El Clap como arma de amedrentamiento y retaliación

La iniciativa del presidente Nicolás Maduro de fundar los Comités Locales de Abastecimiento y Producción para garantizar alimentos al pueblo, sin duda ha sido un golpe al bachaquerismo y a la especulación en medio de una guerra económica que tiene muchísimos flancos y donde no falta el oportunismo y la viveza criolla.

Abrigábamos la esperanza de que esta política fuese coyuntural, para enfrentar la crisis y la guerra económica, pero Maduro la reforzó y todo indica que lo coyuntural (con todas sus bondades pero también vicios y corruptelas) pasó a ser permanente. Como dijo Aristóbulo Istúriz ¿Será que nos convertiremos en "bolsas"?

El CLAP ha devenido, en algunos casos, porque hay honrosas excepciones, en la conformación de grupos que se unen en las comunidades para hacer valer un poder que nadie les ha dado, para amedrentar y segregar a quien se atreva a denunciar públicamente sus actuaciones fuera de lugar.

No en vano el propio gobierno habilitó correos electrónicos, cuentas de redes sociales y hasta un número telefónico para que las denuncias se formulen sin temor, garantizando la "absoluta confidencialidad", todo ello previendo las represalias de los famosos "quintetos", algunos de los cuales se han convertido en verdaderos "quintetos de la muerte" (emulando aquel clásico del cine británico dirigido por Alexander Mackendrick y que cuenta la historia de cinco ladrones, más bien ineptos…)

Lo que debemos entender es que quienes tienen "un cargo" dentro de ese "quinteto", ni son jefes de la calle ni dueños de la comunidad. Quizás el error ha sido de semántica. Eso de "líder de calle" o "líder territorial" son figuras que no están en ninguna parte y que si alguna persona con frustraciones personales, problemas de reconocimiento o aspiraciones políticas llega a ser nombrada con cualquiera de esos títulos, realmente se lo cree y se convierte en un "reyezuelo" o "reyezuela" al que la gente debe rendir pleitesía so pena de quedar fuera del "beneficio". Y eso me recuerda aquella frase de Michel Foucault: "Cada uno es en el fondo titular de un cierto poder".

Hay aspectos del CLAP en los cuales se impone la discrecionalidad de esos quintetos al tomar decisiones que al final afectan al pueblo. Uno de esos aspectos es el transporte. En algunas comunidades se cobró en diciembre Bs. 300,oo adicional por este servicio y cada familia pagó Bs. 10.300,oo (el presidente Maduro anunció en cadena nacional que su precio era de Bs.10 mil).

En el caso del pernil, específicamente en el Clap de Colinas de Bello Monte se aceptó que se le acuñara 10% más al costo del alimento para, con ese excedente, pagar el transporte. Una vecina, por ejemplo, canceló Bs 941 por el kilo de pernil, y el presidente Maduro anunció que era Bs 850 el Kg. Esa situación se denunció al Estado Mayor y la persona que hizo la denuncia fue humillada públicamente por la autodenominada "jefa" territorial. El Estado Mayor admitió que eso era casi un impuesto pero no se tomó ninguna otra acción.

Sobre la harina Santa Bárbara, cuya venta ofertó el quinteto del Clap Colinas de Bello Monte por instrucciones del Estado Mayor (según el quinteto) debemos decir lo siguiente: se vendieron cuatro paquetes por familia a Bs 1900 el Kg. Pero hubo gente que compró el bulto que trae 12 unidades. De las 396 familias censadas compraron unas 200 y pagaron entre el 12 y 13 de diciembre mediante transferencias bancarias o depósitos en cheque a la Distribuidora Bariandes. Dijeron que el producto sería distribuido el 16 de diciembre pero éste nunca llegó.

Alguien denunció la irregularidad al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) que actuó de inmediato dando como resultado que el alimento finalmente llegó el martes 24 de enero con un precio marcado en el empaque de Bs. 639 (tal como se ve en la foto) pero fue vendida a Bs.1900. Preguntas: ¿Por qué se venden productos fuera del CLAP si ya en la caja venían dos paquetes de harina Juana? ¿Serán resarcidas las familias por la diferencia de precios? ¿Existe algún proveedor oficial aparte de Fundeca?

Es lamentable que la familia venezolana dependa de estos grupos para tener acceso a un derecho irrenunciable: la alimentación. "Si me denuncias te saco del censo", parece ser la consigna de algunos quintetos…(de la muerte)

Recomendaciones:

  1. Que la comunidad participe en la elección del "quinteto" el cual debe ser renovado cada cierto tiempo para que sus miembros no se "atornillen". Esto genera tráfico de influencias, amiguismo, etc

  2. No se debe permitir el nepotismo en el quinteto del Clap, es decir, que dos o más miembros de una misma familia lo integren.

  3. Establecer un mecanismo transparente para el transporte de las bolsas o cajas de comida. Se puede fijar el precio del beneficio incluyendo de una vez el costo del transporte.

  4. La data del CLAP debe ser del conocimiento de la comunidad y no sólo del quinteto pues esto se presta para que el censo pueda ser alterado y se incluyan personas ajenas a la zona. La información es poder y en el caso del Clap de Colinas de Bello Monte este aspecto fue acaparado por verdaderos tecnócratas que al más puro estilo adeco manejaron eso a su antojo.

  5. Los CLAP no pueden ser sólo para comprar comida. Debe haber, como su filosofía lo señala, formación política y actividades productivas.

 

 

Glosario:

Estado Mayor: se designa así a quienes representan las parroquias de cada Municipio ante el CLAP oficial.

Quinteto: está conformado por cinco miembros y cada uno representa al consejo comunal, la Unión Nacional e Mujeres (Unamujer), las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch) y el Frente Francisco de Miranda (FFF), y de la comunidad.



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Luisana Colomine

Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.

 @LuisanaC16

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