Sentir Bolivariano

11,12 y 13 de abril: 14 años de victoria

El 11 de abril de 2002, la burguesía contrarrevolucionaria, aliada del imperialismo norteamericano, intentó interrumpir el proceso de liberación nacional que emprendió el pueblo venezolano con Hugo Chávez a la cabeza, hace 17 años.

Valiéndose de un pequeñísimo grupo de traidores infiltrados en las Fuerzas Armadas y amparados en el poder de maniobra del empresariado, que en aquel momento como hoy pretendió hundir nuestra economía, los enemigos de Chávez, los enemigos del pueblo, se aventuraron a un golpe de Estado de carácter fascista, con el apoyo de los grandes medios de comunicación privados.

Pero tras la ofensiva contrarrevolucionaria que nos sorprendió a todos, y terminó con el presidente Chávez hecho prisionero, el 12 y 13 de abril se produjo una auténtica rebelión popular, protagonizada por el movimiento cívico militar bolivariano que en cuestión de horas barrió la tiranía fascista tutelada desde Washington, que tenía por objetivo retomar el control de nuestra industria petrolera y echar por tierra el proyecto social de la Revolución.

En aquel momento, la respuesta de las masas populares fue espontánea y asombró a la historia: es la primera vez en el mundo que pueblo y fuerza armada unidos, en menos de 48 horas, detienen una contrarrevolución de derecha en una contraofensiva pacífica y sin enfrentamientos armados para restituir el hilo constitucional y el Estado de derecho y de justicia.

Aún tenemos mucho que aprender de aquel abril. En esa coyuntura trascendental, donde estaba en juego la paz y la estabilidad de la nación, el pueblo salió a las calles y exigió dirección y participación en la toma de decisiones en una circunstancia definitoria para el futuro destino del país: si triunfaba el golpe, retornaríamos a la represión, al colonialismo, al saqueo de nuestro petróleo, a la miseria, a la humillación, a la exclusión, que estábamos encaminados a superar. Si derrotábamos a los golpistas, nos esperaba la paz y el futuro.

Fue sin dudas una rebelión impulsada en primer lugar, por la profunda conexión espiritual entre el pueblo y su líder Hugo Chávez; pero también era evidente, su carácter nacionalista, patriótico, anticapitalista y antiimperialista. Esa rebelión fue la eclosión de un siglo de luchas sociales, de reivindicaciones populares que se estaban alcanzando y que, ese día, el pueblo sintió la amenaza real de perder.

Se cumplen casi tres lustros de esa heroica gesta. Hoy, los enemigos del pueblo, la burguesía parasitaria, el empresariado especulador, continúan, como en aquel abril de 2002, junto al imperio, saboteando y conspirando para que la Revolución Bolivariana caiga.

La escalada golpista nacional e internacional, aumenta en el campo mediático, político, económico, contra el Gobierno Bolivariano, y el pueblo continúa demostrando que está decidido a mantener la paz, la democracia y la justicia social.

Hace 14 años, los sectores populares, la gran mayoría del pueblo trabajador, reagrupaba fuerzas, se movilizaba; salió sin miedo a las calles pese a la existencia de funcionarios policiales y mercenarios que estaban con el golpe y dispararon a mansalva ocasionado numerosas muertes; a pesar del brutal cerco informativo que impedía el contacto con los dirigentes.

El 12 de abril el pueblo se convirtió en la principal fuerza motora contra la guerra no convencional que nos está haciendo el imperialismo desde hace dos décadas, desde que insuió el Huracán Bolivariano. El pueblo venezolano empuñó la bandera de su propia liberación en el Siglo XXI.

Después de ese abril, y es un mensaje que aun no logra entender la oposición venezolana porque jamás ha podido entender a este pueblo, porque sus raíces no están aquí sino en el extranjero, nunca más aquí podrá gobernar una élite de poder político que obedezca a intereses distintos a los de la clase trabajadora y las mayorías de los sectores populares. Esos días afianzaron y acrisolaron el carácter socialista de este proceso de liberación nacional.

Por ello, pese a los intentos de la derecha, el pueblo no cae en provocaciones y rechaza la violencia. Lo que aquí suceda lo decidirá el pueblo, no nos cabe ninguna duda. No permitiremos la injerencia imperialista que busca embarcarnos en una aventura fratricida. Ese pueblo que hace 14 años dio una lección al mundo de cómo la unidad cívico-militar puede derrotar al fascismo para no dejarse arrebatar la Patria, es el mismo que hoy continúa en resistencia defendiendo nuestra independencia y nuestra soberanía.

Es nuestro deber, quienes por circunstancias históricas ocupamos un sitio de dirección en el Gobierno Bolivariano y en el proceso revolucionario, continuar en la búsqueda de lograr la calidad política y la eficiencia revolucionaria en la praxis diaria. Debemos trascender de lo emocional a lo científico; terminar de convertir ese liderazgo espiritual de Chávez en una dirección científica y colectiva, para encaminarnos hacia la dirección estratégica que necesita la Revolución en esta coyuntura.

El enemigo se muestra cada vez más vulnerable y desarticulado. Tuvieron la oportunidad el 6 de diciembre, al obtener la mayoría circunstancial en la Asamblea Nacional, de convertirse en una oposición seria y verdaderamente democrática. Pero a tan sólo cuatro meses de su pírrica victoria, lejos de fortalecer nuestra democracia, continúan apostando al golpe y la violencia; ponen en riesgo la estabilidad del país al tratar de imponer una Ley de amnesia criminal que violenta los principios de nuestra Constitución, que atenta contra el Estado de derecho y de justicia social porque abre las puertas a la impunidad; tratan de arrebatarle al pueblo las conquistas obtenidas en revolución, como el derecho a la vivienda digna, con leyes privatizadoras de la propiedad social y familiar. No han aportado nada al debate para superar la emergencia económica. Esa parte del pueblo, que el 6D no fue a votar, e incluso algunos de los que siempre los han acompañado, sigue dándose cuenta de la verdadera realidad del país; por ejemplo, de las consecuencias de la guerra económica inducida.

La Hoja de ruta anunciada por la Mesa de la ultraderecha, ya huele a derrota. ¿Dónde está el pueblo movilizado para apoyarlos?.

La gran mayoría sigue esperando que la Revolución esté a la altura y responda. No defraudaremos esa esperanza, sabremos estar a la altura de Chávez y responder al pueblo buscando científicamente la manera de garantizar la paz y el desarrollo económico que garanticen la consolidación del Socialismo Bolivariano. Esa no es tarea sólo del Gobierno Bolivariano, sino también del Poder Popular y de la vanguardia revolucionaria. Para seguir avanzando, debemos de una vez por todas, superar el ciclo del golpismo amparado desde el Norte. Reunificar las fuerzas, repolitizar y repolarizar al pueblo, hacia la consecución de la hegemonía popular, hacia la construcción del Estado Comunal.

Las fuerzas patrióticas debemos mantenernos más unidas que nunca para poder combatir y derrotar cualquier intento del fascismo de echar por tierra los logros de la Revolución Bolivariana. Las lecciones de abril nos obligan a crear nuevas oportunidades de victoria, generando y organizando nuevas formas de lucha.

Derrotamos dos golpes

Es necesario también recordar que esta semana, no sólo se cumplen 14 años del golpe derrotado del 11 abril 2002, sino también 3 años del intento de golpe del 14 de abril de 2013. Uno contra Chávez, otro contra Maduro. En ambas ocasiones, la unidad cívico militar logró aplastar al fascismo. Hoy más que nunca debemos estar comprometidos con la Patria y con la Paz, actuando en unidad monolítica: pueblo organizado y pueblo uniformado en alianza, con el pensamiento y la acción del Comandante Chávez como guía fundamental.

Estamos mejor preparados que hace 14 años, que hace 2 años, para enfrentar cualquier amenaza venga de donde venga; tenemos mayor conciencia de lo que está en juego: la vida misma de Venezuela como nación; la vida misma del pueblo.

Y aquí es bueno hacer un paréntesis. A la oposición de manera desalmada, no le importa destruir al país con tal de "salir de Maduro". Es vergonzosa, por ejemplo, la actuación de la dirigencia contrarrevolucionaria con la delicada situación del Sistema Eléctrico Nacional, a causa de los efectos del cambio climático. La derecha apuesta y celebra la posibilidad de un colapso eléctrico, para responsabilizar al Gobierno Bolivariano de la sequía que afecta a la región producto del fenómeno El Niño. Pero no sólo ya van entrando las lluvias, sino que además el plan de emergencia y de ahorro de energía ha dado resultados satisfactorios. No habrá ninguna crisis insalvable, en este ni en ningún aspecto, porque lo más importante, el pueblo está consciente y se ha sumado a la campaña de disminución del consumo. Este es un ejemplo claro, del nivel de preparación y madurez que tenemos en la actualidad. Porque además, citando a Albert Einstein, "…la creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a si mismo…".

No permitiremos de ninguna manera, como no lo permitimos ni en 2002, ni en 2013, que la derecha fascista, que la burguesía mercenaria y apátrida, que el empresariado lobista de la Casa Blanca, nos arrebaten los logros que hemos conseguido en este proyecto socialista, bolivariano, chavista y antiimperialista. No han podido ni podrán con nosotros, porque nos mueve, como decía Chávez, el infinito amor por la Patria, por la Vida, por la Humanidad. ¡Venceremos!

Todo 11 siempre tendrá su 13 en la patria de Bolívar. ¡Todo golpe fascista tendrá siempre su contragolpe revolucionario! ¡Honor eterno a nuestro bravo pueblo y a nuestros soldados patriotas!

¡Viva Chávez!

¡Viva Maduro!

¡Viva el Movimiento cívico militar bolivariano!

¡Venceremos!


Barinas, domingo 10 de abril de 2016.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2790 veces.



Adán Chávez Frías


Visite el perfil de Adán Chávez Frías para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: