Ser pendejo...

Pendejo. (Del lat. *pectinicûlus; de pecten, pubis) m… //2. Coloq. Hombre cobarde y pusilánime. //3. Hombre tonto, estúpido. Así define el Diccionario RAE a quien deja de decir teniendo todas las herramientas para reclamar lo justo con todo el derecho que le confiere la ley, y el adquirido, por ser parte de un pueblo que en vez de pendejo es noble. Pero que no se confundan los abusadores, tramposos y usureros, el pendejo, como dice el Diccionario del Habla Actual en Venezuela, es una "persona de bondad extrema… tímida o apocada", pero cuando esa bondad llegue al límite no pondrá la mejilla dos veces dejando de ser estúpido.

La Gaceta donde se señala el último aumento de pasaje en Cumaná dice: "Adicional, sábado, domingo y días feriados, a partir de las 7 pm" el incremento será de 120 brs. en autobús y 150 en carros de 5 puesto, pues estos tipos como están acostumbrados a abusar del pueblo, clavan el incremento a las horas diurnas. No tenemos el derecho de reclamar la injusticia ni el abuso porque cargan a un carajo que es más abusador y falta de respeto que el chofer, el colector, que se cree que tiene a dios agarrado de la barba. Este "servidor público" pela por el papel que dice es la Gaceta y que en ocasiones ni está a la vista del usuario, lo interpreta a su conveniencia y listo, el valor del pasaje es el que él dice, sino, te manda a la mierda sutilmente o a montarte con otro gran carajo, el pirata.

El pirata es un tipo que no está registrado en la línea y que cuando apareció, por ser pirata, cobraba por debajo de la tarifa establecida. Ahora no, en el mundo al revés, éste cobra más que los que están en la línea y si le da la gana, te manda a comer mierda más rápido que el colector. Así es el mundo, al revés, lleno de abusadores, usureros, tramposos e hijos de la madre.

Lo peor no esto, cuando expresamos nuestra opinión acerca de lo que está estipulado en la Gaceta conseguimos dentro de los pasajeros unos verdaderos pendejos que le dan la razón al colector o al pirata. Hay quien se queda callado, quien murmura a favor o en contra, quien no dice nada y quien prefiere ocupar su mente en los tantos problemas que actualmente tiene el venezolano o en el principal, la comida. No dejamos de pensar en la comida, en cómo conseguirla, qué vamos a comer mañana, de qué manera hacer la sardina, qué inventar. La primera necesidad se ha convertido en elemento distractor. Estamos tan distraídos pensando en otros problemas que nos han cogido por pendejos en otros. Aumentaron el pasaje en más 200%, hubo un incremento en el servicio eléctrico y en el de agua de 170%, la ropa y el calzado tuvieron un aumento de 500%, 1000% y hasta de 1500%, estamos pensando en la cola de la panadería si está larga o no, y pasamos de pueblo noble a ser una cuerda de pusilánimes que nos dejamos violar el derecho a ser tratados como personas, sencillamente, la humanidad, el humanismo, la solidaridad está capitalizada.

Capitalizada sí, parece como si la economía de mercado hubiese sido en aquellos 48 años inyectada a la vieja generación y ahora en estos 16, el refuerzo a quienes peleaban en contra de ella y a la nueva generación, con sobredosis y todo como para que se termine de acabar está vaina.

Estamos atrapados en la economía de mercado del transportista, del pirata, del panadero y del bachaquero. En la economía de mercado del poder constituido y constituyente corruptos disfrazando la vaina de socialismo. Una postura teórica gritada a los cuatro vientos en marchas, concentraciones y mítines mientras el pueblo tiene que enfrentarse a una guerra económica que lo está dejando maltrecho y mal herido. Medidas van y vienen, estrategias, tácticas pero los feroces colmillos del capitalismo se clavan desde las instituciones o desde algunos elementos del poder constituyente, siempre a los más débiles, a los tontos, a las personas de "extrema bondad" que día a día tienen enfrentarse al capital, a las leyes del mercado o a las fauces capitalista de alguien que se hace llamar camarada y que de comunista, de humanista, de solidario sólo la sangre que le corresponde por naturaleza.

Estamos dejando de ser, estamos suplantando el buen andar, el individualismo y egoísmo de capitalismo está ocupando todas instancias de la vida; estamos dejando a un lado la sana convivencia, el legado de nuestros ancestros, la nobleza, la solidaridad, sin mea culpa, para ser tramposos, vivaracho, hacer camino siempre pensando en la caída y en el cuánto hay pa` eso, en el "no me des, ponme donde haiga", como decían los adecos.

Tengo la esperanza, y esto es lo último que se pierde, que nuestro pueblo "pusilánime, tonto", el de "extrema bondad, tímido" y apocado saldrá de la "catacumbas" para dejar de ser pendejo. No se dejará "meter más coba", como lo dijo Chávez, se hará dueño "de su propia vida" con la verdad en las manos que no será de la cuarta ni de la quinta corrupta; será la verdad que se esconde en la bondad y nobleza del pueblo mismo. Utopía, sueño, llámese como sea, pero una verdad que respetará el colector, el pirata, el panadero, el comerciante y hasta el enchufao.

pabloneftali@hotmail.com



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