Entre la pobreza y la miseria

Nuestra historia, la historia política y social de Venezuela, está a punto de escribir un nuevo hito, dar su salto cualitativo en el marco de esa lógica de la dialéctica. Ese salto cualitativo, sólo es provocado y siempre ha sido así, en la lucha que ocasiona los privilegios de los de arriba, frente a la miseria y la pobreza de los de abajo.

La situación social y económica que cada venezolano se encuentra viviendo hoy día, es grave, muy grave y lo peor de toda esta situación, es que las clases políticas del gobierno y de la misma oposición causantes y responsables de esta crisis socio-económica que nos toca vivir, no la ven, pues su centro de atención ha sido siempre en: unos por mantener el poder y otros por tomar ese mismo poder. Un poder que sólo ha sido utilizado en el ayer y en el hoy para saquear la república, para masacrarla, vejarla, humillarla, entregarla a los intereses más bastardos de los grandes grupos económicos trasnacionales, con el cuento de las empresas mixtas, del desarrollo sustentable, del bienestar social, del crecimiento económico, de la democracia protagónica y participativa y de esta manera entregar inclusive la soberanía y la independencia de la patria.

El partido de gobierno PSUV y su entorno de busca puesto y enchufados, se ha debilitado profundamente, porque se está hundiendo en sus propias contradicciones, su militancia se está dando cuenta que sus dirigentes en el gobierno sólo han servido para enriquecerse, abusar de ese poder que en la actualidad sustentan y que lo han aprovechado –y de qué manera- para pisotear, humillar, engañar y vejar a su propia militancia a nombre de un “socialismo” cuya doctrina es profundamente neoliberal. De igual manera la llamada oposición democrática representada en la MUD, donde se han agrupado muchos cuadros del gansterismo económico y político del pasado y del presente que sabe negociar, corromper, engañar y triturar cualquier idea sana que salga de sus propias entrañas, en nada se diferencian del gobierno al cual le hacen “oposición”.

MASCARAS AL PISO
Se están cayendo las máscaras de unos y otros, nuestro pueblo conspira, ya se dio cuenta del bandidaje que le rodea, se consulta, se habla, no tiene fijo el sitio de las reuniones, su palabra es clandestina para los de arriba, se invisibiliza, se da cuenta que unos y otros de los sustentadores del estado son sus verdaderos enemigos y que si no se tumban, se sacan de ese poder, terminan por asesinar al pueblo de hambre.

Jamás en la historia política de Venezuela, se había visto semejante conspiración, es parte de lo que en una oportunidad nos decía nuestro querido poeta Aquiles Nazoa: “son los poderes creadores del pueblo”. Sólo el pueblo salva al pueblo. Quedaron atrás las vanguardias trasnochadas del mal llamado “marxismo” y de los grupos y partidos “democráticos para orientar” hacia donde debería ir el país o la “revolución”.

Que conspiración tan hermosa se está dando en Venezuela, se está pensando en el futuro, en las generaciones que vienen e incluso en esas colas conspirativas hoy convertidas en reuniones que ya son parte de la cotidianidad, se plantean la necesidad de que hay que abolir la figura presidencial, que hay que quitarle los privilegios económicos y políticos a los representantes en Asambleas y Congresos, que los concejales y diputados regionales no deberían existir, que hay que descentralizar los ministerios, pues no todos pueden estar en Caracas, que llegó la hora de horizontalizar el poder, para hacerlo más democrático y popular y que los partidos desaparezcan para que surja realmente la posibilidad de elegir y no solamente votar. Ahora sí el pueblo está pensando, ya que pareciera que en las colas se está dando unos constituyente originaria que solamente hay que materializar.

LAS VERDADES HAY QUE DECIRLAS
Hay personas, que su fanatismo político ha llegado a tal extremo, que intentan ocultar realidades que a diario vive el pueblo venezolano. Sus posturas “ideológicas” han asumido un fundamentalismo extremo, fundamentalismo que se caracteriza por negar otros enfoques distintos a la que ellos asumen, no admiten otros criterios y por lo tanto con él no se puede hablar o asumen su posición con carácter apologético puesto que su “visión ideológica” es sagrada e incólume.

Pero independientemente de todas estas posturas, hay quienes asumimos decir las verdades que se tienen que decir y más cuando se es periodista y una de esas verdades y bien dolorosa que es, es ver como una clase media se empobrece vertiginosamente y el sector excluido de siempre, que viene de tiempos atrás de la llamada democracia representativa pasan a ser los llamados lumpes en la democracia participativa y protagónica, que no es otra cosa que seres humanos en condiciones de pobreza crítica.

Tal situación aunque muchos personeros del gobierno no lo quieran reconocer, porque siempre buscan esconder realidades que les afecta políticamente, la pobreza en Venezuela sigue aumentando y esta verdad tan dolorosa es porque estamos refiriéndonos al país con mayores recursos en toda América Latina.

ENCUESTAS
Las encuestas realizadas por ENCOVI, institución dedicada a la investigación social, conformada por la Universidad Central de Venezuela, Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Simón Bolívar, en estudios realizados acerca de las condiciones socio-económica actuales de los venezolanos, revelaron que el 82% de los hogares en Venezuela vive en condiciones de pobreza, la muestra fue tomada a 6.500 familias cuyos resultados nos colocan por debajo de Haití, que “tradicionalmente” aparecía en las estadísticas en el último puesto.

¿Se justifica tal situación? El psicólogo social Ángel Oropeza profesor de la UCV ante esta situación indico: “por primera vez en la historia esto ocurre en nuestro país. En el año 2014 la pobreza venezolana se colocaba en un 48% y ahora alcanza el 82%. En lo que respecta a la pobreza extrema, se ubica en un 52%, es decir, más de la mitad de las familias venezolanas, de hogares venezolanos, en pobreza extrema. Y apenas tenemos un 18% de hogares no pobres”.

Desde luego que esta situación se debe a que los ingresos no alcanzan para comprar la llamada cesta básica alimentaria, pues la misma ya se encuentra cerca de un millón 200 mil bolívares, lo que traerá como consecuencia a mediano y largo plazo una población enferma, producto de una ausencia de proteínas y exceso de carbohidratos donde se presentaran enfermedades como la diabetes, problemas circulatorios y cardiovasculares, avitaminosis que desemboca en raquitismo severo –entre otras-.

Estas lamentables estadísticas, para el presidente Maduro parecieran un chiste, no sé si es por su analfabetismo funcional o bien porque no entiende la magnitud del problema, lo cierto es que la situación la sintetizo señalando: “la dieta de Maduro te pone duro, sin necesidad de viagra”.


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Enrique Contreras Ramirez

Militante de Ruptura

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