Fracasó el golpe

A las 14hs de Argentina, una hora menos en Venezuela, todo asegura que el farsesco intento de golpe de Estado contra la Revolución Bolivariana ha fracasado, con ninguna gloria y mucha pena para sus promotores.

El único punto a mostrar como logro para los golpistas, es la liberación de Leopoldo López de su prisión domiciliaria. Se trata de un personaje declaradamente fascista, titular de un pseudo partido al que pertenece Juan Guaidó, el diputado investido por sí y ante sí como "presidente encargado", en contraposición a la magistratura constitucional de Nicolás Maduro. Esta fuga, sin embargo, está llamada a tener consecuencias de alta significación.

Según informes de esta mañana, López fue liberado por personal del Sebin, órgano nacional de inteligencia. Fuentes oficiales aseguran que esto ocurrió por la intervención directa de agentes estadounidenses, que repartieron dólares para lograr el objetivo. López y Guaidó, acompañados por el Teniente coronel Ilich Sánchez, solitario líder militar de la asonada, se dirigieron al Distribuidor Altamira, nudo de tránsito en las cercanías del cuartel La Carlota, sede de la Fuerza Aérea. Por cuerda separada arribó al lugar un medio centenar de guardias nacionales y agentes del Sebin, quienes al comprender de qué se trataba el movimiento regresaron rápidamente a sus cuarteles y denunciaron haber sido engañados por algunos de sus jefes, cuyos nombres denunciaron.

Los jefes fascistas llamaron a la población a marchar a Miraflores, sede del gobierno nacional. Los datos accesibles indican que no hay tal marcha y en cambio un grupo de militares se recluyó en la Plaza Altamira, el mismo lugar donde se atrincheraron jefes golpistas en 2002, sin otro efecto que un penoso debilitamiento hasta la extinción. Se desconoce el paradero de López y Guaidó.

Diosdado Cabello, vicepresidente del Psuv y titular de la Asamblea Nacional Constituyente, convocó a primera hora a la población a marchar a Miraflores para defender a Maduro. Una multitud se agolpó inmediatamente en torno al palacio. Poco después el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, dio un parte del ensayo golpista, al que calificó como "pequeño y mediocre". Junto a la totalidad de los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), Padrino dio por derrotado el intento y aclaró, significativamente, que hace responsables a los promotores de la intentona por cualquier muerte o derramamiento de sangre que pudiera producirse desde ese momento en adelante. Como hasta el momento no se han reportado muertos o heridos, cabe suponer que las autoridades suponen alguna forma de continuidad del proyecto golpista.

Los detalles de la operación estarán claros en los próximos días. Ya es visible, sin embargo, que el golpe no es sino un burda puesta en escena, destinada ante todo a la prensa comercial del mundo, que por supuesto respondió como se esperaba, magnificando hasta el absurdo los hechos durante toda la mañana, para menguar su entusiasmo apenas la información alternativa logró rasgar el manto de mentiras y exponer la realidad del fracaso contrarrevolucionario.

Destaca en esta circunstancia el papel del gobierno y la prensa burguesa de Argentina. En medio de un torbellino local, el presidente Mauricio Macri no demoró en tuitear (documentos conceptuales o discursos medulares no son recursos a la mano) que "apoyamos más que nunca la democracia en Venezuela", para asegurar de inmediato que su gobierno reconoce al payasesco Guaidó. Inmediatamente antes, su canciller, personaje mentecato y estólido como pocos, hizo el encomio del intento de golpe (ya fallido mientras él hablaba) y comprometió a la ciudadanía argentina con el respaldo a la operación fascista. Este funcionario adelantó que esta misma tarde los cancilleres del cartel de Lima se reunirían para decidir qué medidas tomar en apoyo al títere de Washington en Caracas. Los mandatarios de Chile, Perú y Colombia acompañaron tan ignominioso desempeño, que las historia sin duda les demandará. Porque lo que están alentando, fracasado el golpe, es la intervención de una fuerza mercenaria, financiada por Estados Unidos y basada en Colombia, para irrumpir en Venezuela y mostrarle al mundo una supuesta guerra civil, ficción que no por serlo significaría un costo menor humano y material para el país donde se intenta la transición al socialismo.

Argentina no puede ser cómplice de este crimen de lesa humanidad. Semanas atrás, en una gira por el interior del país para difundir la verdad de Venezuela, tuve oportunidad de reafirmar en conferencias y encuentros con militantes del más amplio espectro, la convicción de que el activo político argentino simpatiza con la Revolución bolivariana y rechaza el intervencionismo guerrerista del imperialismo y sus súbditos del sur.

Aun con los condicionamientos de la coyuntura local y en plena conciencia de las dificultades que implican, la militancia antimperialista y anticapitalista debería hacer un supremo esfuerzo unitario para realizar acciones de verdadera significación en la denuncia de la agresión estadounidense a la que arrastra al cartel de Lima.



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Luis Bilbao

Escritor. Director de la revista América XXI

 luisbilbao@fibertel.com.ar      @BilbaoL

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