Celebran asesinato de un guardia nacional

Duele la muerte de cualquier ser humano y sobre todo causa alarma cuando esa muerte es celebrada públicamente por otros seres "humanos". Este es el caso visto en las redes sociales de Venezuela la noche del 19 de abril de 2017 cuando un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, de nombre Niumar José Clemente Barrios, fue asesinado por terroristas guarimberos en San Antonio de Los Altos, estado Miranda.

La imagen de un vehículo de la GNB incendiado por terroristas guarimberos que lanzaron bombas molotov fue festejada por "tuiteros" enfermizamente eufóricos con el brutal homicidio. Dicha celebración fue trending topic número uno en Twitter, y sépase que tanto Twitter como San Antonio son espacios mayoritariamente ocupados por población de clase media; por lo tanto parece ser que ese segmento de la sociedad es quien mayor odio siente contra todo lo que sea gobierno nacional, chavismo, fuerza armada y hasta la propia Constitución Bolivariana.

Medios sin ética periodística como La Patilla, Sumarium, 2001, El Venezolano, Mduradas, etc reseñaban la "noticia" mediante expresiones como: "Muere guardia nacional que estaba reprimiendo a manifestantes". Es decir, según estos medios, el mundo es al revés, ahora los pájaros disparan contra los rifles, y los victimarios son las víctimas. Se quiere simular mediáticamente que matar a un GNB es un acto de legítima defensa que debe ser imitado por todos los venezolanos, cuando se sabe que los GNB no emplean armas para matar sino para disuadir a los atacantes (bombas lacrimógenas, escudos, ballena, chorro de agua).

Realmente no se le puede disculpar como ignorante o víctima a quien habiendo gozado de oportunidades de estudio y formación académica carece de valores como la solidaridad, la piedad, la paz y sobre todo el sagrado derecho a la vida. De modo que la referida celebración constituye un acto de salvajismo extremo que debe preocupar a toda Venezuela porque cuando un importante número de personas disfruta el asesinato de seres humanos, con la excusa de una guerra ideológica o política, eso es un indicador de que la sociedad se está enfermando.

Cuando acontece la naturalización o cotidianización de la violencia, dicho de otro modo, cuando matar se interpreta como natural, cotidiano y justificado por diferencias políticas, de clase social o cualquier otra naturaleza, entonces el país donde eso ocurre se encuentra ante el peligro de una guerra civil, es decir una confrontación violenta entre inmensas masas de personas diferenciadas en dos bloques políticamente opuestos que quieren eliminarse. Sin duda tal cosa debe evitarse como sea, porque sería una tragedia nacional donde ningún grupo resultaría victorioso.

En este contexto, denuncio que Venezuela sufre un proceso de naturalización de la violencia y no es un acontecimiento espontáneo, sino un producto de campañas especializadas y laboratorios de propaganda ideológica que inyectan odio fascista, racista y ultraderechista en nuestra juventud venezolana, que incluyen plataformas de comunicación masiva en el siglo XXI tales como redes sociales, Twitter, Instagram, Facebook, YouTube, entre otros.

Diariamente circulan artículos de opinión e imágenes que incitan a la juventud a detestar y atacar a las autoridades públicas tales como GNB y PNB. Detrás de esa propaganda están poderes fácticos, es decir, grupos de gente influyente que no solamente pretende derrocar al gobierno nacional haciendo que la población se frente masivamente contra quienes garantizan la seguridad de la nación, es que simplemente no les importa los millones de venezolanos que pueden morir si un evento como ese ocurriera a gran escala.

Forzosamente debo advertir que es tiempo de actuar contra la campaña del terrorismo guarimbero que recluta jóvenes en universidades autónomas y urbanizaciones hasta convertirlos en asesinos a sueldo. Esto se asocia con el criminal papel de varios partidos políticos opositores que deben ser investigados porque generan, organizan y financian grupos violentos para "calentar la calle" en contra del gobierno nacional y sus operaciones ya han producido centenares muertos y heridos.

Viendo venir lo que acaba de pasar, cito palabras de un artículo que publiqué en el diario Ciudad Caracas el pasado sábado 15 de abril de 2017, titulado "Guarimberos según Derecho Penal", el mismo describe premonitoriamente detalles del asesinato del efectivo de la GNB.

Y dice así: "Los guarimberos son terroristas dispuestos a matar mujeres y niños indefensos en el desarrollo de su "protesta" porque cuando lanzan bombas molotov (botellas llenas de gasolina y prendidas en fuego) contra los vidrios de los carros o al interior de los mismos no pretenden simplemente asustar a la gente o romper esos automóviles sino que están usando artefactos capaces de provocar instantáneamente incendio, explosión, lesiones graves y muerte de seres humanos.

Son asesinos pues como decimos los expertos en Derecho Penal: la potencia del medio o arma empleada expresa la intención mortal del atacante aunque éste no se logre el resultado, es decir, hay Animus Necandi (ganas de matar), por ejemplo, si un sujeto estrella un bate de béisbol contra tu cabeza y milagrosamente no te mata jamás podrá hacerle creer al juez que su intención era despeinarte.

Son entrenados para desplazarse agarrados de brazos como un sólido bloque de a veces cien o más miembros para desbordar, superar y si es posible matar, a los contingentes de GNB y PNB. Es decir, se trata de una unidad táctica de choque paramilitar orientada desde techos de las casas o partes altas por sujetos adiestrados que dan la señal de cuándo avanzar, compactarse como sólido bloque, atacar o retroceder dependiendo de la situación y número de soldados o policías a los que se enfrentan.

En este escenario, matar a un "aguacate" (expresión típica de odio guarimbero contra efectivos de la GNB que los compara con una materia verde de estiércol) es visiblemente un trofeo para los guarimberos y sus jefes (tal vez les paguen un bono por tal acto). Por eso les lanzan sus molotov al rostro para fracturarlos y a los pies para incendiarlos.

Condenar las guarimbas va más allá de ser chavista o ser opositor. Asimismo, la respuesta del Estado debe ser el despliegue de una contundente política antiterrorista".



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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