Desde que apareció el chavismo en el firmamento político venezolano y comenzó a ganar elecciones, más por la participación del pueblo que por trampa alguna, comenzó la desconfianza de los políticos y dirigentes de los partidos de oposición que lo enfrentaban. Desde entonces las fricciones entre ellos son notorias hasta el día de hoy, cuando se exige la conformación de un organismo electoral "presentable y creíble".
En efecto, se supone que la conformación de la nueva directiva es porque desde la oposición se llegó a pensar que la saliente hacia trampas, cuando se dieron cuenta que no podían ganar con votos, porque su poder de convocatoria fue disminuyendo al paso del tiempo o porque llamaban a la abstención. Ahora, cuando se produce la renovación, salen los mismos líderes de siempre a cuestionar el nombramiento de la nueva directiva y amenazan con no participar en los comicios parlamentarios. Esto atiende a la influencia de la grosera intromisión de los Estados Unidos y por quienes se dieron cuenta que tener o no un CNE da lo mismo, después de acostumbrarse a las acciones gansteriles de gobiernos autoaclamados. A través de esta figura se puede seguir robando y haciendo negocios que perjudican al país y seguir siendo gobierno sin CNE.
Asimismo, se supone ante todo, que la confianza debe prevalecer al momento de elegir cualquier directiva del CNE; sin esta es imposible concluir el proceso y se seguirá en el mismo escarceo ideológico. Sin embargo, desde un ala opositora, la que ha disfrutado de una presidencia autoaclamada y de paso ha recogido frutos impregnados de corrupción, la que ha tratado de mantener un paralelismo institucional con las instituciones del gobierno legitimo, precisamente para seguir usufructuando ese poder abstracto, pero con dividendos concretos, piensa seguir en la misma onda y desde su parte de AN, la fraccionada, quieren seguir confrontando al gobierno nacional y se observa que no están interesados en una directiva del CNE, si ya han "gobernado" con solo auto aclamarse. A ellos les da igual si existe o no el CNE. Se sienten apoyados desde el norte.
Desde otra ala opositora, la oposición es el ave más extraña de este mundo, tiene muchas alas, un grupo de opositores que han dialogado con el gobierno parece confiar en la directiva que pueda ser elegida, pero que es visto con desconfianza por los otros opositores, casi como vendidos al gobierno. Al contrario, se observa como gente interesada en que definitivamente en Venezuela haya paz.
El caso es que ayer fue juramentada la nueva directiva del CNE y no tardaron en salir los opositores a mostrar su desacuerdo con la nueva directiva del CNE, nombrada por el TSJ. Siempre son los mismos y en el fondo de todo, ni como parcialidades, ni como un todo están en capacidad de derrotar al gobierno en la actualidad. Ya apelaron a la ilegalidad de la nueva directiva, la rechazan y la desconocen por lo que no se someterán a sus decisiones. Guindando de un ala a punto de caer, en sus últimos escarceos, aparece Ramos Allup, Delsa Solórzano, Freddy Guevara y Juan Guaidó, amenazando y desconociendo a la recién nombrada directiva.
¿Habrá necesidad de hacerles trampas a estos personajes si se lanzaran como candidatos en cualquier elección? ¿Es que acaso, ya se creen ganadores en las próximas elecciones parlamentarias? ¿Por qué será que quienes siempre presionan y muestran contradicción con la institución electoral son siempre candidatos sin arraigo en la población; o son políticos pasados de moda o candidatos que saben que no ganarán pero que se comportan como si ellos van a ser los ganadores del voto popular y temen ser despojados por las autoridades responsables de garantizar la transparencia del proceso?
Por eso es que digo, que sería increíble que la oposición diga en estos momentos que el nuevo CNE es creíble. Esto se sabía. ¿Y ahora?
