La fórmula político-histórica de la Revolución Bolivariana y Chavista presenta en la actualidad, una gran fortaleza en cuanto a su naturaleza y espíritu; a pesar de la coyuntura económica que atravesamos. Sólo observemos los diversos momentos existentes en la relación de fuerzas positivas y antagónicas existentes.
Comencemos con la relación de las fuerzas sociales, estrechamente consustanciada con la naturaleza objetiva de la Revolución con sus Misiones y Grandes Misiones, las cuales han generado una profunda transformación material de las condiciones de vida de la mayoría del pueblo venezolano. Tal relación nos permite afirmar categóricamente, sobre el alto grado de realismo y practicidad de la doctrina del Libertador Simón Bolívar y del pensamiento del Comandante Supremo Hugo Chávez.
Luego está la relación de las fuerzas políticas en las bases populares que aún mantienen una mínima organización y un alto grado de conciencia; como los consejos comunales y las comunas, además de los recientemente creados bloques estadales y colectivos locales de los Consejos Presidenciales del Poder Popular, entre otras formas asociativas guiadas por los valores de mutua cooperación y solidaridad.
Sin embargo, observamos un grupo antagónico meramente económico que vulnera tales valores: los bachaqueros, movidos por el espíritu mercantilista; a quienes no dudamos impondrán las fuerzas políticas populares, su hegemonía ideológica con ética y moral, contando con el apoyo del Estado-Nación para su máxima expansión. Sin olvidar a otro grupo antagónico dominando la Asamblea Nacional; carente de una fuerza política social suficiente para derrocar a la Revolución.
En cuanto a la relación de las fuerzas internacionales, la mayoría de los gobiernos de la Región apoyan a la Revolución; sumándose organizaciones como el Alba, Petro-Caribe, Unasur y Mercosur, así como los países no alineados, Rusia y China, entre otros. Mientras la relación que es decisiva para favorecer a la Revolución, es la de las fuerzas militares; donde la FANB evidencia una indoblegable posición político-militar de apego a la Constitución y de independencia y soberanía ante las amenazas del imperialismo estadounidense.
