PDVSA. ¿Está en el horizonte el precio del barril de petróleo a 10 Dólares? (Is $10 Oil On The Horizon?. Oilprice. com)

Traducido por Edmundo Salazar

Documento Original de Andreas De Vries (Is $10 Oil On The Horizon?. Oilprice. com) - 16 de marzo de 2020, 1:00 p.m. CDT

Nota del Traductor: Si bien este artículo está escrito por un analista de los EE.UU; no obstante, puede tomarse como una asesoría para que la Comisión Presidencial, en materia petrolera, saque algunas ideas de lo que pudiera suceder en la Industria Petrolera Venezolana.

Según especialistas, en el proceso COGNITIVO, la humanidad utiliza su capacidad única de razonar, principalmente, para justificar convicciones preconcebidas, en lugar de formar o crearse nuevas convicciones. Es de vital importancia para los estrategas entender y reconocer esta tendencia humana, ya que hace que uno sea fácilmente presa de una serie de sesgos cognitivos que impiden ver las cosas como realmente son, y más importante, para el estratega, cómo es la de que, esas cosas, se pueden convertir en realidad.

Uno de los sesgos cognitivos más famosos es el sesgo de la confirmación. Ya que preferimos que se demuestre que estamos en lo correcto o que tenemos razón, naturalmente nos inclinamos hacia la información que confirma nuestros puntos de vista y tratamos de ignorar o desechar la información que no está en la línea con lo que creemos que es nuestra verdad.

Esta tendencia se evidenció antes, durante y después de la crisis financiera mundial de 2008. En ese momento, la mayoría de los analistas estaban contínuamente detrás de los hechos, por lo tanto, subestimaban lo que sucedería después, porque la realidad iba en contra de las ideas y las convicciones con las que estaba casada la comunidad financiera, como, por ejemplo, la teoría del mercado perfecto y la idea de que a través de los riesgos de los derivados se podría tener control o manejar la situación. Para la mayoría de los estrategas financieros, era simplemente demasiado doloroso reconocer que estas ideas eran incorrectas (o por lo menos: contenían fallas graves), a pesar de que la evidencia estaba allí, lo que eventualmente llevaría a la Reina Isabel de Inglaterra a preguntarle a sus allegados "¿Por qué nadie vió lo que venía? ”. Por supuesto, no todos lo vieron venir. Aquellos que si lo vieron y pudieron manejar su sesgo de confirmación ganaron mucho dinero o se hicieron famosos ...

Ahora que el mundo está luchando contra otra crisis sin precedentes con el coronavirus, el mayor riesgo para los estrategas petroleros es caer presa de sesgos cognitivos, en cuyo caso sus pronósticos serían los que les gustaría que sucediera, en lugar de lo que es probable que ocurra. Este artículo es un intento de pronosticar el impacto que tendrá el coronavirus en la demanda de petróleo crudo y evitar tales sesgos.

La situación actual

Los primeros informes del coronavirus vinieron de China. La primera persona que se enfermó debido al virus estuvo en Wuhan, el 1 de diciembre de 2019. A fines de ese mes, el gobierno chino se dio cuenta de que estaba lidiando con una epidemia. El 23 de enero de 2020, implementó sus primeras medidas para controlar la epidemia, que era una cuarentena de la población en el área afectada. Desde entonces se han tomado medidas adicionales para combatir el virus, como prohibir grandes reuniones públicas, cerrar escuelas y universidades y restringir, severamente, los viajes.

En lugar del virus, son las medidas para contenerlo las que están teniendo un impacto masivo en la demanda mundial de petróleo. A medida que las personas se ven obligadas a quedarse en sus hogares, la actividad económica, sin duda, se detiene. Una disminución en la demanda de bienes y servicios, y limitaciones en la capacidad de las empresas para satisfacer la demanda restante de bienes y servicios, afecta a casi todos los sectores de la economía. Específicamente para el petróleo crudo, ya que la demanda de combustibles refinados relacionados con el transporte (gasolina, diésel, combustible de aviòn, desaceleración o cierre de refinerías), que afecta la demanda de petróleo crudo. En el caso de China, se ha estimado que el impacto de la desaceleración causada por las medidas para combatir el coronavirus está en el rango del 25 al 50 por ciento.

El aspecto del cuarto trimestre para el precio del crudo depende del resultado de la actual Guerra de Suministro entre (principalmente) Arabia Saudita y Rusia, y el impacto del entorno de precios más bajos en la producción del Petróleo de Lutita estadounidense. El Mejor Escenario supone que los principales productores no ejecutan realmente su intención declarada de aumentar la producción, pero tampoco están de acuerdo en una extensión de la reducción de la producción de 2018, mientras que el crecimiento del Petróleo de Lutita de EE. UU. Por el contrario disminuye a medida que se recortan los planes de perforación y los operadores más pequeños quiebran . Esto significaría aproximadamente 1 a 2 millones de barriles de suministro adicional de petróleo crudo al mercado, en comparación con 2018. O, en otras palabras, un retorno al entorno de reducción de la producción anterior a 2018 cuando el petróleo crudo WTI rondaba los 45 a 55 dólares por barril.

El peor de los casos

En el peor de los casos, se supone que las medidas para combatir el coronavirus tienen efectos secundarios y terciarios. En otras palabras, no solo la actividad económica se verá afectada del 25 al 50 por ciento, sino que esta caída provocará quiebras, lo que a su vez provocará más quiebras. En China, millones de empresas se encuentran al borde de la quiebra después de 3 meses de coronavirus.

Las empresas pequeñas y medianas corren mayor riesgo de quiebra, ya que, generalmente, tienen menos amortiguación financiera y un acceso más limitado al capital. Especialmente los sectores de hotelería y turismo están bastante expuestos. En China, otros sectores también se han visto muy afectados, en particular los sectores que se refieren al gasto discrecional (gasto que se puede retrasar fácilmente sin mayores consecuencias) y que requieren viajes, como el sector automotriz y el sector inmobiliario; la gente está retrasando las compras de carros y casas nuevas porque no pueden viajar a la ubicación requerida o tienen miedo de hacerlo.

El empeoramiento de las perspectivas para estos sectores puede tener un impacto inmediato a medida que las agencias calificadoras reducen su evaluación de la solvencia crediticia de las empresas, lo que a menudo desencadena cláusulas en los acuerdos de deuda que causan escasez inmediata de efectivo en empresas altamente apalancadas. Una caída en el precio de las acciones de una empresa, causada por el precio del mercado financiero puede tener un efecto similar en el empeoramiento en las perspectivas futuras.

En el peor de los casos, por lo tanto, las medidas para combatir el coronavirus provocan una ola de quiebras, lo que provoca un aumento del desempleo. Esto limitaría la capacidad de la economía para volver a la normalidad una vez que la contención del virus haya demostrado ser efectiva. En este caso, no hay retorno a la normalidad durante el tercer trimestre de 2020. La actividad económica se mantendrá deprimida durante 2020 y, posiblemente, también en 2021.

La cantidad exacta de actividad económica que permanecería deprimida y durante cuánto tiempo, exactamente, depende de las medidas tomadas por los gobiernos y los bancos centrales.

El impacto del coronavirus en la economía no se debe a una caída repentina en el poder adquisitivo de la economía. Se debe a la incapacidad de gastar o a la falta de voluntad de gastar por miedo a contraer el virus. Si bien las medidas de contención siguen vigentes, ni los gobiernos ni los bancos centrales pueden hacer nada para impulsar la demanda. Su única opción es ofrecer apoyo a las empresas afectadas, para ayudarlas a evitar la bancarrota. Las medidas efectivas para esto incluirían retrasar la fecha de vencimiento de los impuestos u ofrecer una compensación financiera a las empresas afectadas, posiblemente, con la condición de que no despidan al personal. El banco central podría presionar por retrasos en el pago de los intereses de la deuda y los pagos de la deuda. Una reducción de la tasa de interés sería en gran medida ineficaz ya que no aumentará la demanda ni disminuirá el pago en efectivo de las empresas.

Debido a que la deuda global es esencialmente el doble de lo que era al comienzo de la crisis financiera mundial de 2008, ayudar a las empresas a evitar la bancarrota no será una tarea fácil. Los gobiernos de varios países de todo el mundo simplemente no podrán proporcionar el apoyo necesario, ya sea por falta de fondos o por falta de capacidad para gestionar la tarea. Igualmente, retrasar el pago de intereses sobre la deuda y los pagos de la deuda no será algo fácil de lograr debido a las implicaciones para los balances de los bancos. El peor de los casos, por lo tanto, supone que la economía global no volverá a los niveles previos al coronavirus durante 2020.

Esto significa que el mercado del petróleo crudo no regresará al entorno anterior a 2018, ya que la demanda global será más baja que en 2017 cuando el petróleo crudo WTI se situó en el rango de 45 a 55 dólares por barril. En el peor de los casos, similar al mejor de los casos, el petróleo crudo cae, aún más, durante el segundo trimestre de 2020, cuando las medidas de contención de coronavirus alcanzan su punto máximo en Europa y los Estados Unidos. Posteriormente, habrá una ligera recuperación, a medida que la actividad económica aumente una vez que las medidas se relajen, pero menos de lo que se supone en el mejor de los casos, ya que la economía global enfrenta una ola de quiebras.

El peor de los casos supone que los principales productores de petróleo ejecutan su intención declarada de aumentar la producción: Arabia Saudita en 2 millones de barriles por día, Abu Dhabi en 1 millón y todos los demás miembros de la OPEP otro millón de barriles, mientras que el Petróleo de Lutita estadounidense se mantiene como siempre hasta tanto el precio del crudo cubra las coberturas y mantenga la producción actual. En este caso, la demanda de petróleo crudo no solo se mantendrá baja para fin de año, sino que la oferta también será sustancialmente más alta, lo que podría causar que el crudo se mantenga en el rango de 20 dólares por barril para fin de año.

Implicaciones Estratégicas

Lo peor que pueden hacer las compañías petroleras en el entorno actual es asumir que las cosas pronto volverán a la normalidad y, por lo tanto, continuarán sus operaciones normales. Independientemente de lo que digan los planes comerciales de 2019 para 2020, es poco probable que se hayan basado en la realidad actual del mercado y deben ignorarse.

Los nuevos planes operativos a corto plazo deben desarrollarse con la mayor urgencia, suponiendo una nueva disminución en el precio del petróleo posible a tan solo 10 dólares por barril. Los planes de desembolsos de Capital, también, deben revisarse de manera similar.

Buscar recortes en el precio de los servicios del sector de servicios de campos petroleros para compensar la reducción en los ingresos es esencialmente inútil en esta etapa, ya que después de unos 4 años de recortes continuos, estas empresas están casi en el hueso. Sin embargo, una desaceleración tanto en la actividad operativa como en la del proyecto podría justificar una reducciónde personal para reducir los costos.

La mayor medida para ahorrar el efectivo, sin embargo, debería provenir de una reducción en los pagos de dividendos y programas de recompra de acciones. El aumento de la deuda para mantener los dividendos se estaría consumiendo en el futuro, por lo que, si bien le gusta a los mercados financieros, no tiene sentido desde la perspectiva a largo plazo de la compañía petrolera.



Por Andreas De Vries para Oilprice.com



EdmundoSalazar@gmail.com





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