La maldición de aliarse con los capitalistas, y otras lacras morales. Una solución

Se cierra el ciclo del Grupo de Boston:

La maldición de aliarse con capitalistas. Todo comienza en el contexto de una serie de reuniones secretas del llamado "grupo de Boston", en el 2002, el primer contacto de maduro y muchos de sus amigos con John Kerry y gente del congreso de los estados unidos. Luego, en 2013 vendría la primera y única ofensiva política del madurismo (reformismo, pragmatismo) cambiando el rumbo de la revolución, deteniendo los cambios y restaurando el "pacto social" adeco copeyano en la versión histérica de maduro, llamando a gobernar a los empresarios "chavistas" (Abad y compañía), aliándose con ellos y con los otros, repartiéndoles nuestros ahorros, nuestras reservas hasta acabar con ellas, empobrecernos, endeudarnos y luego humillarnos.

Con este dinero la derecha se permitió financiar guarimbas y conspiradores, financiar a empresarios quebrados, al lumpen capitalismo, financiar y potenciar a la empresa privada sin ninguna retribución social ni siquiera impositiva; con ese dinero, con nuestros dólares de todos los venezolanos, emergió una nueva clase de burócratas ricos, de gestores y administradores corrompidos en el banco central, en cadivi, el ministerio de finanzas, los cuales nunca fueron investigados y menos castigados, con la misma diligencia y furia como si lo fueron los trabajadores de PDVSA y algunos militares.

Luego vino el asalto a PDVSA y su desmontaje arguyendo corrupción, privilegios, traición etc. En menos de cinco años la quebraron, pusieron presos a sus gerentes y trabajadores más eficientes, acusados de corruptos y traición a la patria. PDVSA pasó de producir 3 millones de barriles diarios, de forma independiente y soberana manteniendo el control operativo de la industria, a producir 1 millón, luego 700 mil, más tarde 500 mil, y ahora no se sabe; ahora luchan para recuperar la producción a 700 mil barriles diarios, según se lee en las noticias.

Hoy esto lo estamos pagando con deudas y pobreza, acabando 110 k2 de nuestro territorio nacional en el arco minero, lo que queda de nuestra industria petrolera, privatizando las ciudades como mercancía turística, violando la constitución para poder privatizar el país completo en una especia de inmensa Zona Franca, el "Shandong" de Aragua (la mejor idea de El Aissami), la Zonas Especiales de Desarrollo Económico.

Comprar lealtades con Plasmas. En el proceso de restauración la conducta ética y política de nuestro gobernante optó por lo pragmático: comprar lealtades con televisores de plasma, lavadoras, carros chinos y promesas, muchas promesas; bonos, cajas de comida y un carnet "Macro" de la patria y otro de PSUV para individualizarnos, hacernos sentir tocados por la gracia de un gobierno que nos está viendo, que siempre estará donde quiera que vayamos.

El gobierno reactivo. Llegarían las primeras sanciones del gobierno de Obama, aquí comenzaría el show del deshoje de la margarita, del "me quieres no me quieres", la búsqueda del reconocimiento del imperio, la insistencia en darle la mano al imperio, en dialogar con la derecha, en dialogar con el gobierno de Obama y luego con el de Trump…, pero como dicen "verdugo no pide clemencia". Sin embargo maduro, y el madurismo a través de él, y a pesar de Diosdado Cabello y su altanería, pidieron clemencia. Después de desmontar el socialismo de Chávez, sus progresos políticos y morales sobre la población, de paralizarla, desmotivarla, desmovilizarla arreándola en marchas mediante chantajes y amenazas, poniéndola a comer pan como el "Juánbimba" de los adecos, fueron repudiados una y otra vez por el imperio. No hay nada más despreciable que un traidor a su propia causa, y, créanlo o no, a "esos" los castigan y humillan más los enemigos, que aquellos que defienden sus principios, como aquel cuento de Fidel que no le mostró nunca miedo a la barracuda. Tanta traición, tanta humillación ante el imperio para morir siempre en una orilla, despreciados, acusados de narcotráfico, corruptos, y cuanta cosa se les ocurra a Trump, a ese país y a todas sus instituciones.

Con razón decía el Che que al imperio no había que creerle "ni un tantico así". Sin embargo maduro y su gobierno prefirió dialogar con ellos y con los empresarios, con la derecha…, que con el chavismo socialista, que con los trabajadores socialistas y críticos, aterrado de la crítica, huyéndole como quien ve su propio fantasma de rostro crapuloso, como Dorian Gray horrorizado viendo su retrato. Y no conforme con el desprecio y la humillación, luego de extenderles la mano no se sabe cuántas veces a los enemigos, comenzaron a perseguir a trabajadores críticos, a políticos, a toda clase de disidentes del chavismo, con la inclemencia y la irritación que no han mostrado nunca con Guaidó, del cual solo saben decir "no vamos a caer en provocaciones", como el chiste del policía y el ladrón gozón: solo esperan que lo tengan encima, para arrestarlo.

Con esto se cierra el ciclo del Grupo de Boston, con la postración de maduro, y su salida por la puerta trasera…, y el trabajo bien hecho de John Kerry y su gente, los de allá y los de acá.

Es el turno de la Junta Patriótica socialista. Si maduro y el madurismo no pudo con el Plan de la Patria y la constitución, no pudieron sostener la entereza política y moral de Chávez, hay otros que sí podrían hacerlo, no tenemos nada que perder llamando a que se sumen al plan o a un proyecto socialista basado en él (el original). Rafael Ramírez está convocando a una Junta Patriótica y cuenta con la experiencia de haber dirigido a medio país en tiempos de Chávez y dentro del chavismo con relativo éxito, el cual es compartido con el comandante. Fue ministro de petróleo y presidente de PDVSA, Vicepresidente del PSUV (para oriente y accidente en momentos distintos), vicepresidente económico, lo he escuchado hablar y no es tipo de arengar y soltar consignas sin sentido; razona, escucha, no grita ni regaña o manda a callar a la gente alardeando de falsa autoridad; eso para nosotros dice mucho, el que se comporte distinto en público a Diosdado y Maduro, dice mucho. Es un técnico pero sobre todo es un político, militante socialista, no es advenedizo en la política, hijo de un militante comunista. Hay que escuchar su llamado; una Junta Patriótica socialista, chavista, es la otra alternativa distinta a los oportunistas de maduro y del empleado de Trump, Guaidó, y los independientes, siempre "cazando güire", que no les importa si se trata de socialismo o si es capitalismo, "Igual, ¡cómo si fuera feudalismo!" (diría Tomas Gutiérrez Alea). Volvamos a la acción, a la ofensiva socialista con esta Junta Patriótica, la experiencia ya existe, ahora debe ser socialista, no podemos equivocarnos de la misma manera que hace cincuenta y un años. ¡Viva Chávez! ¡Patria socialista o muerte!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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