190 Años del asesinato de nuestro Antonio José de Sucre

"Sucre es caballero en todo; es la cabeza mejor organizada de Colombia; es metódico; capaz de las más altas concepciones; es el mejor general de la República, y el primer hombre de Estado. Sus ideas son excelentes y fijas; su moralidad ejemplar; grande y fuerte su alma…"

Simón Bolívar en El Diario de Bucaramangua de Luis Perú de Lacroix

La quietud de la mañana de las montañas de Berruecos, sitio de Los Robles en la Vuelta de la Jacoba, el 4 de junio de 1830 es interrumpida por los disparos que caen sobre el General Antonio José de Sucre, Mariscal de Ayacucho, quien regresa de Bogotá a Quito. Al llegar al sitio referido Sucre escucha el grito "General Sucre" que sale de entre el follaje que bordea el camino y a continuación la infame descarga de los fusiles, dos balas rozan su cabeza y otra penetra su corazón. Se le escucha al brillante independentista exclamar "Ay balazo". Sucre viaja por estas tierras sin escolta, acompañado por algunos ciudadanos. En las investigaciones correspondientes se determinó que los culpables materiales de este, el primer magnicidio del continente americano, fueron el Coronel Apolinar Morillo, Andrés Rodríguez, Juan Cuzco y Juan Gregorio Sarria, coordinados por José Erazo. Las sospechas de la autoría intelectual del asesinato recayeron sobre las figuras de José María Obando (Comandante Militar de las provincias del sur), José Hilario López (Gobernador en Neiva) y Juan José Flores (quien separó Ecuador de Colombia). Se incluye además como sospechoso, al General Isidoro Barriga, asistente de Flores; quien posteriormente contrajo nupcias con la viuda de Sucre. El levantamiento del cuerpo lo hace el médico de origen inglés Alejandro Floot y su entierro en el sitio de la Capilla de la Venta Quemada la efectúa Domingo Martínez.

Simón Bolívar, padre de la patria recibe la infausta noticia del asesinato de Sucre una noche de julio de 1830 en Cartagena. El Libertador exclama : "¡Imposible!, ese es el crimen de Caín, que vuelve a matar a Abel". En ese terrible abatimiento, Bolívar rememora las últimas comunicaciones sostenidas entre él y Sucre: del Mariscal recibió esta carta, presumiblemente escrita en los primeros días de mayo de 1830:

"Cuando he ido a su casa para acompañarlo, ya se había marchado. Acaso esto es un bien, pues me he evitado el dolor de la más penosa despedida. Ahora mismo, comprimido el corazón, no sé qué decir a usted. Más no son palabras las que puedan fácilmente explicar los sentimientos de mi alma respecto a usted; usted los conoce, pues me conoce desde hace mucho tiempo, y sabe que no es su poder, sino su amistad lo que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo de que usted me conservará siempre el afecto que me ha dispensado. Sabré en todas las circunstancias merecerlo. Adiós, mi querido general: reciba usted por gaje de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de usted. Sea feliz en todas partes y en todas partes cuente con los servicios y con la gratitud de su más fiel y apasionado amigo».

Bolívar responde desde Turbaco al norte de Colombia el 26 de mayo de 1830:

"Mi querido general y buen amigo: La apreciable carta de Vd. sin fecha, en que Vd. se despide de mí, me ha llenado de ternura, y si a Vd. le costaba pena escribírmela, ¿qué diré yo?, ¡yo que no tan sólo me separo de mi amigo sino de mi patria! Dice Vd. bien, las palabras explican mal los sentimientos del corazón en circunstancias como éstas; perdone Vd., pues, las faltas de ellas y admita Vd. mis más sinceros votos por su prosperidad y por su dicha. Yo me olvidaré de Vd. cuando los amantes de la gloria se olviden de Pichincha y de Ayacucho Vd. se complacerá al saber que desde Bogotá hasta aquí he recibido mil testimonios de parte de los pueblos. Este departamento se ha distinguido muy particularmente. El general Montilla se ha portado como un caballero completo. Saludo cariñosamente a la señora de Vd. y protesto a Vd. que nada es más sincero que el afecto con que me repito de Vd., mi querido amigo, su Bolívar".

El año de 1830 fue fatal para la unidad de Colombia. Hubo intentos por mantenerla, por ello el 20 de enero se instala el "Congreso Admirable" para resolver la crisis. Ese Congreso fue presidido por Sucre a quien igualmente se le propuso como Presidente de Colombia, pero dadas sus conviciones, pensaba en retirarse de la vida pública, entre otras cosas consideraba culminada su labor a favor de la independencia de Colombia y deseaba continuar su vida como un ciudadano común en el calor de su familia en Quito. Pero la situación política se había complicado con la separación de Venezuela. Por ello Sucre es comisionado para ir a Venezuela a resolver la situación planteada, no obstante se el impide su ingreso a esta provincia. Posterior a estos hechos Sucre se propone regresar a Quito, donde había establecido residencia. Allá esperaba reunirse con su esposa María Ana Carcelén y su pequeña hija María Teresa. Ese intento fue frustado con su asesinato en Berruecos.

A 190 años del asesinato de Antonio José Sucre rememoramos la vida de este gran venezolano que regó los campos y los pueblos de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia de muestras de patriotismo, justicia, lealtad, decoro, fe inquebrantable en el hombre y la mujer de estas tierras, de respeto a la condición humana, de reconocimiento al vencido, de su convencimiento y puesta en práctica de la educación como pilar fundamental en el sostenimiento de los principios de libertad y soberanía para la consolidación de las nuevas naciones. Sucre es uno de los grandes venezolanos a quien debemos conocer y exponer su gran proeza en pro de la independencia suramericana y reconocernos en su eterna obra por la consolidación de los principios más hermosos para hacer de las tierras americanas abono para el crecimiento de pueblos libres, soberanos y cultos.

(*) Wolfgang R. Vicent Vielma, Trabajador de a Casa de Nuestra América José Martí; Facilitador de la Misión Rivas de Educación Media; Profesor de la Universidad Naconal Experimental de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, UNEFANB.

Bibliografía y documentos electrónicos consultados

A los 225 años del nacimiento de nuestro Antonio José de Sucre / Wolfgang R. Vicent Vielma, publicado en Aporrea.org, febrero de 2020

De mi propia mano / Antonio José de Sucre. Selección y prólogo de J. L. Bstardo.—Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1981, 2009

Diario de Bucaramangua / Luis Peru Delacroix.—Caracas: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, 2009

El magnicidio de Sucre: juicio de responsabilidad penal / Armando Barona Mesa.—Cali: Editora Feriva, 2006



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Wolfgang R. Vicent Vielma

Trabajador de la Casa de Nuestra América José Martí en Caracas y Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA)

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