Verdades, mentiras, medias verdades y la política

La Política, con mayúscula, desarrolla, como objetivo principal, la inducción de pensamientos en claras ideologías dirigidos al común en función de objetivos no siempre perfectamente conocidos buscando poder alcanzar e imponer matrices de opinión cuales logren incorporar al sujeto-objeto en caminos cuales donde puedan imponer esos objetivos político-ideológicos que conlleven a la obtención de más poder y más control sobre esa masa compuesta por el sujeto-objeto a convencer; es decir, se logre imponer, sutilmente, el paradigma de la alienación que permita al Poder real, en sus políticas, el control, temporal, siempre, como objetivo final, en el marco del propio desarrollo de la Historia, en los ambientes en manipulación, la permanencia de ese Poder en sus tiempos históricos.

Es evidente que nos estamos refiriendo a realidades conceptuales cotidianas en los permanentes escenarios donde se ejerce la Política como fin último de la dominación del sujeto-objeto quien como tal es el centro obligado del propio y natural desarrollo de la sociedad en estudio en sus propias realidades históricas y circunstancias circundantes; es decir, la conjunción de todos los conceptos, como tales, referidos en el título de este desarrollo en blanco y negro: verdades, mentiras y medias verdades, son las bases fundamentales del ejercicio del Poder en función de objetivos político-ideológicos independientemente de lo consecuencial referido al sujeto-objeto en su propia circunstancia, real y cotidiana, en el ambiente del desarrollo pleno de la Política como objetivo de dominación de las clases en el marco de la lucha de clases.

Pongamos como simple, sencillo y de fácil comprensión los ambientes desarrollados en Alemania durante los años comprendidos entre finales de los años 20 del siglo próximo pasado hasta finales de la segunda guerra mundial europea. En ese mismo marco referencial, nos atrevemos a proponer como simple referencia lo conceptual contenido en la Política de Estado del Imperio japonés desde finales del siglo XIX hasta su derrota a la conclusión de la segunda guerra mundial en el Pacífico cuando refería como lo fundamental-ideológico-inducido en su política imperialista bajo el contenido-significativo del paradigma de "Asia para los asiáticos" en claro y perfecto enfrentamiento y confrontación con el desarrollo de los imperialismos judeo-cristiano-capitalistas de los imperios europeos y norteamericano en los escenarios de la geografía asiático-oriental-y-sur-oriental-asiática. Más simple para sus comprensiones serían las órdenes militares europeas que se expresaron durante toda la Edad Media tanto en el propio continente europeo como en el Asia Menor; aún más comprensivo serían las justificaciones ideológico-cristianas del denominado "Descubrimiento", "Conquista" y "Colonización" de todo el "nuevo continente" denominado como "América". Solo como simples y sencillas referencias.

En ese marco referencial de ideas nos trasladamos, como simples ejemplos, a las realidades actuales por donde circula la cotidianidad venezolana en escenarios globales de seria y profunda confrontación político-ideológica cuales se encuentran en fase de sus desarrollos en violencia cotidiana en escenarios de sociedades urbanas y provinciales como en violencia ideológica en los diferentes medios de comunicación e información, fundamentalmente, desde los sectores que desarrollan esas matrices de opinión inducidas cuales buscan imponer la simple matriz en conceptual-ideología de "Democracia" en búsqueda de imponer la praxis de "Elecciones ya".

Es decir, es, en el proceso dialéctico de "Democracia", "violencia social" y "Elecciones ya", cuando, en básico análisis, nos encontramos con una profunda contradicción de base como es el ejercicio contravenido y contradictorio de "Democracia/violencia" para poder promover el objetivo fundamental de "Elecciones ya". Es decir, nos enfrentamos con una importante y fundamental asimetría político-natural como es imponer a través de la violencia el objetivo histórico de la manifestación de la voluntad popular a través del voto personal, directo y secreto tal como lo alcanzaría en su momento de estelar concepción política en busca del control del Poder estatal, Adolf Hitler, en los años en referencia más arriba.

Al impulsar el concepto "Democracia" desde los campos de la violencia en función del objetivo "a la chilena" de alcanzar "Elecciones ya", se debe sustentar ese escenario en curso actual en "verdades, mentiras y medias verdades" con la finalidad última de poder alcanzarlas, las elecciones, como objetivo fundamental para poder así, en su praxis en curso, alienar a las diferentes mentalidades clasistas en expresión actual tanto en los diferentes sectores urbanos como en las sociedades provinciales. Por ejemplo, interesante conocer el proceso histórico, como referencia telúrica, de las expresiones que se manifestaron durante las realidades objetivas que llevaron a sociedades provincial-llaneras a seguir a Boves y Páez, como simples referencias demostrativas.

En ese discurso dialéctico actual donde se encuentran enfrentados "tirios y troyanos" percibimos como los factores fundamentales del Estado venezolano aún no han ejercido las correspondientes responsabilidades necesarias y obligantes, constitucionalmente, más allá de las declaraciones públicas del aparato informativo de uno de ambos conjuntos confrontados. Esta realidad, evidentemente, afecta, negativamente, al aparato ideológico del Estado cual, sustentándose en objetivas realidades demostrativas de la violencia como política conspiradora en el marco del desarrollo de la última etapa de la "Guerra Política", trata de ejercer tanto como denunciante con pruebas irrefutable como induciendo en el sujeto-objeto como masa tanto urbana como provincial, la matriz de opinión demostrativa del ejercicio responsable del Gobierno como factor fundamental en la seguridad y permanencia del Estado venezolano.

Es evidente que frente a esa última etapa de la "Guerra Política", en tanto y cuanto, los factores fundamentales sobre los cuales se sustenta el Estado venezolano según la propia norma constitucional no actúan en responsabilidad constitucional, el sujeto-objeto como masa ideologizada buscará responder en función de su permanencia como sujeto-objeto-visibilizado en su desarrollo político-histórico impuesto por el ejercicio de la gobernabilidad desde el triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías en aquel diciembre del año 1998 como la continuidad responsable y obligante del actual gobierno bajo las responsabilidades conducentes de Nicolás Maduro Moros. Es decir, frente a la "violencia" de los factores negativos y opuestos a la horizontalidad de los beneficios del Estado como Estado socialmente responsable, los conjuntos que conforman el mantenimiento de "la paz de la República" se verán en la obligación constitucional de ejercer sus responsabilidades dentro de los paradigmas correspondientes a los Derechos Humanos al tiempo de la permanencia en los tiempos históricos del Estado social actual según la norma constitucional expresada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Pero, al tiempo, es de evidencia natural que los factores políticos organizados adscritos a los derechos-contenidos-constitucionales se expresen en la defensa del Estado definido y explícitamente explicado en la norma constitucional.



 



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Miguel Ángel Del Pozo


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