Lujo y bisutería, distinciones sociales

La subestima que manejaron desde un principio los invasores europeos sobre nuestros "nativos" de marras no ha experimentado mejores cambios; ¡cuidado, si se ha visto reforzada por modernas razones económicas!

Europa occidental con su carga de mercachifles irrumpe en estas tierras americanas justo en los tiempos finales del Medioevo europeo occidental.

Como lo han recogido los historiadores, la revolución comercial de esa Europa arranca y se ve estimulada por el tropiezo de Colón con este continente, aunque él murió ignorándolo. Se cuenta que ese "descubrimiento" fue silenciado durante unos 300 años. Es creíble que haya sido así porque para entonces se había destapado una competencia reñidísima comercial entre los capitalistas mercantilistas[1].

Las importaciones del Oriente crecieron al máximo en la misma Europa Occ. y también las colonias "civilizadas" americanas fueron inundadas con mercancías de todo tipo; en un principio sólo para gente ya adinerada que pudiera comprar bienes de lujo y con sobreprecios que eran de difícil minimización. Se comenzó a legislar sobre productos con defectos que solían dañarse durante las travesías en barcos de baja seguridad al respecto.

Los mercados, las clientelas, fueron creciendo y creando una cultura importadora que ha trascendido hasta ahora, pero lo que queremos destacar es que a los pobres de marras también se les iban los ojos con tantas y atractivas mercancías. Porcelanas, sedas, fustanes, alfombras, tapices, muebles de maderas, vitrales, etc. América desde entonces suministra toneladas de materias primas y auxiliares, cueros, alimentos, tintas, además metales preciosos y afines.

Fue para entonces que a los importadores se les ocurrió desarrollar a millón la industria de la bisutería para venderla en las quincallas con los rimbombantes títulos de "boutiques".

Te trata de mercancía de poco valor, zarcillitos, correítas, lacitos coloreados, adornitos[2] en general que hoy por hoy llenan los inventarios de muchísimas tiendas para ser comprados por gente que no puede pagar los lujosos y carísimos bienes de lujo que han venido marcando las distinciones sociales de las sociedades clasistas.

Es que en los propios países europeos, los pobres de allá tampoco disfrutaron de las inmensas riquezas que deportaron los saqueos comerciales practicados en estas tierras americanas. Cuentan los historiadores que los pobres de Europa han usado pieles de perros y perras para mitigar los severos inviernos, además de que hoy por hoy se calientan con basura quemada en las calles y cualquier rincón cercano.

29/3/2017 2:44:34 p.m.


[1] Marx recoge ampliamente la acumulación capitalista comercial como estriberón para que esos mismos comerciantes dieran el salto hacia la industrialización o fabricación directa de las mercancías que hasta entonces se limitaban a importar para su reventa. Véase Carlos Marx. El Capital, Libro I.

[2] Son los tales espejitos que les cambiaban por oro a los indígenas hipnotizados por la novedad y el encanto de semejante bisutería. Desde luego, los historiadores han silenciado que la víctima comercial luego reclamaba su oro en la mejor oportunidad que se le presentara porque sencillamente para entonces aquí no practicábamos esas transacciones comerciales.

 

 



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Manuel C. Martínez


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