"Lague" un ejemplo

"Rectificar es de sabios"

Proverbio

Al preguntar en las avenidas 26 y 27 de Araure, por José Alexander Mendoza, lo más seguro, es, que muy pocas personas le puedan dar razón; pero al preguntar por "LAGUE", rápidamente lo orientan, y saben de quien se trata. Las pocas veces, que lo consigo en una esquina de la histórica villa, muy alegre, no pierdo la oportunidad de intercambiar palabras con este amigo. La conversación se convierte en una agradable manera de aprender de un obrero, probado en un trabajo rudo y fuerte, como es la albañilería, del cual no se ha apartado toda su vida; es el medio de ganarse el sustento, para él, su compañera de vida y un hijo de apenas 7 años, a quien adora con todo el corazón; parece el motivo esencial para dejar el licor; le consumía dinero, salud, y muchas madrugadas, sin prestar atención a los consejos de su abnegada madre, quien era una verdadera centinela, muy preocupada cuando se encontraba libando aguardiente.

Todas las personas, que lo conoce de trato y comunicación, pueden dar fe del profundo cambio de este honesto trabajador, es un verdadero ejemplo para cantidades de personas atrapadas por el alcoholismo, reconocida como una enfermedad por la OMS, llevando a la tumba a millares de seres humanos a muy temprana edad. El popular "LAGUE", "el catire" por el color de la piel, pero con el pelo malo, un verdadero bachaco– algo propio de nuestras raíces– se encuentra viviendo un cambio positivo en su vida, viendo crecer a su hijo; quiere servirle de ejemplo, como lo repite cada momento: "No quiero más adelante, una queja de mi hijo, quiero servirle de ejemplo; no quiero escucharlo reprochándome por borracho".

Cuando una persona, habla con tanta sinceridad, sencillamente nos dice: ¡se puede rectificar! En cada conversación con este amigo, extraigo un cumulo de enseñanzas muy valiosas, el cual sirven para ayudar a innumerables personas, que se encuentran pisando en un terreno totalmente resbaladizo, corriendo el riesgo de caer, y no poder levantarse, para enfrentar este serio problema; se necesita someterse a una prueba: fuerza de voluntad; por algo un refrán español dice: "Cuando la voluntad es grande, todo se vuelve pequeño" esto lo ha venido haciendo el popular "LAGUE" vive para su hijo, su compañera y sus tres hermanos, a quienes cuidaba su abnegada madre, como un verdadero tesoro. Ella se marchó por los caminos de la vida, aquejada de una terrible enfermedad, pero sus hijos se encuentran batallando, y dando ejemplos de dignidad, el tesoro más apreciado de cualquier ser humano.

¿Cuántas personas se encuentran vagando en ese camino interminable, que solamente conduce a la muerte? El alcoholismo ha llegado a extremos tan peligrosos, que muchos países han emprendido verdaderas campañas para hacerle frente a un mal, que parece extenderse, como ríos desbordados en épocas de invierno. En Colombia, las medidas de castigo se han incrementado, sin embargo, el problema sigue afectando a millares de ciudadanos. Está demostrado: ni la fuerza, ni la represión ayudan en la solución; es la conciencia, y eso se consigue con educación en el seno del hogar; no es fácil, pero no hay otro método; a veces, al verse en otro espejo, sirve para alejarse del abismo.

Nada de esto es nuevo; son muchos los pasajes bíblicos donde nos orientan antes un problema creado por el dinero, y profundizado en la sociedad de consumo, como la que estamos viviendo en estos momentos; la pauta la impone el dinero, nada importa antes los graves problemas en los cuales se encuentra metida la sociedad; se produce para vender, así, el consumidor llegue arrastrándose al expendio. El proverbio 23,29-30, sirve para reflexionar sobre este mal, más, si lo trasladamos a la época de su escritura, cuando los peligros no eran tan alarmantes, como hoy en día: "¿Para quién son los lamentos? ¿Para quién los pesares? ¿Para quién son los pleitos? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién son las heridas gratuitas? ¿Para quién los ojos morados? ¡Para el que no suelta la botella de vino, ni deja de probar licores!"

A toda persona, que se encuentre viviendo momentos difíciles en el alcoholismo, les pongo el ejemplo bastante aleccionador de este incansable obrero, al cual hago referencia; siempre anda bien vestido; en cada conversación se traslada al pasado, como diciéndole a todo el mundo: "Por ahí, no vuelvo a pasar" parece llevar sembrada en la conciencia un adagio muy trillado: "Más puede el juicio, que el vicio". USTED TIENE LA PALABRA



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Narciso Torrealba


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