El imperio: titán fuera del Tártaro

En esta tierra muchos seres se consideran titanes, descendientes puros de Plutón y herederos del Olimpo, quizás, algunos sin saberlo y otros con conocimiento de sobra. El Tártaro, según la mitología griega, es una parte del mundo de los muertos, cuya descripción hace Virgilio en su libro La Eneida. El Tártaro es un lugar, donde llegan los usurpadores y desobedientes de las leyes al morir. Es un lugar tenebroso, profundo y sórdido, en esta región, moran los titanes, ellos fueron condenados a vivir allí por Júpiter pues estos quisieron sustituirlo y convertirse en dioses del Olimpo. Algunos de esos titanes se escaparon y reencarnaron en seres de carne y huesos, pero como los muertos sin corazón, y con arma en ristre, y otros reencarnados en seres hiperreales con armas más sutiles, como la propaganda, que desde una pantalla son capaces de salvar al mundo de todo tipo de males, menos de la miseria, porque la miseria y la maldad son características de su propia naturaleza

Los escapados del Tártaro, han dejado su huella de miseria y muerte sobre el planeta, se consideran dioses y bajo esa concepción han plagado al mundo de miseria y destrucción. La culta Europa, como decía Andrés Bello, exportadora de titanes por el mundo, amarró a sus naves la explotación y el saqueo, creyéndose heredera de las conquistas romanas, convirtió al mundo en un caos para filtrar sus garras y llenar sus arcas. Mafiosos, ladrones y asesinos surcaron mares, amasaron fortunas saqueando pueblos y bebiéndose la sangre de sus habitantes.

Esclavizar a los hombres y las mujeres, expoliar las riquezas de los pueblos son sus principios básicos. Con esa concepción de creerse dueños de todo el mundo, llegó España a América del Sur, Inglaterra a América del Norte, a la India, a Australia, y junto a los franceses a África y a buena parte del medio Oriente.

En la literatura mundial hay testimonios de matanzas a pueblos enteros para arrebatarle sus tierras, el caso de América del Norte donde los ingleses e irlandeses acabaron con toda la población autóctona. En América del Sur, los españoles exterminaron más de setenta millones de habitantes durante el proceso de conquista y colonización, sin incluir los que después de la independencia ocurrieron en estas tierras. En Australia, dice Mark Twain, Inglaterra acabó con buena parte de sus compatriotas pobres y toda la población negra de ese continente oceánico. En la crónica " Colonizando a Oceanía" Mark Twain cuenta: "El capitán Cook descubrió a Australia en 1770, y dieciocho años después el gobierno inglés comenzó a deportar allí criminales y convictos … en aquellos tiempos la ley inglesa tenía el corazón duro…cincuenta y tres años más tarde Nueva Gales del Sur recibió ochenta y tres mil convictos….El hombre Blanco conocía métodos para reducir la población indígena…" Eran tan rudos y criminales los métodos, que utilizó el reino inglés para exterminar la población autóctona de Australia, que el mismo Mark Twain alaba la forma de exterminio sutil que utilizó uno de los colonos, el cual invitó a comer, una noche buena de año nuevo, a una aldea de nativos, y los agasajó brindándoles Pudding de arsénico y azúcar.

Otro ejemplo, en la India sus crímenes son incontables, no sólo acabaron con parte de la población, sino que su maldad llevó a la destrucción cultural y al saqueo de sus riquezas y el robo a sus museos.

Es decir, si a Inglaterra y a sus reyes corruptos, ladrones y criminales se le aplicara ley, no alcanzarían los 2020 años de era cristiana para que paguen por sus crímenes a la humanidad. Igualmente actúan sus herederos, vampiros del norte de América. Claro, en América afilaron sus colmillos. Adalberto Pérez en su libro Las mentiras del Tío Sam o los mitos del imperio dice: "La esclavitud en Estados Unidos comenzó tan pronto los primeros europeos se asentaron en territorio americano…Los documentos históricos demuestran que a partir de 1810 los sagaces dirigentes anglosajones se pasaban inventando castigos crueles para someter a los negros y aplicarlos públicamente para intimidarlos…".

Los estadounidenses consideran a George Washington un paladín de la libertad, pero no fue más que un esclavista. Según Adalberto Pérez: los testimonios indican que Washington se negó a que los negros participaran en la guerra de independencia, porque después reclamarían su libertad.

Digamos entonces que la oligarquía inglesa y estadounidense, son caimanes de un mismo pozo, de ellos no hay que esperar nada bueno, eso hay que tenerlo bien presente y agradecer todos los días a nuestro Libertador Simón Bolívar que desde bien temprano visualizó las intenciones inglesas por comprar al reino español y apoderarse de nuestras tierras, y a Hugo Chávez por despertarnos, oxigenar la Historia y hacernos entender que somos libres.

Que el sacrificio de nuestros libertadores no haya sido en vano. ¡SOMOS LIBRES, SOBERANOS Y MUY INTELIGENTES PARA GOBERNARNOS! ¡VENEZUELA ES ÚNICA!

Hoy es un momento de pelea, la opción en estos momentos es democrática a través del voto, aprovechemos para fortalecer la conciencia y la independencia. A la Asamblea Nacional hay que llevar a los (as) mejores patriotas, revolucionarios y bolivarianos de nuestra tierra.

¡VIVA LA PATRIA!

 

delvalleserpa@yahoo.es

 

Pérez, Adalberto.2008 Las mentiras del Tío Sam o los mitos del imperio. Fundación Editorial el perro y la rana. Ministerio de la Cultura. Caracas. Venezuela

Twain Mark. 2003. Crónicas de su época. Fondo Editorial del ALBA. La Habana. Cuba.



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