El hombre en la luna

—Compita ¿Usted cree que el hombre en verdad llegó a la luna?

—Y porqué no iba a llegar ¿Qué se lo podía impedía?

—Es que ese es un viaje difícil.

—¡Difícil!

Difícil es ir a Cumaná por esa carretera de oriente llena de huecos y malandros que si se descuida lo atracan. Más de treinta años tienen con el cuentico de que ya van a terminar la autopista de oriente. Le han puesto toda clase nombre a esa autopista y nada.

Ese es un camino culebrero; en cambio ir para la luna eso es derechito, sin hueco en la vía ni malandros que le tiren piedras al cohete.

Y si se le ocurre pararse en El Guapo a comerse un cochino frito le sacan un ojo de la cara, ante eso se la pasaba lleno de gente comiendo marrano frito, ahora ni agua piden por esta pelazón.

Eso sí es difícil hacer ese viaje. Además, si va al terminal de oriente a comprar pasaje ahí le salen ronchas de la calentera y si se descuida lo raspan; esos autobuses todos viejos y destartalados que en cualquier momento se quedan en medio del camino. Y cuando llega a Cumaná, si le toca ir a Mariguitar o a Pericantar. ¡Ay hijo er diablo! Ahí si la va a ver fea y pelua.

En cambio, ese cohete estaba nuevecito y full de gasolina. Un solo cholazo le dieron hasta la luna. Y sin tener que calarse a policías y guardias que lo estén matraqueando por todo el camino, que no pueden ver un camioncito o autobus porque de una vez «bájese de la mula», sin importarle si tiene los papeles en regla o no. La orden es bajarse y más ná.

O si viene de Cúcuta, Dios lo guarde, porque hay tiene que dejar hasta el bofe. Esos es matraca y matraca. Ya no hay alcabalas sino matraqueos. Eso lo contó la comadre Rena que fue y no le quedaron más ganas de volver. Por eso es que los muchachos y las muchachas se quieren meter ahora a guardias, porque eso es un negocio redondo.

El camino pa´ luna es facilito, eso está despegaíto. El cohete iba hasta la boca de gasolina. Si hubiese sido ahorita y salía de aquí por lo menos se metía un retraso de por lo menos una semana, mientras estaba esperando que lo surtieran de gasolina. ¿Y con cuánto tenía que «bajarse» para que le llenasen el tanque? En dólares que es la matraca oficial para pasar de primerito.

Usted se imagina a esos astronautas con ese traje parados en una bomba de gasolina y sin bañarse porque no hay agua, ya que el sistema de bombeo y que se quemó, y están esperando que traigan las bombas de China. Que va, hombre. Todos sudaos para hacer ese viaje pa´ la luna y con hambre. Porque antes cuando había una cola pasaba algún muchacho con un azafate vendiendo empanadas o pastelitos y el guarapo de papelón, eso se acabó.

Si pasa algún muchacho es para atracarlo ahí mismo en la bomba.

No hombre, difícil es hacer un viaje aquí. Con todos estos problemas que se presentan y se la ponen a uno cada día más difícil. Porque aquí son capaces de pedirle a esos astronautas la mitad en efectivo y la mitad en tarjeta o todo en efectivo para hacer ese viaje a la luna sabiendo lo difícil que es conseguir efectivo.

—¿Y cómo cree usted que se mantenían allá?

—Esos iban boleaos y llevaban comia.

Usted cree que esos hicieron colas en los supermercados pa´ comprar comia o estuvieron esperando que llegara la caja CLAP para hacer el viaje. No, que vao.

Esa gente estaba comiendo completo y los tres golpes diarios.

Usted qué piensa. Que con el bono «de no sé qué» fue que hicieron ese viaje, ahí había biyuyo del bueno para ir pa´ llá.

¿O qué esa gente se robaron alguna pieza del aparato ese para revenderla? O ¿qué ese aparato tenía el mantenimiento que tiene el Metro hoy en día? Que ya ni las puertas quieren abrir.

Ese aparato estaba por todo el cañón. Esos no estaban jugando carrito ni se estaban inventando la «Misión Luna». Esos salieron pa´rriba y más ná. Nada de estar inventando, esos habían hecho bien sus cálculos. O usted cree que fue una cooperativa o comuna que planificó ese viaje pa´ llá.

Ese cohete no era un Yutong o aquellos buses de SITSSA, creo que así se llamaba; de esa línea de autobuses no quedo ni uno de esos buses anaranjado. Por allí y que están hechos chatarras.

Mire, esa gente era sería.

—¿Y cómo hicieron cuando estuvieron en la luna?

—Cómo hicieron qué. Esos tenían todo calculao.

Más bien, pregunte usted ¿Cómo hace la gente pa´ vivir en Charallave? Sin agua, sin luz, sin gas y sin comida. Esos sí es jorobao. Y lo mismo pasa en toda Venezuela. ¿No sé ha preguntao eso? No ha visto esa cara de hambre vieja que tenemos todos; en cambio, esos astronautas iban bien comidos. Y tenían agua, luz, gas y lo que les diera la gana.

Vaya a Maracaibo y pregunte cómo hace esa gente para vivir. Usted, en este momento, manda a un maracucho a la luna sin oxigeno y ese sobrevive. No se han muerto de juergita y ahí están, ni plátanos tienen. Y me atrevo que hasta en el sol pueden pasar varios días, porque vivir en ese calor sin un ventilador ni los chivos de Coro se atreven.

Es más fácil llegar a la luna que llegar a Guatire. Imagínese usted.

Voy bajando, si le interesa venirse a píe.

Y le dijo: Por ahora, apriete.



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Obed Delfín


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