La riqueza y estos políticos son nuestra maldición

"Nunca llegaremos a ninguna parte (...) Aquí nos hemos de pudrir en vida"

José Arcadio Buendía en Cien años de Soledad

Eran casi exactamente las 4:30 de la madrugada de este viernes 8-M, cuando desperté súbitamente. Afuera del rancho de Ñango Marín, que es donde llevo mi cuarentena había un rebullicio. El guacharaco Carrao, junto con un coro desafinado de guacharaquitas lanzaban en sus tropel que aturdían. Las pepes y las chulingatas andan todas muy molestas porque las guacharaquitas del Carrao no les permitía despertar a los conuqueros de Tacarigüitas de la manera en que lo hacían todos los días. Chela la Ñeca corcoveaba y tiraba patadas. Se le veía indignada y llena de cólera. Entre sus orejas llevaba un cartelito que no pude leer desde el rancho para tener una idea de este rebullicio.

Salí a cerciorarme de lo que estaba pasando y conocer cuál era el asunto que mantenía muy molesto a una parte de los animales que llevan una vida muy tranquila en los conucos de Tacarigüita. Al verme fuera del rancho, Chela la Ñeca comenzó a expresar las razones por las cuales se sentía colérica e indignada. Puede leer entonces el cartelito que le guindaba de sus orejas: "Ya está bueno ya de esta maldición".

Comprendí que estaba presenciando un amotinamiento en estado avanzado. Pude calificar la situación como en "pleno desarrollo", pero me acordé de Walter Martínez y me quedé de una posible demanda. Sabemos que Walter privatizo esta frase.

Al leer el cartelito que Chela llevaba entre sus orejas, no pude evitar traer a mi memoria la figura de Teodoro Pektoff. Resulta que en una campaña electoral, Teodoro como candidato se presentó como eslogan: "Ya esta bueno ya". Supuse entonces, que en su pasado reciente, Chela tuvo su corazón color naranja.

Cómo es posible -decía Chela- que en este país existiendo como cinco tipos de oposición de derecha, no exista por lo menos una, que sea capaz de mostrar cordura y sentir alguna querencia por el país. Cómo es posible que tengamos un gobierno "obrerista" muy malo y como si ya esto fuera poco, los distintos tipos de oposición de derecha viven su trauma y no son capaces de superarlo con sus propios esfuerzos e insisten para que su papito le devuelva su juguete Venezuela.

Cómo es posible -continuaba Chela- que frente a este problema de destrucción nacional, no existe una organización política de derecha, que se haga responsable de una propuesta de reconstrucción o que suene en estos términos. Cómo es posible -insistía Chela con su cartelito entre la orejas- que su manera de hacer política tenga como razón de fondo o justificación, la destrucción del país. Cómo es posible Mamanta, que gobierno y oposición se junten sin estar revuelto para este propósito. Ya está buena ya de esta maldición. No es posible -continuaba Chela- que la riqueza natural que tenemos sirva para destruirnos. Ese es el punto. Unos cogen y otros quieren coger. Ese es el proyecto que está en disputa.

Unos y otros tienen como finalidad de destruirnos. Ya no tenemos bolívar. Esta maldición ha destruido totalmente el bolívar. Ya no podemos pedir una verdadera siembra del petroleo. Gobierno y oposición destruyeron a PDVSA y lo poco que estaba quedando, nalgita se lo viene devorando. El paro petrolero que fue una idea de la oposición con aquella coordinadora anti democrático, reventó ahora de igual manera. El paro efectivamente se les escapó de las manos a la oposición y ahora lo tienen entre las manos la oposición y el gobierno. Ambos Mamanta, le han puesto empeño y mucho cariño en hacernos un país de pobre y lo están logrando aceleradamente.

La propuesta más visible de a oposición, es una invasión. La propuesta del gobierno El es evitar la invasión y la 4 restantes oposición de derecha ven esta vaina sin ánimos de intervenir. Hay una izquierda, que no prospera porque la "revolución" la expropio.

Nunca estuve de acuerdo con esa forma de morir de Bolívar. Mamanta, fue el desencanto que llevó a Bolívar a decir lo que dijo antes de morirse. No sé si Bolívar dijo eso que se dice que dijo. Pudo ser Mamanta, una manera para silenciar su lucha y su malestar, pero sus votos "por la felicidad de la patria", reclamaban un renunciar a los partidos y consolidar una unión, yo Mamanta que soy burra, debo decir: Vivan los partidos políticos. No creo en estos bandidos que usan este invento de los partidos para destruir a Venezuela.

Necesitamos de partidos políticos y de políticos distintos, que con sus contradicciones en proyectos puedan plantearnos construir un país de manera democrática. Ya esta bueno ya de esta maldición.



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Amaranta Rojas


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