Todo el mundo, pues, estaba al tanto de ello

Conocemos bien a qué condujo esto y el precio que hasta la fecha debemos pagar por esa estabilidad artificial que, de hecho, se ha transformado en un estancamiento del personal dirigente. A veces sucede que a uno u otro dirigente se le designa a un cargo, para el cual no tiene capacidades necesarias. No debemos ni podemos ser indulgentes acosta de los intereses del pueblo. Los intereses del pueblo, están por encima de todo: tal es nuestra inamovible ley. La verdadera preocupación por el partido nada tiene en común con la placidez y la impunidad, con la beneficencia y la zalamería. Debemos aprender firmemente también esta enseñanza.

Una de las causas de las graves fallas cometidas en la política con los cuadros directivos es el debilitado papel de los órganos de control, tanto en el Gobierno como en el PSUV y organizaciones públicas. Esos pasaron por alto muchas advertencias de los abusos e infracciones cometidos en algunos ministerios, gobernaciones, municipios y sectores de la economía. El trabajo de los órganos de control se limitaba con frecuencia a verificaciones superficiales y revisiones financieras de rutina, a examinar diversas quejas y desarreglos cotidianos. Estas cuestiones, claro está, también requieren atención, pero reducir sólo a ellas toda la labor es inadmisible, sobre todo ahora.

Las perspectivas del progreso socioeconómico, y espiritual en mucho son condicionadas por el sistema y la calidad de la enseñanza. Necesitamos la democracia como necesitamos el aire. Si no comprendemos esto, incluso si lo llegamos a comprender, pero no damos pasos reales y serios para ampliarla, impulsarla e incorporar al pueblo al proceso de renovación, nuestra política y nuestra renovación se extinguirán. La transparencia informativa, la crítica y la autocrítica, así como el control ejercido por el pueblo, garantizan el sano desarrollo de la sociedad. Si lo necesita el pueblo, lo necesitamos todos.

La transparencia informativa, la crítica y la autocrítica son, imprescindibles como importantísimos elementos del modo de vida socialista. Si alguien supone que lo necesitamos con el único propósito de someter a críticas las insuficiencias habidas, incurre en error. Sin transparencia informativa, sin la crítica, la autocrítica y la democracia no nos sería posible avanzar ni cumplir las tareas que encaramos. Sólo la enérgica participación del pueblo permitiría cumplirlas. Teniendo un pueblo tan patriota y tan fiel a las ideas de socialismo y de Patria, ¿no podemos, acaso, atajar los intentos de utilizar la información y el proceso democrático con fines egoístas y antisociales, con fines de difamación?

El pueblo venezolano, todo aquel que ama la paz tiene un aliado firme e indoblegable para el logro de estos objetivos, realmente sagrados, del pueblo. A ello está supeditada toda nuestra política. También en el futuro incrementaremos nuestros esfuerzos, para que las posibilidades que se ofrecen ahora, avanzar por la vía de la liquidación del fascismo, se hagan realidad.

—No soy un fantasma cualquiera: Soy, El Libertador, que he venido a salvar a nuestra Venezuela del caos.



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Manuel Taibo


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