le enviaron un mortero, o quien sabe que artefacto explosivo, estos periodistas murieron con las botas puestas y lo escuchamos en un radio pequeño que consiguió mi hermanito, y a partir de ese momento fue interrumpida la señal. Mis hermanitos pusieron un alambre en el techo de la casa y lograron la señal de Radio Caracol de Colombia que hablaba sobre la invasión a Panamá, decía que estábamos siendo bombardeados y que los gringos estaban tratando de capturar al general Noriega.

En las noches escuchábamos el sonido de las ametralladoras en Tinajita de soldados panameños contra el ataque de unos helicópteros Apaches y aviones de Estados Unidos que disparaban contra el cuartel. Los vecinos hacíamos reunión en la noche el 20 de diciembre y estábamos todos dispuestos a tomar las armas contra los invasores, pero solo teníamos machetes, así que literalmente podemos decir que este grupo de panameños en el barrio del Crisol de Panamá tomamos los machetes contra el ejército más poderoso del mundo. Hoy ya soy una madre de familia con hijos, y recuerdo ese momento con mucho dolor, se que hay aun miles de madres que perdieron a sus hijos, hermanos, tíos, padres en esta invasión, por lo que les brindo mi solidaridad y apoyo. Pienso que desde el 20 de diciembre de 1989 hasta hoy hemos tenido que soportar gobiernos corruptos, que se han vendido a los intereses de Estados Unidos y al banco Mundial que privatizó nuestras principales instituciones de servicio social como telefónica, eléctrica, puerto de contenedores, líneas aéreas, azucareras, cemento y muchas más; además de que la pobreza y el desempleo han aumentado.



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Gilberto José Meza Díaz

Administrador y periodista.

 gilberto.diaz.meza@gmail.com

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