Impresionante: 500.000 "exiliados" locos por regresar del bendito capitalismo, ¿"!CONDENACION!" del Comandante?

  1. Se volvieron (o los volvieron locos) y salieron (cual perros de Pavlov), en estampida, a buscar, unos "el sueño americano", otros el "el oasis chileno", o "el regreso del libre mercado a Ecuador", o la panacea de la droga colombiana que da para todo. Jadeando y con los lomos destrozados, por trochas y páramos, otras nubes de compatriotas remontaron diez páramos para alcanzar el "paraíso" peruano (segundo productor de coca del mundo) desde donde se imaginaban enviarían bultos de dólares a su familia. Otros más listos, cogieron para la bella, linda y culta Europa, y… estaban en esos jaleos de "progreso" cuando… como una tromba maldita y sorprendente, repentinamente se les presentó en sus idílicos caminos: la fulana PANDEMIA.

  2. Para ya la PANDEMIA la llevaban en sus almas enloquecidas. Peor que una pandemia era paranoia de odio total, porque según ellos en Venezuela había un atroz comunismo, teníamos un dictador bestial quitándole los hijos a la familia; porque nos estábamos matando por un pedazo de papel toilet, nos estábamos muriendo de hambre y no había trabajo. Y entonces había que coger para esos países libres y democráticos y ganar en dólares y ser felices porque allá lejos había de todo y la gente era muy buena, solidaria y generosa (nosotros una MIERDA)…

  3. Desde aquellos "paraísos" muchos llamaban por teléfono o escribían a sus familiares y amigos, diciéndoles de manera tajante, neta y formal: "Nunca más volveremos a esa MIERDA". Y muchos en diciendo esto a los pocos días los mataban, o los perseguían, los torturaban y encarcelaban… No daban con el DORADO. No se daban cuenta de que el DORADO estaba en casa, en su propio país.

  4. La noche del día jueves pasado (19 de marzo, 2020), en plena CUARENTENA y en medio de un denso silencio, en medio de una ciudad fantasmal, nos comenzaron a llegar recuerdos, sentimientos terribles de dolor por esa gente cuyos familiares corrieron a buscar la felicidad en otros mundos y rincones de esta enferma tierra. Era que en el sector donde vivimos se había producido un apagón, como a las 9 de la noche. Entonces, mi esposa y yo nos dedicamos a comentar la situación de un vecino, cuyos hijos, en número de siete, salieron todos de Venezuela, buscando sueños americanos, sureños, dorados o azules, como hemos dicho arriba: uno cogió para Panamá, dos para Chile, un tercero para Ecuador, dos volaron a Madrid, otro a Italia, y el mayor a Estados Unidos. (¡Ni Ray Bradbury habría imaginado lo que se les avecinaba! Ray Bradbury ​​fue un eminente escritor estadounidense de misterio, del género fantástico, de terror y ciencia ficción. Conocido por su obra "Crónicas marcianas" ​ y la novela distópica "Fahrenheit 451").

  5. Debo decir, que este vecino es opositor, y sus hijos apoyaron con demencia las guarimbas. Tocaban todas las noches cacerolas y entonaban consignas pidiendo quemar chavistas (uno de ellos de 17 año gritaba furibundo desde su ventana: "¡Salgamos a quemar chavistas!"). En total, durante 2014 y 2016, muchos jóvenes de este sector estuvieron unos seis meses firmemente apoyando pavorosas trancas, esparciendo por las calles aceite quemado, colocando guayas para degollar tupamaros o colectivos, derribando árboles y regando inmundicias y pestes para montar "barricadas", y haciendo puputovs y molotovs para enfrentar a la guardia nacional bolivariana y a la policía. Se regodeaban de sus actos en el mayor infierno de locuras jamás visto en este país. Ese país que pronto abandonarían para buscar esa felicidad que tanto anhelaban en otros beatíficos lares…

  6. Estando en la sala con estos pensamientos, le llegó al celular de mi esposa un rezo en cadena para ver si así aminoramos o nos consolamos un poco ante los horrores de la PANDEMIA. Es una cadena difundida básicamente por opositores.

  7. Qué cuadro el de estos vecinos, padres compungidos, en esta inmensa soledad, en esta cuarentena, y en este inmenso dolor y angustia, en el que por primera vez ellos saben y entienden que lo que estamos viviendo no se trata de un mal cuya culpa ciertamente radique en el chavismo. ¿Por primera vez en la vida así lo entienden? Quién sabe…

  8. Seguimos, mi esposa y yo conversando en la sala, a la luz de un celular, absortos en las noticias sobre este PANDEMONIO que nos ha traído Trump junto con el de la PANDEMIA, y centrados en esa desbandada de tantos muchachos, hoy tan lejos de su país y que ahora ansían, llorando desesperadamente por querer estar con sus padres, en sus casas, con sus amigos. Chávez nunca en su vida, pese a todos los males que le desearon, jamás pensó en vengarse de nadie, pero, y así lo pensamos, pareciera que Chávez desde el cielo está clamando justicia contra sus verdugos y contra los que desearon tanto su muerte, y que tantos males le han deseado a su país.

  9. Casi toda esa gente que se fue maldiciendo de Venezuela, hoy está sin trabajo, en pleno pánico de una pandemia tan terrible. Alejados de sus seres queridos, y muchos pidiéndole a Maduro, llamándole presidente legítimo (incluso desde Estados Unidos) que les mande un avión para repatriarlos. Pero debería ser a don Juan Guaidó a quien se deberían dirigir, porque el "interino" tiene el contacto con el imperio para buscar esa ayuda y traerlos de vuelta a su patria.

  10. El mundo ha dado una voltereta espectacular, y nadie pensó que ésta era la mejor manera de mostrarles a los fanáticos, a los enfermos y disociados de la oposición, una realidad que de ninguna otra manera se les hubiera hecho entender. ¿Pero aun así podrán entenderlo? Quizá aquel dicho lo derrumbe todo esperanza en esta gente, porque "Dios no le dio cacho al burro"…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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