Crítica ácida

Autocrítica política pacífica

"Debemos ser autocríticos, estamos fallando gravemente en la comunicación, en informar al pueblo de los esfuerzos. Debemos convertir la agenda comunal, la cartografía, las misiones, explicar el carnet de la patria, etc, en agenda principal", palabras de Nicolás Maduro Moros, volcando su experiencia sindical, diplomática y de Jefe de Estado. Acto televisado en el cual comparó la atención que brinda el Estado venezolano, con la indiferencia del Gobierno colombiano, particularmente en estos momentos duros de pandemia.

Hago observaciones de buena fe al gobierno del ciudadano presidente Maduro Moros, sin restarle razón a su amor socialista sólido, producto de la veteranía alcanzada en la pasión política iniciada en el liceo. No fue por casualidad, sino por el conocimiento demostrado acerca de sus semejantes, que el gigante Comandante Chávez no dudó en designarlo su sucesor, para conservar el legado, junto al morral que guarda su hermano Adán y la lealtad a toda prueba de su subalterno Diosdado, solicitando para ellos y de todo revolucionario o revolucionaria "unión, lucha, batalla y victoria".

Se me hace cuesta arriba creer que en el fondo de la habilidad de cada opositor, quienes descalifican la política de auxilio a compatriotas que se fueron jurando que conseguirían mejor status de vida apenas pisaran otros lares, puedan convencer a alguien. Maduro en su indignación con la hipocresía oligarca colombiana afirmó, "Ustedes creen que en un barrio de Colombia alguien va a ir a ayudarlos y les van a tender la mano", y se respondió afirmando acertadamente "los dejan morir!"

Exhorto de manera insistente a aquellos que desde el campo oficial hacen su trabajo y en la oposición argumentan su derecho a adversar al gobierno, a que en conciencia plena y sin prestarse a la adulancia abandonen el inútil lenguaje procaz. La excelente idea en cada noche "Cadena de Oración" por televisión, la percibo en ocasiones cargada de adulancia hacia el Presidente. Observo que no han sabido canalizar oficialmente el mensaje de sacerdotes, pastores, etc. Es "cadena de oración" por la salud y la paz mundial, no es cadena de exaltación al trabajo presidencial, así sea exitoso lo que observamos en el combate a la pandemia en Venezuela, tierra en la que amamos la paz y las elecciones, entre críticas y autocríticas.

Un mensaje de todo corazón al que me uno, realizó el Jefe del Estado nuestro al de la hermana bolivariana Colombia diciendo, "Al gobierno de Iván Duque que alega no tener recursos para ayudar a los venezolanos, no hagan de eso un negocio tras otro", Maduro habló de nuevo sobre su solicitud de dinero a la comunidad internacional en medio del ahogo financiero y el bloqueo. Es evidente que para tal fin en Colombia se pasan de vivos en complicidad con venezolanos que han prometido ayudar a los "aventados por la dictadura de Maduro", y no lo hacen.

El Canciller Jorge Arreaza lamentó "se vuelva a utilizar la migración venezolana para otra rebatiña por recursos" agregando que la verdadera necesidad de fondos debería ir a la repatriación y reinserción de quienes regresan por millares, al mismo tiempo nuestro Ministro del Exterior realizó una vez más una interrogante que no ha tenido respuesta del Presidente Duque, ni de de los pillos aprovechadores extranjeros y venezolanos, ¿dónde se queda ese dinero?



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Luis Sánchez Ibarra


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