Bolívar y Chávez, el nuevo gabinete económico, la economía cultural y el Circo

Elsy Rojas nos hizo pensar en el valor simbólico de los cuadros de Bolívar y Chávez que quitaron de la Asamblea Nacional. Creo que fue un acto de justicia divina que se les hizo a estos símbolos venerables (de justicia y humanidad, y de socialismo). Los caminos a la verdad son torcidos, podríamos decir. Fue la intolerancia y la histeria de un diputado de la derecha quién reconoció que estos héroes no los representa, que no representan a la Asamblea en su espíritu. Una lección divina, para el bloque de la Patria, que se erige digno de usarlos, porque consideran que simbolizan al espíritu de sus acatos. Pero ahora las mujeres y hombres que componen el bloque chavista de la Asamblea ahora deben ganarse el derecho moral de ser hijos dignos de Bolívar y Chávez peleando por salvar a la revolución socialista y no por los retratos que solo encarnan a sus espíritus. En cierta torcida forma ellos ayudaron a bajar los símbolos de nuestros héroes del Palacio, porque son corresponsables de esta derrota política devenida en electoral.

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El gabinete productivo del gobierno de Maduro lo conforma un equipo imposible de conciliar. El joven Luis Salas, Ministro de Economía Productiva, muestra ideas bastante coherentes comparadas con los disparates de Menéndez y todas las improvisaciones reactivas más la inercia, generadas por los ministros que ahora salen, que son los mismos que entran: la vaina es como un juego. Luego está Miguel Pérez Abad, cabeza de playa de la derecha en el desgobierno de Maduro y a su lado una Ministra de economía urbana ¡!. Y Jesús Farías, conspicuo representante del reformismo, del llamado "capitalismo social". La despolítica y el pragmatismo vencerá, ya verán

¿Alguno cree que este grupo pueda domar las fuerzas capitalistas nacionales o al imperio? ¿Alguien cree que este equipo vario pinto pueda funcionar bajo la dirección de Luis Salas? ¡Pobre muchacho!, no basta las buenas intenciones... Lo van a quemar rapidito poniéndolo en el medio del asador de un desgobierno, timorato, soberbio, sin liderazgo claro, reactivo. ¡Tanto tiempo para conformar un gobierno nuevo a imagen y semejanza del viejo! Es como un chiste malo.

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Sin embargo hay detalles novedosos en él, si así se puede llamar la impudicia del nuevo ministro de la Cultura, cuando declara a la prensa que ve a la Cultura como "economía cultural" como un "motor" para que "aporte recursos" al país. Su intención semiculta (o semioculta) es de sumarse al equipo económico productivo del gobierno. Si no fuera trágico daría risa. En una revolución socialista, el ministerio de la cultura produciendo renta, riquezas, pero no intelectual o espiritual, política, sino plata, dinero, bolívares fuertes o dólares.

Pero el Ministro Luis Salas le podría dar algunas ideas a este señor Freddy Ñáñez, podría asignarle unas tareas importantes a cumplir en ese Ministerio. Por ejemplo, la de desmontar el discurso capitalista que desvirtúa el sentido de la realidad. Algo de eso habló en sus propuestas, por ejemplo, de la inflación:

"La inflación no existe en la vida real, esto es, cuando una persona va a un local y se encuentra con que los precios han aumentado, no está en presencia de una "inflación". En realidad, lo que tiene al frente es justamente eso: un aumento de los precios, problema del cual la inflación en cuanto teoría y sentido común dominante se presenta como la única explicación posible, cuando en verdad es tan solo una y no la mejor. Se presenta como la única posible porque es la explicación del sector dominante de la economía, en razón de la cual se la impone al resto".

¿Será que el presidente Maduro se equivocó al nombrar a Ñanez ministro de la Cultura? ¿No será Luis Salas el más indicado para ser Ministro de Cultura, para desmontar la Cultura Capitalista del "sentido común" de la gente? Porque al joven Ñañez solo se le viene a la cabeza hacer "negocios capitalistas" con ella.

En la revolución socialista un Ministerio de Cultura (como todos los demás Ministros y dirigentes, pero en especial el de Cultura) debería tener como tarea fundamental desmontar el sistema simbólico y los códigos semánticos del capitalismo. Generar un lenguaje que defina y describa la nueva sociedad que queremos, los nuevos valores, al tiempo que se desmonta el sistema lingüístico y simbólico instalado en nuestras mentes por el capitalismo. Para eso está el estudio. Cualquier actividad cultural debería estar sometida al conocimiento, al estudio, a la investigación insistiendo en el carácter revolucionario socialista, en su signo liberador, del yugo de la mercancía, del fetiche de la mercancía y en general de todos los valores capitalistas. Un Ministro de Cultura, que se dice en el centro de una revolución socialista, distrayendo a la población de los esfuerzos revolucionarios, que no crea conciencia, conciencia social, la conciencia del deber social; o mercantilizando a los hacedores de cultura y a los espacios culturales, sirve a los intereses del capitalismo: así de sencillo.

No hay nada que resuma mejor al "espíritu de rectificación" que tienen los anuncios del presidente que las declaraciones del joven ministro de "economía cultural", digo, de Cultura, Fredy Ñañez.

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Y por supuesto, nada tienen que ver los cuadros de Bolívar y de Chávez con la "economía cultural", pero tampoco con la Asamblea Nacional, por eso considero que es mejor que los dos permanezcan fuera de ese Circo vergonzoso, el cual se lo deberían endosar al nuevo Ministro de la Cultura, para que pueda cobrar entradas.

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Héctor Baíz

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