La fe, valentía y sacrificio de los venezolanos (3/3)

Se debe reconocer que si algún Jefe ha estado a la altura de su misión, ninguno como Ribas en La Victoria, sobreponiéndose a todos los peligros, oponiéndose con el fuego o el arma blanca a los ataques enemigos, atacándolo sin reposo ni cuartel, hasta llegar a ser el vencedor de una batalla considerada perdida. La actuación de Ribas cuando ve la polvareda por el camino de San Mateo que anunciaba la llegada de refuerzos para sus tropas, dispuso un batallón al mando de Mariano Montilla para ayudar la entrada del destacamento auxiliar. Los gritos de "¡Campo Elías, Campo Elías!" en las filas españolas, identificando al comandante de las tropas auxiliares, esparcieron entre ellos el desasosiego y temor. Como a las 5:30 de la tarde los realistas levantaron el cerco y en desorden se retiran, no sin antes abandonar algunas tropas cercadas por los independentistas en las calles adyacentes a la plaza; Ribas ordena a Montilla y a Campo Elías perseguir a los realistas. El día siguiente, 13 de febrero de 1814, algunas tropas de Boves y de Morales amenazaron con retornar, pero fueron derrotadas en Pantanemo por el prestigioso Campo Elías.

Como estímulo a la juventud que se inmoló en La Victoria, el Libertador otorga al hijo de José Félix Ribas de apenas tres años de edad, el título de: "Capitán vivo y efectivo de Infantería de Línea, con el goce de sueldo de tal desde hoy, y con la antigüedad del día en que empezare a hacer el servicio" El capitán Ribas Palacios había nacido el 14 de febrero de 1811. Ese mismo día el Libertador, que estaba en Valencia, tituló a José Félix Ribas "El Vencedor de los Tiranos en La Victoria". Ribas deja en La Victoria una pequeña guarnición y luego de enviar auxilios a Bolívar marchó a Caracas para hacerle frente al general español Rosete; llevaba unos 700 hombres. El 6 de julio Bolívar y Ribas derrotan en Antímano a una columna realista y en la noche realizan los patriotas una Junta de Guerra para estudiar la delicada situación en que se encuentran, debido a la cercanía de José Tomás Boves, que viene arrasando con todo, violaciones de mujeres y muerte espantosa de los patriotas. (Es esa horrorosa práctica de los realistas lo que justificó el Decreto de Guerra a Muerte que Bolívar puso en vigencia en Trujillo el 15 de junio de 1813) Esta Junta de Guerra decide la emigración de la población de Caracas, y es así como el 7 de julio de 1814 más de 20.000 personas marcharon a Oriente en la esperanza de salvarse de Boves.

Derrotados los patriotas en Aragua de Barcelona pierden la cohesión, la disciplina y hasta la esperanza de llevar a feliz término su objetivo. En Cumaná Mariño convoca a una reunión y poco se dispuso a partir a Güiria y las tropas al mando de Ribas salieran para Cariaco. En una confrontación desigual entre patriotas y realistas, Ribas es capturado en compañía de un sobrino y de un criado. El lugar donde se encontraba Ribas al mando de unos pocos hombres esperando refuerzos, fue informado a los realistas por un esclavo de nombre Concepción González, una vez preso José Félix Ribas se ordena su muerte el 31 de Enero de 1815 y luego de múltiples maltratos es asesinado, el salvajismo de los realistas es tan extremado, que la cabeza de Ribas frita en aceite fue enviada a Caracas y colocada en la Puerta de Caracas. El hombre que delató al general José Félix Ribas, "vencedor de los tiranos de La Victoria", había huido e introducido en las montañas cercanas a la población y desaparece por largos años, hasta comienzos de la Guerra Federal, 20/01/1859–24/04/63, cuando ya viejo una guerrilla del General Zamora lo encuentra. El jefe del grupo al reconocer su nombre dice: "¡Ah caráa Concepción, ya vamos a arreglar el asunto del General Ribas!" y ordena a su gente sea ahorcado colgado de una rama de un samán.



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José M. Ameliach N.


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