Se tu mismo

El título de estas reflexiones se toma de una canción del venezolano, Trino Mora, que sonó mucho por los años 70 del siglo XX.

Recientemente escribimos un artículo sobre las mentes colonizadas que existen en algunos presidentes de América Latina. Ahora haremos unas breves reflexiones sobre sectores de la sociedad venezolana que terminan apoyando a quienes no representan su verdadera identidad.

El biólogo James Watson, premio Nobel de Medicina en 1962, con noventa años a cuesta, sigue sosteniendo sus tesis racistas y últimamente ha reafirmado que: "entre los blancos y los negros hay diferencias en los resultados de las pruebas de inteligencia. Yo diría que la diferencia es genética".

Sus tesis son las mismas que levantó Adolfo Hitler con su propuesta de la "pureza" racial y la superioridad de la "raza germana" o en otras palabras la "raza aria superior" (rubio, de ojos azules y alto), que se consideraban superadas, no sólo por la negación misma del ser humano, sino por sus implicaciones en las sociedades que tienen como desiderátum la democracia, la libertad y la igualdad de raza, color y género.

Pero en pleno siglo XXI, son las mismas tesis que hoy encarna el presidente estadounidense Donald Trump, quien como se sabe -y él a cada momento lo ratifica en sus palabras y actuaciones-, es misógino (odia a las mujeres), es racistas (odia a los negros), es xenófobo (odia a los inmigrantes) y es homofóbico (odia a los homosexuales).

El señor Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, sigue el mismo libreto de Trump y con todas sus características.

Tanto Trump como Bolsonaro, recibieron apoyo electoral de quienes ellos defienden pero también parte de quienes rechazan. Por ejemplo, en el caso de Brasil, los 55 millones de votos que obtuvo Bolsonaro para ganar la presidencia en ese país no fueron únicamente de los evangélicos, también por él votaron mujeres, negros y homosexuales.

En ambos casos estamos en presencia de comportamientos con identidades negativas, que serían, según el filósofo alemán Hegel, "el fenómeno mediante el cual te defines a partir de lo que no eres", tal y como lo describe el escritor estadounidense, Morris Berman, en el folleto Localizar al enemigo: Mito versus realidad en la política exterior de Estados Unidos.

Eso mismo, podríamos afirmar, está ocurriendo en nuestro país con algunos sectores sociales.

Sólo un ejemplo. La convocatoria realizada por el gobierno de Donald Trump, a través de su vicepresidente, Mike Pence, para la concentración de la oposición venezolana el 23 de enero, es una clara evidencia de hasta dónde está involucrado este gobierno en los asuntos internos de nuestro país.

Esto dijo Pence: "Déjenme expresarles el inquebrantable respaldo de los Estados Unidos, mientras ustedes, el pueblo de Venezuela, elevan sus voces en el llamado a la libertad. Nicolás Maduro es un dictador que carece de legitimidad para ejercer el poder. Nunca ha ganado la presidencia a través de elecciones justas y libres y se ha mantenido en el poder arrestando a cualquier persona que se ha atrevido a oponérsele".

En esa concentración y otras que la oposición ha venido realizando, se pudo (y puede) evidenciar participación de muchas mujeres y de ellas unas cuantas de color negro. En este caso estamos en presencia de una identidad negativa, porque no pareciera muy congruente que se oiga el llamado del representante de un gobierno misógino y racista y tú mujer negra, por el odio inoculado contra Chávez, antes, y ahora contra Maduro, no logres discernir y hagas comparsa con esa negación ontológica.

Al pueblo chavista se le ha dicho de todo: "Pata en suelo", con un "bollo de pan en el bolsillo", "mantenidos", "vagos", "flojos", "negros piches", "descamisados", "sinvergüenzas", "masoquistas", "desdentados" y para usted de contar. Son comentarios racistas y absolutamente discriminadores.

Pero lo que no podrán decirle a ese pueblo es que no tiene identidad. Con Chávez primero, y luego con Maduro, tiene identidad, ambos lo representan, vienen de su misma clase, y ellos se sienten representados, con el "chavurro" y el "maburro". Existe una especie de analéctica entre ambos porque el yo, más allá de su ser y de su particular interés, se acompaña para encontrarse con el otro, y esa es una gran fortaleza de esta revolución que el gobierno de Estados Unidos y sus siguises no entienden aunque quieren destronar.

Y ese pueblo ciertamente lo hace a pesar de la indiferencia e indolencia de muchos funcionarios públicos; de las colas, de los malabares que debe hacer para adquirir los alimentos, la galopante especulación, de los problemas con los servicios públicos y de otros que existen y nadie puede negar y que ha hecho que crezca el descontento contra el gobierno bolivariano, sobre todo en zonas populares.

Cada quien puede y debe tener su preferencia política, incluyendo la opción opositora, eso es lícito y válido, además de democrático, pero nunca negar su propio ser al ponerse al lado de quienes te desprecian y lo dicen abiertamente. Mucho menos priorizando la bandera de los Estados Unidos por encima de la de tú país.

Como dato final para que se sepa de dónde viene la negación del otro, baste mencionar que en este mismo portal se publicó una información donde el locutor y animador, claramente opositor, Orlando Urdaneta, de no muy buena reputación, dijo en su programa Conversando con Urdaneta, al referirse a uno de sus técnicos, lo siguiente: "No te veo, que bueno que además no te veo…sé que haces señas, pero como eres negro y está allá atrás, no te veo". Ya Osmel Sousa había dicho que "las negras venezolanas no son bonitas"; Leopoldo Castillo en un programa hizo escarnio de Robert Mugabe, expresidente de Zimbabue: "Arrurú Mugabe", tapándose la cara y carcajeándose junto a Humberto Calderón Berti quien añadió como remate, que la imagen le recordaba a "un perrito de taxi".

Ante eso, la escogencia es absolutamente libre, pero terminemos tarareando con la canción de Trino Mora: sé tú misma y sé tú mismo.



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

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