Pistas pra aprender a dialogar (I/III)

Todos los asuntos tienen dos asas; por una son manejables, por la otra no"
Epícteto

"Lo que convierte un juego sin fin en un círculo vicioso es precisamente la imposibilidad de ver desde el interior del circulo las alternativas que no están contenidas en él"

Paul Watzlawick

"Infideles sunt homines sicut et nos" ("Los infieles son gente como nosotros")

Ramón Llull

"Si la meta es común, ¿por qué este desamor en la carrera?"

M.E. Lacaci

Diálogo: ¿Sí o No?, ¿Para qué?, ¿Por qué? ¿En qué momento?, ¿Por parte de quienes?, ¿En qué condiciones? ¿Con qué contenidos? A veces escuchamos decir, tanto a "oficialistas" como a "no-oficialistas" que el diálogo no conseguirá nada y que en realidad será una pérdida de tiempo. Estos comentarios resultan especialmente dolorosos para tantas personas que durante años nos hemos comprometidos a desarrollar la paz y la convivencia entre las venezolanas y los venezolanos.

Ya parece un tópico, pero vivimos tiempo de crisis. Efectivamente, la crisis que padecemos los venezolanos no es solo económica, sino de valores, de paradigmas, de relaciones, de cercanía y entendimiento entre nosotros. Venezuela vive uno de los periodos más críticos de su historia tanto en su modelo de desarrollo socioeconómico y político, como en los elementos culturales e ideológicos que le han dado cierta identidad y configuración especifica. No podemos minimizar (ignorar) el retroceso ideológico en que vivimos, la "derecha" por hiperideologización y la "izquierda" por desideologización. De todas formas no hay situaciones inmutables; toda situación es provisional. Lo que está en juego en nuestro país es una moral política. La defensa del carácter democrático y pluralista de nuestra sociedad debe absolutamente pasar por alto todo interés partidario.

¿Qué necesita nuestra sociedad? Necesita flexibilidad/fraternidad para no estallar bajo el peso de rigideces y fanatismos. Necesita solidaridad para no explotar bajo el peso de desigualdades. Necesita recuperar la base moral de la democracia para que el bien común ocupe un lugar privilegiado en la moral social y política. Necesita de espiritualidad como de oxigeno, de agua, de pan. Nuestro actuales problemas de gobernabilidad, de justicia, de paz y ecología requieren una comprensión reciproca entre todos los venezolanos que es imposible sin dialogo. El dialogo no es simple discusión o conversación. Los venezolanos debemos afrontar entre todos (conjuntamente) los numerosos desafíos de nuestro tiempo. El mayor desafío es resolver el problema número uno, el más grave: Impunidad y Corrupción.

Un proceso de diálogo fraterno, honesto, crítico, abierto, creativo entre los venezolanos es necesario y urgente; casi nadie pondría en cuestión que en este proceso indispensable de diálogo son muchos los obstáculos que hay que superar y los "impasses" que deben evitarse. Un obstáculo a superar es el afán cainita que consiste en descalificar y anular al otro. Otro obstáculo a superar es la mentalidad de suma cero. Un juego de suma cero es todo aquel proceso social, modelizable mediante un juego en el que las ganancias de cualquier actor sólo pueden producirse a costa de un total de pérdidas idénticas en el balance conjunto del resto de los actores. Una sociedad constituida según el modelo de juego de suma cero, no es una sociedad vinculante, sino fuente de disensiones, marginaciones e intolerancia.

El conflicto es normal, el diálogo también. Una cosa es hablar de diálogo, y otra cosa dialogar. Incluso con la mejor de las voluntades, no es fácil dialogar. Tenemos comúnmente la impresión de que dialogar es algo que, en última instancia, sólo depende de la buena voluntad de las personas y, por supuesto , de que se den las condiciones que hacen posible el libre y respetuoso empleo de la palabra. Bastaría, sin embargo, con ahondar un poco más en esa reflexión, o valorar simplemente nuestra propia experiencia para convencernos de que muchas veces no es suficiente satisfacer esas premisas para que el dialogo se produzca. Para que las palabras fluyan sin desbordarse y se amplíe con ellas nuestra comprensión de las cosas o mejoren nuestras relaciones con los demás. Nos haríamos cargo, entonces de que dialogar y mantenerse en el dialogo conlleva superar no pocas

.Quienes desean encontrar soluciones viables a los problemas de la sociedad deben apoyar y buscar el dialogo. No caben la apatía ni el desentendimiento ni, mucho menos, el parcialismo ni el sectarismo. Ello implica que todos los ciudadanos de este país entablen un dialogo continuo entre sí. La sociedad venezolana requiere diálogo, pero no un dialogo dialéctico, sino un "dialogo dialogal y duologal". Según Panikkar, en vez del diálogo dialéctico, que se rige por la ley de las dicotomías, la racionalidad instrumental y la necesidad de que al final del mismo haya vencedores y vencidos, debemos intentar el diálogo dialogal, que no se propone con-vencer al otro, es decir, vencer dialécticamente al interlocutor o, por lo menos, buscar con él una verdad sometida a la dialéctica. El dialéctico presupone la aceptación de un campo lógico y personal al que se atribuye o reconoce una validez o jurisdicción puramente "objetiva". El diálogo dialogal, en cambio, presupone una confianza recíproca en un aventurarse común en lo desconocido, ya que no puede establecerse a priori si nos entenderemos el uno al otro, ni suponen que el hombre sea un ser exclusivamente lógico. El diálogo dialogal no es una simple conversación, no es un mero enriquecimiento mutuo por la información suplementaria que se aporta, no es un exclusivo correctivo de malentendidos es la búsqueda conjunta de lo común y lo diferente, es la fecundación mutua con lo que cada uno aporta, es el reconocimiento implícito y explícito que no somos autosuficientes. El autentico diálogo sólo es posible si las partes implicadas adoptan una actitud autocritica y se muestran dispuestas a esforzarse por alcanzar una coexistencia armónica y justa.

Referencias

http://www.aporrea.org/actualidad/a229343.html ;http://www.aporrea.org/actualidad/a229343.html

medida713@gmail.com



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

 medida713@gmail.com

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