Guaidó: ¿escapará de ésta loco y nosotros sálvese el que pueda?

En esta gran comedia por el poder -Guaidó- nos ha enajenado y nos tiene como picados de culebra y, él de remate confianzudo más de lo que aparenta como "presidente" de los guapetones y trasnochados de la Casa Blanca y, desde que se autoproclamó se le subieron los triglicéridos coloniales del poder y, su ADN político infestado de servidumbre es peor que si estuviera amamantando a Trump de alegría que, antes cuando se bajaba los pantalones sin pudor en las marchas, ha superado ese momento que le ha dado la oportunidad al mundo de aclamarlo por ser presidente afortunado de la Asamblea Nacional y, después que le dieron el libreto de la orden de mandamás sin dirección por el Grupo de Lima con la bendición de Luis Almagro que, se enamora oportunamente de los que le hacen oposición a Maduro y, le revira los ojos de rabia con furia vandálica cuando tilda de ridículos a Mexicanos y uruguayos por pedir la mediación entre las partes en Venezuela que lo afecta de tal forma sin ser embrión venezolano.

La historia de Juan Guaidó es una historia de muchos participantes que los más que quieren que el gobierne a Venezuela son extranjeros -nada que ver con Venezuela- y, cada quien tiene como un pedacito de ganas que sea él y, nada más que él el escogido como el único constitucional para ser el verdadero "presidente" ipso facto que encaja al modo de pensar ellos, y desean y lo exigen que todo el pueblo le rinda pleitesía y que Maduro deje de ser presidente "arrimado" y le sirva de doble que, ese es el mejor papel que le queda jugar dentro de la película: "Quítate tú para ponerme yo", cuyo protagonista y actor principal es Trump y, dentro del elenco secundario, Mike Pence, Pompeo, Marco Rubio, Bolton, María Corina y Shakira (éstas ultimas estarán dentro del agasajo del día del acto de juramentación, María Corina fajándolo y Shakira cantando el himno de los Estados Unidos), además de ser Trump el autor y actor del desenlace direccional y final que lleva la trama, hay otros actores secundarios que se mueven en el exterior y otros dentro del país y, todos ellos con el único interés de servirle a Venezuela con corazón de patriotas y las manos estiradas por si acaso llueve café y, Guaidó por lo visto muy pronto va tener también su espacio en el paseo de los famosos en Hollywood que por los vientos que soplan del Norte, mejor papel no puede jugar y como todo es posible en este mundo tan pequeño que a lo mejor, lo lleva de la mano con su batuta al aire, nuestro grandioso Gustavo Dudamel con la partitura del siglo: a Maduro dale duro sin violín con golpe suave.

El mundo descontrolado en tres tiempos se ufana de esperanza que comenzó con el secretario de la OEA, siguió el Grupo de Lima bajo en el entretenimiento del presidente Trump y, ahora ha caído la plaga de la unión europea que donde mete la mano la tiñe de rojo, rojo de injusticias e incertidumbre y de clima incierto que hasta los italianos que vivieron su dictadura fascista con Benito Mussolini, tuvieron que apartarse a tiempo y no reconocen al dictadorcillo Juan Guaidó, pero de otro país del Norte muy considerado hasta nostálgico como Canadá tan prevenido con la oposición por sus interéses foráneos como indios que somos, nos quieren cambiar hielo por petróleo y no solo eso sino que, quieren que Guaidó baile un tiriquitiqui con la canciller Chrystia a ver si en el danzar -de aquí y de allá- salga alguien con la pollera colorá que nos ampare de felicidad y demuestre con frivolidad que en la unión está la fuerza y con la soltura de sus bondades políticas tengamos mejor y libre democracia.

Así que Guaidó no debe de jugar con suerte que nació para ser un presidente apoyado, bien maduro, que cuando lo trajeron al mundo, la partera dijo, serás presidente y un presidente ardiloso y el carrizo como que la oyó, porque ahora dice sin desgano y con fuerza de unión, aquí estoy yo, no nacido para socialismos intrincados que lo que hay que hacer es obedecer órdenes y oído al tambor que lo bueno dura poco y, quien nació para traspasar fronteras, vive de grandezas y, en la fuerza está la emoción de tener apoyo hasta en el Polo Norte, pero el gran problema y que se mire con ojos de piedad y siempre viendo hacia adelante que el país está ansioso de sus actos de sus arengas como discursos rompe pechos mata hambre con ayuda humanitaria incluida y, es que el sapo salta y se ensarta, la Historia está llena de ejemplos.

Y es triste preguntar: ¿por quién repican las campanas?



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Esteban Rojas


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