¡Muera la inteligencia! ¡Viva el rebaño!

Al principio se le dijo al gobierno que rectificara, que evitara el pragmatismo, la alianza con los capitalistas, que por allí no era la solución; se le recordó el pensamiento del Che: no se puede construir el Socialismo con las armas melladas del capitalismo. Todo fue en vano, más pudo el facilismo, cambiar el dinero de las arcas por los votos. Así se construyeron una ilusión de apoyo, una soberbia que les impidió percibir la realidad, se construyeron una burbuja y se aislaron adentro.

El resultado fue, como estaba previsto, que lo destrozaron todo, desde la economía hasta la ética social. Ahora para mantenerse en el poder el gobierno se desliza al fascismo y, como es histórico, los pueblos no lo ven hasta que están desnudándose en las cámaras de gas; al principio piensan que es exageración, delirio de unos pocos.

El gobierno está en una calle ciega, irremediablemente es empujado al fascismo, no sabe para dónde ir: el país está destartalado y ellos imputan al camarada trump, a santos el de Colombia, a la tal guerra económica, y últimamente a los corruptos que son como el bálsamo del brujo "cuero de lapa" sirve para todo.

El gobierno agotado se fabrica sus propios triunfos, como ese de decir que las pasadas elecciones fueron un éxito nunca visto en la historia, pero en la noche cuando están solos, cuando se retiran los escoltas, en el silencio del conticinio no pueden engañarse, saben que todo es un fracaso. Y los gobiernos agotados tienen dos caminos: uno, entregar en sana paz, no se sabe de ningún gobierno en el mundo que lo haya hecho; el otro, patalear, retorcerse, y es allí que viene el peligro de hoy, el gobierno en su desespero se desliza al fascismo. Es así, parece una ley, los gobiernos en sus horas finales se tornan más represivos, más violentos que nunca, pierden la compostura, embrutecen, son más peligrosos que fiera herida, arrinconada.

En estas circunstancias nunca falta un Torquemada y una acusación. Aquí ellos encontraron a su pendejo que hace de Torquemada y encontraron la acusación perfecta: corrupto, equivale al bruja de la inquisición, el Torquemada señala y todos los aduladores gritan ¡herejes!, ¡corruptos! a la hoguera.

Estamos en la fase del desespero de un gobierno agotado. No le queda otro camino que ir cada vez a mayores atropellos, a mayores crueldades, asombrarán al mundo sus desmanes.

La Revolución ha sufrido una gran derrota, el asesinato del Comandante fue un duro golpe, después la claudicación de los sucesores ahondó el daño. Ahora es necesario recomponer la ideología perdida, volver al sitio dónde se extravió el camino y retomar el rumbo. La pelea es dura, el gobierno pasó de la fase de perseguir a los incómodos, a los que le podían disputar al poder para pasar a la etapa de cazar a las ideas, le temen a las letras, a las ideas, saben que éstas desde el fondo de un cueva son capaces de derrotarlo. Vienen, el fiscal lo amenaza, por los que disienten, por los que piensan, los que develan sus fechorías, esa para ellos es la mayor corrupción... Todo será en vano, las ideas no se pueden atacar a mandarriazos.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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