Pildoritas 76 (año IX)

El pataleo de algunas féminas de la ultraderecha

Cuando en este país gobernaba la Oligarquía y como un monstruo de mil cabezas ,se alimentaba con cifras micro y macroeconómicas que engordaban cada día la cuentas de los poderosos; cuando desde la inefable gestión de la llamada IV república, los índices de pobreza, los déficits de cupos en las universidades eran un freno al desarrollo y progreso del país; cuando la educación iba rumbo a la privatización, la prestación de salud por parte del Estado era tan precaria con las terribles consecuencias que el pueblo vivía; cuando se dio inicio al éxodo acelerado de los campesinos hacia las ciudades para que aparecieran los cordones de miseria, que Alí plasmó muy bien en su canción "Casas de cartón"; cuando el analfabetismo crecía como la espuma y la deserción escolar era el pan nuestro de cada año; cuando los índices de mortalidad eran espantosos y el promedio de vida precario; cuando abundaban los hechos de corrupción sin castigo ni presos, y por esa vía se alimentaban las cuentas en paraísos fiscales; cuando los gobernantes de turno se limpiaban el trasero con la carta de los derechos humanos; cuando el poder judicial estaba en manos de las famosas tribus, que quitaban y colocaban jueces, redactaban las sentencias y hasta las leyes que a nadie consultaban; cuando a los regímenes producto de fraudes gigantescos y/o componendas y acuerdos entre los llamados partidos del status, le llamaban democracia, faltándole flagrantemente a lo que el concepto de este vocablo expresa en el cual el pueblo es sujeto y objeto primario; cuando aparecieron los crímenes por montones y por encargo, de luchadores sociales que de alguna manera manifestaban con valor inusitado, su oposición al régimen de turno, tomando las banderas reivindicadoras de las tendencias que en el mundo se preocupaban por los pobres y los excluidos; cuando las desapariciones vieron luz y se multiplicaron para llevar dolor y luto a miles de hogares venezolanos; cuando el petróleo era pagado al precio irrito que le daba la gana al imperio y sin embargo se dejó a un lado y los regímenes se hicieron de oídos sordos al llamado de preclaros venezolanos que pedían a gritos evitar la mono dependencia del llamado "oro negro", y "sembrar el petróleo", mono dependencia que nos trajo los males que hoy estamos padeciendo, porque la Revolución se encontró con los campos sin campesinos, la mejores tierras abandonadas y grandes latifundios en manos de multimillonarios, que tenían sus haciendas para veranear y tener en su hoja de vida el adjetivo de "hacendado", y ser beneficiario de créditos blandos, o que nunca pagaba, por cierto muchos y por muchos millones condonados por el nefasto CAP, en su primer gobierno; cuando la industria al igual que el campo se vino abajo, pues nacieron las empresas de maletín que solo producían papeles y movían sus influencia para lograr la asignación de licencias de importación, con dólares de los venezolanos, que muchas veces negociaban al mejor postor; cuando se montaron y consolidaron plataformas económicas que se encargaban de hacer con las divisas lo que les venía en gana, menos invertir en lo social, pues para ellos todo lo que se destinara a mejorar el nivel de vida de los venezolanos, sobre todo de los pobres. representaba un gasto que había que minimizar al máximo; cuando se dejó como herencia al pueblo que por fin despertó con la llegada de un ungido como Chávez quien le llevó a que por fin la democracia se cumpliera, en todo lo que implica su definición como el gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, dándole rango constitucional a la participación popular; cuando comenzó a revertirse todo el daño a que ese pueblo fue sometido y se iniciaron políticas sociales agresivas que mejoraron sustancialmente los índices positivos tanto macroeconómicos como microeconómicos, y se comenzó a encarar quizá el reto más difícil que es regresar al campesino al campo, implementar de nuevo una cultura agropecuaria que se inició con buen pie a raíz de la aprobación de la Ley de tierras, pero que despertó los demonios del imperio y sus lacayos de aquí, hasta el punto de haber tenido que pasar por un golpe de Estado cruento, en el que estuvo en grave peligro la vida del bien llamado por muchos segundo Libertador, lo cual sirvió para demostrar la fortaleza del pueblo y de una nueva forma de relación entre el pueblo llamado civil y el militar que hoy conoceos como Unión Cívico Militar, que prácticamente blinda a la Patria de la repetición de eventos como los de ese aciago 11 de abril del 2002 y lo que vino después con el paro petrolero, todo ello derrotado, aun cuando apenas comenzaba la gestión revolucionaria, lo cual ha servido para demostrar que el Proyecto plasmado en la Constitución que el pueblo se dio, y recogido de manera admirable en el Plan de la Patria, tiene una fuerza de resistencia tal que ahora con la nueva arremetida contra el bolsillo y el estomago de los venezolanos, con la llamada guerra económica ese pueblo, otra vez, va a salir airoso y fortalecido, pues todo ha servido para que la unión cívico militar se active de tal manera que aun con la dificultad que representa enfrentarse al poder del imperio más grande del mundo, que maneja los hilos de una subversión local, violenta, que tienen en los llamados partidos de la MUD, a mercenarios que se han esmerado en cometer actos terroristas, como es el caso de Voluntad Popular y Vente Venezuela, este último que ni siquiera llega a partido pero que se da el lujo de llamar a desobediencia civil.

Cuando estamos recibiendo desde los medios de la derecha nacional y mundial, anuncios de presagios nefastos para el país, podemos decir que la Revolución Bolivariana, perdurará, que el gobierno con la mano del pueblo, militar y civil, nuevamente va a triunfar porque además cuenta con la fuerza que la Constitución le da a todas las instituciones, para revertir los ataques que desde el bunker ignominioso en que se ha convertido una mayoría, en La Asamblea Nacional, ahora demostrando el odio que les acompañó cuando votaron contra su aprobación en 1999 y fueron derrotados como lo van a ser, ahora a poco de cumplir las dos primeras décadas de la llegada del pueblo a poder establecer su destino y defender su soberanía e independencia que por fin y a pesar de sus enemigos se está consolidando día a día.

No van a poder y el ala femenina de la subversión de la Tintori y la María Violencia que llaman para el 22 a trancar las principales vías de la Capital, tendrán que enfrentar el poder de las Ley, que no discrimina género cuando el delito es evidentemente público, flagrante, comunicacional y de paso anunciado.

Otro pataleo, como el del 1S y los subsiguientes que demuestran como cada vez y de manera acelerada se van quedando sin pueblo y sin poder de convocatoria.



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Saúl Molina


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