Ramírez, entre el miedo y el desquite

Hay que acabar definitivamente con la infamia del fiscal y Maduro en contra de Rafael Ramírez y los petroleros presos. El trabajo de Oscar Heck fue bastante claro mostrando las principales contradicciones en el caso, que nos hacen suponer que las acusaciones de los dos, tanto de Maduro como el Fiscal, son basura, retaliación, envidia y ambición. No tenemos por qué repetirlas, solo léanlas en Aporrea: "¿Quién es realmente el mafioso y ladrón mayor?"; Por: Oscar Heck | Domingo, 11/08/2019 08:44 AM.

Lo preocupante de este caso se debe a que el presidente de una república democrática y un funcionario de alto rango acusan infamemente a un individuo, sin pruebas, sin derecho a la defensa, sin permitir que el sistema judicial funcione, respetando la ley, mientras la opinión pública, las personalidades más conspicuas del país, más discretas, más serias, ni se inmutan, no abren su boca para decir nada a favor o en contra; para todo el público referirse al caso parece como dañado, envuelto por alguna maldición. Ni sus ex compañeros del gabinete y del partido, ni los intelectuales más ecuánimes, se refieren a las acusaciones en contra de Ramírez y a la defensa y garantías físicas que éste exige de nuestro sistema judicial. Es como si tuvieran miedo de perder la simpatía del gobierno o del pueblo exaltado por las acusaciones de Maduro.

Otra razón puede ser que estén preocupados por el bloqueo, tanto que no los deja atender otro asunto. Pero esta situación es mucho más vieja que el bloqueo, inclusive que las sanciones y amenazas de invasión.

Creo que es miedo, simple miedo. Miedo a ser señalado por Maduro o a ser calificados en la cartelera de Diosdado, miedo a la gente exaltada, miedo a la derecha, al imperio, miedo a perder favores, oportunidades en un país anarquizado, dividido en grupos de poder, mafias, corrompido hasta la mexicanización... ¡Miedo!.

Y por parte de la derecha es la gran oportunidad para el desquite, de haber quedado por tantos años fuera del “negocio” petrolero, o sea, de la dirección y contratos de la industria petrolera. Y el imperio, de sacar de la política al único enemigo verdadero, al único líder verdadero –Todo aquel que haya trabajado en tiempos de Ramírez sabe que el ex ministro fue un líder, no un charlatán, odiado por muchos a la sombra. Ramírez fue odiado pero amado por muchísimos más. No ha sido el caso de ninguno de sus sucesores, incluyendo a Maduro, el cual cada vez que pisa el edificio de la Campiña tienen que rellenarlo de gente extraña a la cede. Lo mismo pasa con Diosdado Cabello. Hoy día han renovado tanto el personal de obreros y empleados que siempre se verá en televisión un grupo de claque disfrazados de obreros, con cascos, bragas y todo. Todo eso redunda al desprestigio de Ramírez en beneficio de EEUU y sus aspiraciones con la empresa (imagino que chinos y rusos son más cautelosos, no sea que se voltee la tortilla con Maduro…).

Esta indiferencia con el caso Ramírez es realmente preocupante. Si así piensan enfrentar la invasión de “los barbaros” estamos perdidos. ¿Si estas violaciones a la ley, estas irregularidades les son indiferentes a nuestros amigos, qué podemos esperar de nuestros enemigos, o cuando se vean amenazadas sus propias garantías y reputaciones? Se mean, porque muchos de estos "moralistas" no podrán ni siquiera emigrar. Apelarán a la máxima de Ipsen Martínez, “El miedo es libre”, como si eso fuera verdad y no un autocasquillo para no sentir vergüenza por mojar los pantalones.

Ese consenso entre la derecha y el madurismo es preocupante porque eso nos indica la clase de dirigentes que ahora se otorgan la autoridad política y moral para sustituir al madurismo, y la mejor alternativa frente a la caterva de payasos de la derecha. Estos respetables e inmaculados revolucionarios dejan pasar el caso de Ramírez, calumniado en público por el presidente, como si estuvieran por encima (así lo dicen algunos) de una pelea entre caimanes del mismo caño. Claro, hasta que se tropiecen ellos mismos con el monstrico del fiscal, o con maduro, y los acusen de cualquier vaina y los rayen ante el “pueblo exaltado”. Seguro que todos querrán seguir yendo a las marchas o a la FITVEN sin que nadie los persiga para darles una patada por el culo y unos coscorrones. ¡NO hay que rayarse con Ramírez ante maduro o Diosdado cabello! dicen entre ellos los muy pícaros… (Y pensar que con estos “justos luchadores” contamos a la hora de conformar nuevos equipos de gobierno y trabajo, con estas gallinas).

El asunto es que mientras Maduro esté en el gobierno tendrá más amigos que Mickey Mouse. Cuando salga del gobierno, un alma negra como Escarrá estará redactando la primera acusación en su contra. Y cuando Ramírez pueda regresar a Venezuela ya veremos cuántos de estos inmaculados saltarán para darle la mano, a lo Petkoff ¡Qué vaina!


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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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