Donald Trump: sus errores políticos con Venezuela

Respetado camarada Donald Trump, por ahora, pareciera que estás inmerso en varios asuntos de Estado, según, claro, tus pensares. El primero, el dichoso "muro"; segundo, los opiáceos; en el puesto tercero, Venezuela; por último, Rusia y China. Todo ello está en perfecta sintonía con el partido Demócrata y el Congreso. Fíjate que Afganistán, Iraq, Siria y los Comunitarios Europeos han pasado a la retaguardia. Al tiempo, según percibimos, tienes "ciertas presiones" de personeros cercanos que, a mi modo de analizar los contextos, tienen su propia agenda; es decir, son más políticos ideologizados que políticos-businessman como eres pero eso son las cosas del Poder. Analicemos cada punto para tratar de demostrarte que el menor de tus problemas es Venezuela.

El "muro". Fíjate, quizás yo sea el único latinoamericano que comprende tu propuesta de "seguir levantando" un "muro" entre "el calvinismo" y "el catolicismo", independiente de tus argumentos de cara a las masas. Lo expreso porque, considero, perteneces a ese grupo que suscriben los avatares que llevaron al Imperio Romano a la decadencia. Importantes estudios se han realizado en la academia norteamericana sobre el tema con una muy amplia bibliografía. Pero, camarada, los latinoamericanos no son "los bárbaros" ni los "tiempos históricos" son similares a pesar de la justificación lógica-formal (positivismo) que trata de equiparar lo imposible. Sobre el tema de los "opiáceos" pareciera que el problema y su solución tiene dos variables: la interna en cuanto al comercio-consumo-finanzas mientras que la externa se circunscribe en Afganistán y Colombia, fundamentalmente, sin negar otros "colaboradores" en la producción de "drogas-sintéticas".

Doy un salto para pasar al tema de Rusia y China. Es probable, en metodología obligante, que este tema sea, en última instancia, el eje central de las contradicciones en las cuales están inmerso los Estados Unidos de América en tanto y cuanto, en las actuales realidades, el mundo ha dejado de ser "unipolar" para transformarse en un "mundo pluripolar y multicéntrico" lo que significa que la "geopolítica mundial" se ha "horizontalizado", a su vez, lo que significa la imperativa necesidad de diseñar una "nueva geo-estrategia global" en correspondencia con objetivas realidades post-modernas en las cuales todos los países del globo terráqueo están inmersos y les correspondes sus propias obligaciones globales en función de mantener la paz mundial.

El tema Rusia y China es "un tema de profundo calado". Comencemos por Rusia. En las actualidades dudo que haya un jefe de Estado occidental comparable a Vladimir Putin. Claro en primera instancia tendríamos que comprender qué está sucediendo en Rusia. Creo recordar que Mihail Gorbachov durante su visita a China en 1989, el cámara Deng Xiaoping le advirtió de las posibles consecuencias de los desarrollos de las políticas significadas en la Perestroika y el Glasnost; "palabras que se las llevó el viento" y Rusia entró en una profunda crisis que bien conoces a decir de "los demócratas norteamericanos". Con el camarada Putin, paulatinamente, Rusia ha ido logrando centrar sus crisis y solucionando sus problemas a pesar de las sanciones. Pero profundicemos. Para comprender esa transformación debemos ir a la Historia de Rusia cuando las influencias parisinas tuvieron su importancia, cuando el Poder zarista veía más hacia occidente que a aquella Rusia en profunda crisis. Debemos recordar lo significado real de las consecuencias de su participación de la Primera Guerra Mundial (Revoluciones menchevique y bolchevique). Aquel mirar a occidente europeo lo ha comprendido el cámara Vladimir Putin promoviendo lo que se ha denominado la "rusificación de Rusia", claro, siempre teniendo presente los intereses de Estado y el petróleo y gas rusos.

Con respecto a China debo reiterar lo que en diferentes oportunidades he expresado incluso durante mi estancia en Beijing tanto en el seno del GRULAC como en mis conversas con diplomáticos norteamericanos. La esencia profunda de la política de "reforma y apertura" no significaba la transformación del Estado chino, es decir, una occidentalización norteamericana como aspiraban los centros de pensares estadounidenses y el propio gobierno en Washington. Por eso es que entiendo, comprendo, aunque sea ya muy tarde, las actuales presiones, en el comercio bilateral, que has desarrollado, camarada Trump, contra China.

Varios factores demuestran las debilidades objetivas de esas presiones desde los propios asuntos bilaterales hasta tocar las crisis sociales en lo social y económico de las clases menos favorecidas estadounidenses. Es decir, la clientela de Wallmart está y se encuentra en profunda crisis aún más en la actual reingeniería sistémica que vienes desarrollando desde la Casa Blanca independiente del aumento de puestos de trabajos "precarios".

Es decir, señor Presidente estadounidense, Donald Trump, como diría mi señora madre: …tiene una papa caliente en las manos…". ¿Qué hacer? Diría Lenin.

Es históricamente demostrable que cuando el sistema capitalista se encuentra en un profundo proceso de profunda transformación recurre a la "guerra"; es decir, aquella tesis de las necesidades de "guerras permanentes", léase, Corea, Vietnam, Kuwait-Iraq, Afganistán, de nuevo Iraq, Libia, Siria, los diferentes escenarios en el continente africanos, pasados y presentes, sin mencionar todos los avatares violentos en el Caribe y Latinoamérica como sin recurrir a las realidades de las "rebeliones de colores", "golpes de Estado disfrazados", no han logrado evitar el proceso dual de crecimientos socio-económicos y militares de Rusia y China, tus dos contradicciones sistémicas fundamentales.

Es acá donde entra lo que podríamos calificar como "la piedrita en tu zapato" que es la Revolución Bolivariana y Chavista en Venezuela.

Sí aceptamos que los EEUU de América se encuentra en una profunda crisis sistémica a lo interno como a lo externo podrían expresarse varios escenarios que le permitieran salir de la crisis en curso tanto en lo interno como en lo externo sin necesidad de recurrir a la guerra como lo hemos expuesto más arriba solo sí objetiviza la Historia como historia pero no solo la historia interna norteamericana como también tratar de conocer las historias de otros países con los cuales tiene y mantiene contradicciones políticas tanto en lo económico como en lo ideológico.

Es evidente, en esa línea de pensamiento, camarada Trump, que usted desconoce, profundamente, no solo la Historia de Venezuela sino incluso la historia que se desarrollara durante las realidades objetivas de la Segunda Guerra Mundial. Es cierto y demostrable que las relaciones bilaterales en lo político, en lo militar como en lo petrolero de nuestros ambos países, Venezuela y los EEUU de América, desde los tiempos del general Juan Vicente Gómez, en sus diferentes etapas históricas, fueron "excelentes" (sic) y ello, ambas partes, la Revolución Bolivariana y Chavista y los diferentes gobiernos norteamericanos desde el triunfo electoral del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, lo conocemos "al dedillo".

Pero ello no implica que esa tipología pretérita sea, actualmente, aplicable. Es decir, las relaciones bilaterales venezolano-estadounidenses han sufrido un profundo cambio asimétrico no comprendido menos aceptado por Washington y, en consecuencia, el Poder (Müller Rojas) por lo cual esas contradicciones en acto han venido desarrollando "fuertes y difíciles" confrontaciones de carácter de "muy graves" que con y durante el Gobierno presidido constitucionalmente por Nicolás Maduro Moros se han profundizado grave y peligrosamente.

Prueba de lo inmediato anterior, fue la clara y demostrable participación de los EEUU de América en la persona de su Embajador en Caracas durante el "Golpe del 11 de Abril del 2002" como es definitivamente incontestable la participación en el actual proceso de "Golpe de Estado" inédito, históricamente, por cierto, con la "imposición demostrada" de un "siervo de leva" sin futuro menos sin personalidad que las propias derechas criollas lo califican como "el Larrazabal" de la transición hacia la imposición de Leopoldo López como presidente.

Acá observamos varios errores importantes que su Gobierno, camarada Trump, viene cometiendo con respecto a Venezuela de carácter de muy graves e internacional en tanto que consideremos que los EEUU de América es una potencia mundial y, obviamente, "la potencia continental americana". El primero de los errores es imponer una nueva teoría del Derecho Internacional que es transversal a toda la globalidad mundial cuando "no impone" sino "pone" a un seudo-político desconocido en el Ejecutivo venezolano; es decir, ello al ser introducido en las relaciones internacionales significa imponer un "neo-modelo monárquico" cuasi "feudal".

En segundo lugar, en la globalidad de imponer para los países, naciones, sociedades, ubicadas al sur del río Bravo y al sur de la península de la Florida (de ahí el "muro" y las acusaciones de tráfico de estupefacientes, violaciones, etc.), está señalando, claramente, la actual reingeniería de la "Doctrina Monroe" no solo en lo referente al "patio trasero" sino aquella famosa frase de "América para los americanos" con lo cual está mandando un claro y transparente mensaje tanto a Rusia como a China e imponiéndole condiciones reales a sus "pares europeos" sobre sus presencias en la región americana. Aclaro por necesario con la finalidad de objetivar mi argumento.

Durante el "Golpe de Abril del 2002", quien objetivamente perdió ante el "proyecto Carmona" fueron, precisamente, los Estados Unidos de América frente a la preeminencia en el control de Poder en Venezuela de "lo eurocéntrico" (con permiso de mi colega José Gregorio, un anti-eurocéntrico militante). Aquella lección le permitió a Washington realizar una profunda reflexión y objetivar sus propios intereses frente a las realidades significadas de la nueva geopolítica mundial ante la importante presencia de Rusia y China, más cuando ambas naciones tienen "una sólida presencia" en Venezuela y lo que Venezuela significa en esa nueva geopolítica mundial.

En tercera instancia hay una muy importante variable a considerar: la Historia de Venezuela. Dudo, camarada Donald Trump, que manejes algunos "detalles" de la Historia de Venezuela pre-colombina. Los Caribes fueron algo "traviesos" en sus avatares militares. Desconoces que la denominada "colonización monárquica hispana" no logró "conquistar" todo el territorio geográfico-histórico de Venezuela. Como desconoces el porqué la Corona borbónica-castellano-leonesa constituyó y envió a la Compañía Guipuzcoana a Venezuela como desconoces los "tres circuitos comerciales" del Caribe (R. Aizpurúa), como desconoces el proceso originario que fuera desarrollándose pro-Independencia así como desconoces la participación de don Francisco de Miranda en el proceso independentista de los Estados Unidos de América.

Tampoco sabes que Simón Bolívar ordenó la creación de una República en la península de la Florida como no te habrán comentado el "tema Irving" y las goletas, bueno, barcos de transporte de "bienes y servicios" (ayuda humanitaria), claro, para las huestes borbónicas. Dudo que alguno de tus asesores conozca aquella carta de un general español a su rey borbónico donde le exponía sobre lo aguerrido de "los llaneros". En fin, para concluir, deberías considerar que fueron los venezolanos quienes marcharon hasta Bolivia (para que comprendas).

Es decir, señor Presidente Donald Trump, así como la Rusia soviética derrotó a los nazis con un alto costo en vidas humanas porque Adolfo Hitler como Napoleón no comprendieron ni la geografía física ni las capacidades sociales del pueblo ruso, podría sucederle a cualquier ejército, regular e irregular, el cometer el error de "poner un pie en suelo sagrado venezolano". Pero todo este escenario tiene una razón de ser global. Me explico, camarada Trump.

Regresemos a la necesidad de la tesis de la guerra en el marco de la supervivencia del sistema capitalista. Es evidente que la nueva geopolítica mundial, bien, al decir de Zbigniew Kazimierz Brzezinski, se está desarrollando un "nuevo tablero de ajedrez" inevitablemente dividiendo las realidades mundiales en tres regiones: Asia-China, Europa-Rusia y América-Suramérica donde África aún es escenario de disputa y confrontación entre-potencias.

Es cierto que el "nombramiento" del "siervo de leva" es un paso hacia el control del petróleo-gas y minerales-metales venezolanos. En primer lugar, por las deficiencias en esas variables en suelo norteamericano. En segundo lugar, porque el Poder (Müller Rojas) ha comprendido las ventajas y desventajas que representan ambos océanos, Atlántico y Pacífico, en el cuadro geo-militar-global. En tercer lugar, la necesidad de mantener a una sociedad ya de por si precaria en sus realidades socio-económicas cuales se profundizarán frente a las realidades sociales de Asia (costos de mano de obra y nueva realidad de la Internacional del Trabajo); los costos de producción de petróleo y gas y minerales y metales de Rusia que desarrollará, inevitablemente, una dependencia de los países europeos hacia Moscú. En cuarto lugar, el petróleo y gas del "Golfo" tendrá que adscribirse a las necesidades tanto de Europa como de la India, etc., visto los costos de transporte y seguros y reaseguros por transporte hacia y en regiones con una alta volatilidad hacia ese mercado norteamericano. Todo ello y otras variables determinarán, sí y solo sí, Washington, inteligentemente, toma la decisión de "sentarse a conversar" con Venezuela.



 



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Miguel Ángel Del Pozo


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