¿Y qué es eso: tenemos dos AN?

Dios de los enredos y de los procesos dificultosos, ¡bendito el creador! Ha puesto a parir al país de sus entrañas confusas, tal cual como si lo mereciéramos que, apenas saliendo del Año Viejo y comenzando a trepar el Nuevo, se nos atraviesa un proceso que dará mucho que hablar, para que Venezuela siga adelante, pujante como vibrante, aunque de baja intensidad emocional que más pareciera que lo que damos es lástima de país desfigurado, que el líder mayor, todavía no hablado, por lo que no estamos valorados a su entender que es lo que vale, pero mientras, tenemos dos AN y cada una será fortalecida con la pujante-dinámica-política que cada diputado dentro de ellas esgrima, pero seguro estamos que, una de las dos no será reconocida por la otra o viceversa, y la opositora, ni por Trump, ni por el Grupo de Lima y, otros países que sí viven en democracia que la nuestra es participativa, combativa y bipolar con hipomanía secundaria, nada mediocre, posiblemente el tiempo las conformará de calor de entredichos, mientras el "dictador" sigue en el poder y Guaidó también, más enfático que en el pasado con muchas ganas de luchar por lo que él más quiere que, pudiera ser la libertad de más poder adquisitivo que lo ensarte entre los más millonarios del mundo en dólares.

La trama puesta en práctica para forzar al regocijo de tener dos AN, es un drama ampuloso, hasta egoísta de una lógica pretoriana que desborda la memoria de los venezolanos y los mete de lleno en el tiempo presente que, lo único no debe ser como régimen de compartición con muchos venezolanos viajando en el tiempo perdido, otros se hallan como arrimados a otros interéses que desbordan la complacencia en un sólo sentido y, entonces, el río de la comprensión se desborda y cada conglomerado abre espacios, nada cálidos y como la asimetría de las ideas no encauzan en conjunto, surge la diatriba, es decir, fermenta de la oposición una contra oposición en contraposición, más dada a la lealtad de ordenar el presente, pero, como el embrollo no escapa de aceptar lo que en paz es la armonía y como cabeza es un mundo, los pensamientos se desbordan y, entonces caemos en estas situaciones que, ni lo uno ni lo otro sirve, por lo que el encomio entre ellos no es posible y, como no hay un juez que los lleve a la balanza de un acuerdo, explotan las dificultades y cada bando cree tener la razón legislativa para actuar a su libre albedrío, pero siempre recibiendo órdenes injerencista.

Este domingo 5 de enero del Nuevo Año: nos hace famosos en el mundo y nos pone a brillar de luz propia con Guaidó con su AN que, para el Norte será la legal y, la otra que preside otro diputado de la oposición dirán que, no calza dentro de lo legal como si legal fuera que Guaidó es presidente que se autoproclamó y así se quedó.

Las tramoyas políticas del desenlace para formar las dos AN, por lo que cada grupo de diputados aduce a su favor, en el mejor sentido de las palabras, ha sido como dos intentos, ninguno fallido y como tal, a quien hacerle caso que ponga orden institucional dentro de una institución, bastante desmoralizada que no persigue el bien del país, ni práctica el desarrollo de las ideas que sirvan de algo, o por los menos trate de armonizar situaciones que son candentes dentro del ambiente que vivimos con tantos problemas por resolver y no sumar más de los que existen y, que ponen entredicho su existencia de poder del Estado de oponerse a todo con diputados corruptos, pero nunca tratan de darnos más claridad que oscuridad y, como una alevosía de confrontaciones se hunden en la desconsideración del respeto que merece el pueblo, no importa sus condiciones, ni sus facultades humanas.

¿Y qué es eso: amanecimos con dos AN? Claro está que tenemos dos presidentes, pero por lo que se ve y se oye, las dos están en desacato. ¿Será verdad?

Y el otro problema que queda en mesa para las próximas elecciones del parlamento es, votaremos por una AN o por las dos. Nos queda por oír las proposiciones deshonestas que deben salir de ellas que, lo que traten cómo quedará. La verdad es que uno debe siempre añorar, pero jamás lo que nunca se tendrá, pero...

"-¡Quite usted allá, hombre, quite usted allá!". "-Pues claro, hombre, pues claro, ¡lo más probable!". Pero así ha sido, llegó Juan Guaidó, y con todo su poder y consideración, ha podido imponer, que tengamos dos AN. ¡Qué suerte la nuestra! ¡Será verdad! También es verdad que Guaidó es impermeable a los acontecimientos del mundo exterior.



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Esteban Rojas


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