Venezuela, por un camino incierto

"Si no escuchas a tu jefe, te verás obligado a pensar

y si piensas, a tu jefe no le va a gustar"

Las frases "se tú mismo" o "piensa por ti mismo" son las que utilizamos para hacerle entender a alguien que sea "original", lamentablemente constituye una ilusión que nos aleja y nos hace olvidar que por naturaleza somos seres sociales, que somos individuos y parte indivisible de esta sociedad que, bajo este sistema pretende hurtar nuestra particularidad. El mayor peligro anida en creer que nuestro modo de pensar está a salvo de la influencia del sistema.

El sistema a través de sus mecanismos mediáticos aniquila nuestra individualidad, la cubre con un manto de embellecimiento e ilusión, de una conciencia acrítica que creemos autoproclamada, sin darnos cuenta que todo obedece a manipulación externa. Y ahí radica su extraordinaria efectividad, haciendo creer a los esclavos y a los ciervos que su condición es "natural" y a la clase trabajadora que es "libre". Así nos convierten en masa amorfa que no proyecta imagen y sin la más mínima sospecha de que perdimos algo en el camino.

Las herramientas por excelencia para este fin son la educación y una jaula sin barrotes que llaman medios de comunicación. Mientras más invisible más efectivo. Actuando como guía en nuestros deseos y creencias, nos hechizan hasta convertirnos en seres inanimados que actuamos solo en función de lo que ellos nos presentan. El sistema de valores que nos inscriben es solo el arduo trabajo para lograr el éxito relativo como coronación de nuestro esfuerzo aun ante el fracaso de otros, lo cual le otorga valor a lo que hacemos. La desaparición de la solidaridad, la competitividad y la envidia son mecanismos saludables para el giro rotativo del capital.

Con estos mecanismos logran que el oprimido y explotado ame a su opresor y explotador contra toda lógica, que queramos, no vivir sino malvivir en permanente ansiedad, porque siempre deseamos más de lo que tenemos. Esto es lo rentable para el Mercado; una industria que solo crea desdicha e infelicidad y que además vende sus manuales de autoayuda para ser felices mediante fórmulas mágicas y sin cuestionamiento al sistema que las genera. La prosperidad y la justicia siguen siendo un sueño de desposeídos, han impuesto a los trabajadores el miedo al desempleo, a una vida sujeta al temor del mañana. Desde la política hasta la música, la televisión y el cine nos venden estilos de vida que se grabarán como tinta indeleble en nuestras "libres" mentes.

El medio y la evaluación, se convierte en fin y el aprender a pensar, a ser crítico como fin en sí mismo queda desplazado a los bordes de la docilidad amaestrada que suele ser premiada en todas las instituciones educativas y gubernamentales.

Y ocurre también la infame separación entre el que se encuentra en el poder, el que sabe, el profesor, y el tonto que no sabe, el alumno, el empleado, cuya distancia es infranqueable. El alumno es el recipiente que ha de rellenar el que sabe, el profesor, el empleado debe hacer dócilmente lo que dicen los de "arriba", los que ostentan el poder, hasta la forma de exigir nuestros derechos quieren regular. Queda prohibido el inventar y errar, la independencia y la autonomía. Para ellos esta forma de acción rompe las reglas. Todo lo que se haga que salga de sus dictados y órdenes es oposición a la establecida institución.

Buscan, y lo logran con mucha eficiencia, que sintamos hasta dolor si no podemos obtener lo que nos ofrecen, es decir, lo hacen necesario, aunque no lo sea; es un control que no se ve, pero que está allí, reptando por doquier, manejando dócilmente nuestra subjetividad para borrar cualquier asomo de crítica o de oposición.

Estamos tan informados que padecemos de una profunda desinformación, el bombardeo es tal que toda la información goza del mismo valor. Esta realidad construida por los medios de comunicación nos sumerge cada vez más en un peligroso mar de ignorancia, la situación actual, el sensacionalismo, el pensamiento rápido de las informaciones superficiales que no van más allá de lo que se puede reconocer fácilmente, elimina de manera profunda cualquier asomo de verdadero conocimiento. El exceso produce indiferencia y la indiferencia, docilidad y la docilidad apatía.

En esta maraña de manipulación no solo la educación y los medios de masas cumplen con sus objetivos; en el ámbito institucional los enquistados sujetos que se auto denominan de izquierda hacen lo propio al servicio del sistema, de terceros y de ellos como recolectores de desperdicios que dejan caer los poderosos. La fragilidad en nuestra organización, la falta de unidad de clase y la no movilización son elementos que juegan en contra de nosotros y a favor de ellos y del sistema.

Nuestras instituciones están repletas de Charlatanes que sueltan la lengua sin importarles demasiado la corrección o la verdad de lo que dicen, que sacan beneficio del tiempo de la lumbre que dan, de la atracción de la atención que en ese tiempo suscitan y de la ocupación del tiempo de la vida de los otros.

Usan la indiferencia a la verdad, a datos contrastados y a hechos como instrumento político, económico y social. Producen reacciones emocionales de los trabajadores que son independientes de su relación con la realidad, de todo producen, teorías conspirativas, cotilleos, susurros, chismes, maledicencias, calentones,..., cualquier pronunciamiento que genere atención colectiva al mensaje que emiten, generando pereza y flojera por la comprobación de su verdad o verosimilitud.

Estos sujetos pasaron a ser serviles del sistema de comunicación capitalista que aplicó en primer lugar los recortes económicos y ahora los mentales, pretendiendo erigirse como los educadores hegemónicos donde la primera víctima de esta guerra contra los trabajadores institucionales es la verdad.

Los medios de comunicación son por excelencia los mecanismos de control, enajenación e ideológicos, pero debemos ver con cuidado los sujetos que, haciéndose pasar por revolucionarios de izquierda dentro de las instituciones utilizan los medios a su alcance de la misma forma y con el mismo fin, que no es otro que el de justificar políticas y acciones que no se corresponden con el discurso por la izquierda que vociferan.

Lamentable es decir que hoy el gobierno no tiene el control de la cosa económica, nos encontramos en una guerra de todos contra todos. El alto componente de lúmpenes que controlan las instituciones, que toman acciones realmente asquerosas contra los trabajadores y que juega a lo sumo para intereses propios, de robos descarados del erario, de tráfico de influencias, de nepotismo, de amiguismo y si alguno tiene la suficiente capacidad es posible que esté de sirviente de algún grupo económico.

La situación actual demuestra, la falta de control y de seriedad en la política; no es posible que se dicten medidas que no se aplican y si se aplican lo hacen de la forma incorrecta. Se jactan de un discurso por la izquierda y antiimperialista pero realmente no toman medidas de izquierda ni antiimperialistas, esto no es difícil de constatar, basta con ver la forma en que despiden a la dirigencia sindical, la represión contra el que se atreve a disentir, la forma en que aprueban las convenciones colectivas y lo peor de todo es que estas acciones son avaladas por las centrales de trabajo. El alto componente militar en la cosa pública es otro elemento que contradice el discurso, pero además es el que más influye en la corrupción ya que la gran mayoría de las empresas del estado están controladas por militares, observen el bicentenario, las cementeras, mi casa bien equipada, Misión Vivienda, Misión abastecimiento soberano, Venezuela Productiva, etc., etc., etc.

Sin desconocer las medidas que han tomado los gringos y la UE contra nuestro país, debemos decir con responsabilidad que las medidas del gobierno solo han servido para que esto ocurriera, transformaron al país en una especie de piñata donde todos quieren agarrar, hasta los más desposeídos.

Esto es reflejo de políticas neoliberales aplicadas por sujetos socialdemócratas, porque de izquierda no son. Una inflación que supera el 2.000% contra unos aumentos que de manera muy tímida no superan el 250%. Una evidente falta de control por parte del gobierno, lo que se traduce en un control por los grupos económicos en articulación con los militares, los lúmpenes enquistados en el estado y las mafias.

La dispersión, la docilidad, la apatía en la que se encuentra el movimiento de los trabajadores, la falta de una dirección obrera, revolucionaria y socialista que no aparece por ningún lado, partidos de izquierda dispersos y sin incidencia en las masas y los que pudieran tener alguna incidencia pactan, son elementos que pueden permitir que ocurra cualquier fenómeno político adverso a los intereses de las grandes mayorías.

Es de Perogrullo la necesaria unidad, organización y movilización de la clase trabajadora en conjunción con los sectores populares, de lo contrario lo que se avecina no tendrá parangón.

La dirigencia institucional está como el sistema capitalista, de tanto tergiversar y confundir han conseguido que la verdad desaparezca. Mienten de manera impune. Han contaminado todas las estructuras del estado, hasta alcanzar la base impregnando de manera sucia la política, la cultura y la vida misma.


Los que ostentan el poder se llenan de descaro y se sienten seguros para actuar impunemente y mentir. Los dirigentes de hoy no solo mienten, sino que se sumergieron en una mentira permanente.

Nos hundieron en un mundo donde la verdad desapareció e impusieron la mentira como regla, la manipulación como método y la ideología como lo que es, falsa conciencia. Hay una ciudadanía sorda, muda e indolente ante el advenimiento del desastre político, cerramos los ojos ante todo lo que está ocurriendo, actuamos más por sentimientos e impulsos que por análisis y estudio, nos condenaron a la búsqueda permanente de los alimentos básicos, los medicamentos necesarios, a sembrar esperanzas en juegos de azar, a esperar con amargura bonos populistas que no solucionan la grave crisis, en definitiva nos condenaron a mendigar la vida en detrimento de otra y en favor de mentira.



La situación que construyen estos líderes es cada día más escabroso, deleznable y peligroso. No nos proporciona seguridad ni certeza, perdimos el límite entre el bien y el mal, cuál es el rumbo que debemos tomar, en quién confiar, un caos tan profundo que rompe todas las lógicas.


Es un país en equilibrio inconsistente repleto de mentiras, donde la confianza se perdió, en el que es posible todo, incluso que un día, de manera inesperada, surja un régimen totalitario y fascista.

turkialmaaz@gmail.com



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Turki Al Maaz

Facilitador en Salud de los Trabajadores TII. INPSASEL

 turkialmaaz@gmail.com

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