Chino y Nacho se distancian

El mundo gira conmocionado de tristeza peregrina: al fluir por el
disco duro de las redes de la Internet que, el dúo sensacional como
Chino y Nacho, enconchados en Miami sin permiso de Trump, se dispersa
sin agobio ninguno concentrados de éxitos, en un trance de estímulo de
cada quien abrir nuevos horizontes de atracción como caminos de
esperanza comerciales que enternezcan a su público sin su "mi niña
bonita".

Y, por ese inoportuno motivo de alejamiento de excitación en masa que
resalta espíritus sin adobo de cursilería en escena, en la AN, cundió
el pánico al saberse la buena nueva de buena fuente como mala noticia
internacional que, tiene al ex presidente Ramos Allup en pañales de
desnudez informática, al presentir que Nacho no pisará el recinto
legislativo como orador político que magulle con intensidad fonética
por segunda vez al gobierno de Maduro, por perder éste su juventud por
la ambición capitalista de estrenar con destreza publicitaria el arte
de grabación y edición de sonidos sin su voz con el auxilio de una
trasnacional de la que dependerá su compañía a crear como subsidiaria
de la captación y aprovechamiento de los nuevos talentos de la canción
hispana.

Y entre tanta incertidumbre emocional: el país despierta y comienza a
lagrimear de desesperanza y, es que Chino y Nacho, son como el pan
caliente bien aliñado que no sale de las panaderías de Miami si no de
los sellos discográficos en que pocos venezolanos tienen el placer y
el poder de alcanzar y, acá con el hambre envuelta en canción nos
llenamos las tripas de la distracción tarareando a un Chino como a un
Nacho, encendidos de emoción, con un "se acabó"...que fluctúa
lentamente como una muerte anunciada que nos deja en el abandono de lo
que no era bueno, pero tampoco malo, pero recreaba a la juventud que
se pinta el pelo de su lucidez con tintes carismáticos que sobrepasan
la euforia de más por menos como un placebo de alegría musical.

El conflicto de tú por allá y, yo por acá con un ¿cómo estás tú, cómo
te va? Por el celular en sí trae menudencias que, hay que resaltarlas
con atisbos de paciencia en conformidad a lo que viene que deja en el
aire al dúo con una intrincada como violenta separación que buscando
toda la publicidad posible que sume bastantes dólares y, más apego a
ellos a su favor, ambos cantantes no son tan tercos como bobos de
contar pollitos antes de nacer y, más si son pollos americanos bien
embuchados que, por lo que más o menos sueltan los medios de las
intrigas pudiera, ser que, Chino despertó de un sueño que camuflado de
palcidez le daba la estatura de tanta gritería y brincadera de ser más
precavido y suelto a la nitidez de su personalidad se vio en una
escena que lo forfitificó como actor y sin desconcentir el arte
dramático que es su fin como profesión a seguir sin escapulario ajeno.

Nacho en un son de compañerismo sin rivalidad y con mucha calma de
sapiencia estéril respondió, cuando fue interceptado por el clamor
popular que lo abordó con la pregunta de la suspicacia que, porqué no
seguía la misma carrera de su par, éste simplificó con la frase que,
no lo hacía, bien simple como era que Chino tiene más físico y talla
escenográfica que él con un don de supervivencia que lo puede llevar
como Tony Curtis latino a lo que se dedique hasta Hollywood, siendo él
su más fiel admirador que nunca dejaría de pedirle un autógrafo y, por
eso, sólo por eso, Nacho no puede ser Chino y, no es lo mismo decir,
Chino y Nacho que, Nacho y Chino, no señor, pues eso sería nadar
contra la corriente de un dúo que ha luchado por la buena fama de
nuestro país, lo que en la vida real nos distrae con el contraste
bíblico de la frase: Dios los une y el Diablo los separa, aunque
todavía no.

Pero, tal situación de separación, pica y se extiende con una
sensación que atraganta tanta fama que los envuelve a ambos en un
emperejilar de alegría y buena vida sin entrar en la dolce vida de
Fellini por delante es posible que, Chino trepe más alto que Nacho que
estará metido entre Cds por verse y, a lo mejor cambie de rumbo y se
enrumbe entre trillones de espectadores que no hace mucho eran
billones y, tal como están las cosas entre, Chino y Nacho, habrá
siempre una canción de por medio que sin baipás de tormentas sigan
adelante cosechando el gran capital que no se hace de la noche a la
mañana, aunque dólares es lo más que hay en el concierto americano
yanqui que, para Chino y Nacho como dueto el rumor se los traga como
nada fácil de emular lo que son actualmente.



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Esteban Rojas


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