Maduro: 20M y promesas en saco roto

Destaco como preámbulo de estas líneas que mi análisis es sumamente básico y doméstico, ya que no soy politóloga, sesuda analista ni mucho menos matemática. Me cuesta tanto sumar y restar que ya adentrarme en el extraño mundo de los porcentajes sería laberíntico y cometería demasiados errores.

Doméstico, porque muchas veces, sin tanto estudio de macro escenarios y situaciones, el pequeño e insignificante mundo en el cual uno se desenvuelve nos aporta más indicios que los expertos análisis políticos y de psicología y sociología de masas. Lo particular nos conduce a lo general.

Desaparecido el entusiasmo por la fiesta electoral que siempre tuvimos los venezolanos desde la IV; porque quienes tenemos cierta edad o edad muy cierta, hemos de recordar las "caravanas" de Acción Democrática y Copei; las elecciones en la era Chávez cuando chavistas y opositores salían en masa a votar y ese día era como Año Nuevo en los hogares. Por el contrario, desesperanza y apatía reinaron para estas elecciones; calles y avenidas desiertas y ni hablar de comer familia y amigos juntos el domingo electoral porque no hay que poner en la mesa y la familia está repartida en la geografía mundial "más allá de nuestras fronteras".

Ya todos sabíamos que Nicolás ganaría/perdería. Eso no era secreto para nadie. Ni Falcón ni el Pastor iban a ganar, porque no tenían "votos duros", que llaman; ni funcionarios públicos de 35 Ministerios, gobernaciones, alcaldías, empresas del Estado y demás oficinas e instituciones públicas para preservar sus cargos. Falcón es como un juguete roto y el Pastor pues sólo con sus fieles y su sopa no iba a llegar a ninguna parte. No se podía competir con Claps, aumentos periódicos de salario mínimo, bonos, premios "si votan por mi" y otras planchas de zinc; ni con programas de televisión ni el manido discurso gubernamental de salvación de la Patria por el cual hemos sido condenados al infierno todos quienes por una u otra razón estamos fuera de Venezuela.

Nicolás ganó pero perdió. Y perdió bastante. Yo creí que luego de ese triunfo tan agridulce Nicolás se retiraría a sus aposentos a reflexionar acerca de cómo corregir tanta metedura de pata durante estos cinco años de gobierno. El solo. Sin nadie de su inoperante equipo que perturbe la seria reflexión que corresponde hacer, no para concluir cómo seguir aferrados al poder o cómo llamar al próximo bono (que imagino sería el de Junio por la Batalla de Carabobo o del Día Internacional de lo Paranormal), sino para reconocer sus errores y equivocaciones y, en verdad, salvar a la Patria no del Imperio ("Nos aplastarían como hormigas", decía Chávez), sino de esa manera tan improvisada y reactiva de gobernar de medidas efectistas y limosneras que más parece una colcha de retazos: un parche por aquí, otro parche por allá. Como hace uno Nicolás cuando ha metido la pata o se equivoca, o toma una mala decisión y se salva por azar de las consecuencias y, entonces, uno promete no volver a pecar y se alegra un poquitín porque la suerte sonrió. Pero, sobre todo, uno cumple lo prometido en el acto de contrición. Y si es alguien que vive invocando a Dios y al amor y paz, pues propósito de la enmienda.

Pero no. Salió Nicolás, como siempre, a repartir culpas: que si el transporte que no trasladó a los votantes, la prensa internacional que convenció para abstenerse, etc., etc. Y, dijo algo que fue lo que más llamó mi atención. Copio:

"CUENTAN CONMIGO

"Soy y seré Presidente de todos y cada uno de los venezolanos. Porque hoy no es solo el triunfo de nuestra opción, sino que se trata de la victoria de todo el país, de quienes participaron y de quienes no. De quienes votaron por mí y de quienes no. De quienes viven en esta hermosa tierra y de quienes lo hacen más allá de nuestras fronteras. Sepan que todos cuentan conmigo. #GanóVenezuela"

Y luego de esa ambivalencia del triunfo "de quienes participaron y quienes no" -concediéndole un triunfito a la abstención-, aquí mis conclusiones domésticas derivadas del pequeño e insignificante mundito donde apenas puedo moverme a esta septuagenaria edad:

-Ya casi no llamo a mi hermana, porque aunque es gratis por whatssap, siempre es la misma cantaleta que me sube la tensión: su pensión y su jubilación no le alcanzan y yo no le envío sus medicinas desde que los pensionados en el exterior no somos prioridad para el gobierno, es decir, hace 2 años y medio. Ha adelgazado 9 kilos porque además de la sarcopenia propia de la vejez, sólo los millonarios, enchufados, bachaqueros, negociantes y otras especies que han germinado bajo el manto de la crisis, guerra económica o como sea que se llame, pueden adquirir los bienes y servicios necesarios para subsistir. Y ese es mi pan nuestro de cada día con quien quiera que hable en Venezuela y con muchos a quienes leo. Entonces forzosamente derivo que la mayoría del país se encuentra en esas condiciones y que en esa situación pues muchos serán los que no deseen moverse a votar, porque comer es LA necesidad primaria y, sencillamente, no está garantizada. Me añade que han reducido a la Patria a sus especificaciones ínfimas: un carnet. Que no iría a votar porque no va a subordinar su voluntad a un pedazo de plástico y a una caja de carbohidratos refinados.

-Pero bueno Nicolás: ahora también eres el Presidente de quienes vivimos "más allá de nuestras fronteras"? No me cortes con ese vaso de cartón. Resulta que mi familia y amigos -y muchos votaron por ti el 2013-, a su situación que viven en Venezuela tan difícil y angustiosa porque eso que llaman "guerra económica" la vive el pueblo en su alma y en su psique sólo de pensar qué comerán mañana; cuántas horas de apagones y falta de agua; colas interminables en las puertas de un banco y en todas partes; pleitos por arrebatar una caja de comida; medicinas que no hay o no pueden adquirir; El Guaire como nueva fuente de búsqueda de lo que sea; eso sí que es la peor guerra: la angustia, Nicolás; el bolsillo cada día más vacío y la inmisericorde condición de necesitar un carnet hasta para hacer gárgaras. Es que ni los señores feudales.

Y todavía iban a hacer cola para votar? Es que aunque la oposición no hubiese llamado a la abstención, igual Iba a ser el escenario. Es que da lástima estar ofreciendo premios a cambio de un voto. Eso también es mendigar. Qué bajeza y qué menosprecio a los venezolanos. Y qué feo para un Presidente. Te salvó el "voto duro" que aún cree que tú arreglarás ese laberinto tal como te comprometiste en la campaña electoral y cada cinco minutos en estos cinco años, y que mantiene a la Patria en un carnet. Es ésa la Patria que quieres salvar? O que salve el pueblo, porque ustedes los gobernantes no sufren penurias y su plan y su búnker tendrán para resguardarse del Imperio. O es que tú blandirás la espada de Bolívar y saldrás a la lucha cuerpo a cuerpo? Por favorrrr!!

Bien, lo cierto es que esos familiares y amigos en principio, no creyeron que fuese verdad que tú no nos pagases la pensión. Y fue así porque hasta nosotros los pensionados que vivimos "más allá de nuestras fronteras", tampoco lo creímos. Pensamos que se trataría de algún retardo. Pero cuando transcurrieron seis meses, y ahora 29 meses; se hizo público, te "comprometiste" a pagar en Diciembre de 2017 y continúas en deuda, pues han jurado que menos aún saldrían a votar. Y me escribirá algún lector para decirme que me quede tranquila y deje de reclamar la pensión; o algún otro deseando que muramos todos y pues no los complaceré porque esa deuda y ese impago también se proyectó en esos millones de votos ausentes. Todo suma.

Pequeñita muestra de mi pequeñito mundo, pero entiendo que las estadísticas trabajan con muestras. Entonces, multiplicando mal como suelo hacerlo, son unos cuantos miles de personas. Insignificante, pero una pista, al menos.

-Y los "limpia pocetas" más allá de nuestras fronteras? Sus familias en Venezuela iban a salir a votar? Creo que no. Ese ha sido el temita más cursi y torpe de este período y el más impropio de un Presidente. Otra multiplicación imaginaria y otros cuantos miles. Porque apuesto que el Ministro Zerpa no ha ni siquiera pensado en tu plan de "Vuelta a la Patria" y todos esos planes que en público le lanzas a tus Ministros y ellos anotan en una libretista que después se les olvida abrir. Todavía no sabemos ni cuál es el Ministro con quien estabas trabajando desde Octubre del año pasado modificando el Presupuesto para pagar la deuda a los pensionados en el exterior. Te recuerdas?

Como soy una señora vieja impertinente y tú podrías ser mi hijo, te doy un consejo que no te haga perder más credibilidad que votos: siéntate a la sombra del árbol de la felicidad con un puñado de nueces y medita varios días acerca de los atajos que has tomado y que no te han conducido a los 10 millones por el buche. Asume tu rol; deja las jerigonzas, las apariciones públicas, la bailadera de salsa, y ponte a trabajar, porque ha sido muy mala propaganda. La propia realidad nos hace saber cómo van las cosas sin necesidad de VTV, con el mazo dando, La Hojilla, Maradona, y otras cortinas.

Olvídate de los bonos inflacionarios y del carnet de la Patria que ya ves no sirvió de mucho; que el plástico contamina los mares y creo que la conservación del planeta era un punto del Plan de la Patria. Ese carnet es la peor rebaja moral hacia el pueblo y estar utilizando a la Patria para calificar y justificar todo lo que haces prostituye nuestra cuna. El pueblo venezolano subordinado a un carnet. "Dando y dando" parece que no fueron elecciones sino intercambio de regalos del amigo secreto. Eso es como raparle la cabeza a un reo de culpa. Qué feo!

Ve Nicolás: el día que te hagas responsable, cumplas tus compromisos, y dejes de culpar al gato, sentirás lo que es la libertad y la fuerza de carácter. No hay nada más poderoso que decir: "Fui yo".

Recuerda: quien tiene la autoridad, tiene la responsabilidad. No lo aprendiste en el curso de Liderazgo?

iraidalambert@gmail.com



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