Dieterich el nuevo contrabando ideológico del capitalismo contemporáneo

Cada cierto tiempo el capitalismo busca en su saco sociológico, nuevos intelectuales formados en sus universidades privadas o públicas, para que le sirvan de muro de contención, a la vigencia del marxismo leninismo. Las escuelas sociológicas alemanas y norteamericanas han sido las más prolíficas a la hora de crear teorías antimarxistas; a finales del siglo XX y comienzos del XXI, las universidades de Frankfurt y Bremen aportaron dos filósofos, que en un principio tuvieron gran acogida en el seno de la izquierda europea y latinoamericana. Se trata de Herbert Marcuse y de Heinz Dieterich: el primero, ideólogo del Mayo Francés del ´68 y el segundo del socialismo del siglo XXI.

Todos conocemos el fracaso estruendoso del mayo francés y los perjuicios que le trajo a la revolución mundial; el joven líder francés terminó en brazos del capitalismo, al refugiarse en la Alemania. Todo movimiento revolucionario que parta de premisas falsas, tiene un fracaso asegurado porque le dá al capitalismo las herramientas para que acabe con ellos. Por eso, los gobiernos de las Siete Hermanas se gastan mucho dinero financiando teorías antimarxistas.

¿Qué parte del Marxismo le produce dolores de cabeza a los gobiernos norteamericanos, indudablemente que la referida a la Ley del Valor de Uso y el Valor de Cambio, que desemboca en la plusvalía, como generadora de la acumulación de capital. Es por eso, que Heinz centra su teoría en la conocida Rosa de Peter que debe su nombre al parecido que tiene la infografía con una rosa abierta y que tiene por esencia el principio de un trabajo activo y otro pasivo, medido en tiempo y no en la compra de la fuerza de trabajo, por parte del patrono.

Sobre esta base, Heinz quiere pasar de contrabando un socialismo, que tiene un espantoso tufillo a socialdemocracia pura y en la cual cabemos todos, siempre y cuando, unos vendan su fuerza de trabajo y otros la disfruten. Este principio del sociólogo alemán lo compró Chávez allá por el año 2007 y sólo le colocó un poquito de cristianismo, bolivarianismo y una onza de marxismo adulterado, por aquello de que el socialismo de Marx era muy obsoleto, como si Marx hubiese creado un partido político y no un materialismo histórico, que deriva en leyes aún vigentes, para abordar cualquier revolución que quiera ser triunfante.

 

En la actualidad, Heinz se peleó con el chavismo, pero no porque hubiesen diferencias ideológicas, sino por razones "bolivarianas". Hoy, la situación es que el imperialismo, utilizando sus inmensos recursos financieros, y su democracia burguesa y parlamentaria, piensa que el mandado está hecho, y que es sólo cuestión de meses, para que sus payasos, entren a tambor batiente, en el palacio de Miraflores, poco le importa a Obama, si el arlequín es Allup o Borges, ambos se torcieron hace mucho tiempo y son gente de fiar para el FMI, porque los corifeos del cambio, ya están pidiendo a gritos, no más tomate en las puertas del parlamento, pónganse de acuerdo para vender al país.

El gobierno y sus ministros renovados creen que la teoría Heinziana es todavía válida, si se le pone un poquito de salsa de soya -Made in China-. Por supuesto, que los del Polo Patriótico le "cargan el chuco al PSUV, en materia económica y por ese camino, el fascismo agrupado MUD—USA tiene las de ganar, si es que los partidarios del proceso de liberación nacional no se sacuden a los que hoy dirigen ese proceso, creyendo que luna es pan de horno, porque la ven redonda. Heinz le ha hecho mucho daño a la revolución venezolana y lo último que se le ha ocurrido es un pacto militar, para terminar su nefasta tarea antivenezolana.

La escuela de Bremen a la cual pertenece Heinz cumplió su tarea de frenar los movimientos revolucionarios en América Latina. Por ahora, siempre terminamos nuestros trabajos periodísticos, proponiendo algunas salidas. En primer lugar, dar la pelea, en el terreno que más le duele a la burguesía, quitándole el dinero de la banca, por medios estatales revolucionarios, nacionalizando el comercio exterior, cerrando el grifo de los dólares a la burguesía corrupta y sus carnales, que siguen enchufados en el gobierno y una última cosa, cesar el pago de la deuda externa hasta el 2021 y con ese dinero crear una infraestructura económica, que garantice la soberanía económica, en buena medida. Pero ésto lo veo más difícil que subir un corzo de nalga, como dicen los llaneros del alto llano barinés.



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Omar Rivero Torrealba

Periodista. Escritor. Fundador de la Asociación Venezolana de Periodistas en Lara.

 riverotorrealbaomar@gmail.com

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