La Tecla Fértil

La izquierda prosigue con sus críticas, cambien el semblante

La izquierda venezolana refleja un espectáculo, cuando vemos a hermanos destruirse entre sí desde las raíces de un sentimiento común: el Proyecto Bolivariano. Hay que ir a los análisis etnográficos para interpretar el carácter físico de la revolución y sus integrantes, un grupo de hombres que nunca asumieron con propiedad su derecho de defender la patria con propiedad y descalabraron a Cantv, Corpoelec, Sanidad y Comunicación. El desvío de los recursos administrativos fue inmoral en estas dependencias oficiales.

Levantamos nuestras miradas hacia el Cáucaso, Armenia y China desconociendo nuestras tierras y modos de producción. Las identidades territoriales partieron desde el mismo punto de partida y el viejo imperio otománico se nos acercó ofreciéndonos su vida guerrera y política, pero el pueblo venezolano pensaba otras cosas, sobretodo tenía hambre. La IV República tenía los almacenes abiertos de alimentos, pero nadie ganaba lo suficiente para mantener una familia o comprar una residencia.

El lenguaje y la comunicación con Jehová son dos factores de importancia vital y la raza primitiva desde la familia punalúa y sindiásmica convergieron en una emigración incontrolada se vinieron a nuestro territorio, invadiendo tierras fértiles y ocuparon las riberas de afluentes de aguas con sus tarantines de cartón, trayendo consigo la esperanza de obtener una cédula de identidad, luego que el Saime les otorgó identidad, cuando fue necesario, sufragaron contra Maduro, Chávez Zamora y Bolívar. Simplemente constituyeron otro modelo de Caballos de Troya en nuestro país.

La traición se hizo presente, ahora hay que cambiar de estructura económica, el izquierdismo rompió- como siempre- con los esquemas de lucha y poder popular y se trajo consigo la inmoralidad de la gendarmería pública y política, dañando las simientes del Estado.

La izquierda venezolana siempre ha arrastrado a sus dirigentes a un punto de lucha, jamás a un enclave de desarrollo, con el fanatismo y una mala comunicación siempre la unidad ideológica estará quebrantada y los devotos solo sirven para llenar una plenaria, nunca para asumir una decisión política.

Necesita la izquierda una nueva teoría que abarque las creencias religiosas y los conceptos políticos, al igual que los protestantes son ágiles para fundamentar Templos con el deseo de anunciar a Jesús, pero, con el interés firme de apoyar a los Estados Unidos en su interés intervencionista por medio del sionismo.

La izquierda venezolana está en pañales, las estrategias pragmáticas funcionalistas agotan el recurso de las teorías ideológicas, debe existir un equipo en esa campaña puntual, contando con una Fuerzas Armadas ávidas, hoy desmoralizadas por el chavismo al expresar en reuniones comunales su falta de ética ante el Estado y el problema de la comida, cuando se sabe que nuestras FANB es un cuerpo de seguridad para ser vigilantes de la territoriedad y fronteras, tienen otras aplicaciones estratégicas.

Simplemente, el presidente Maduro se encuentra acorralado por sus propias fuentes de poder y unos economistas que visten el territorio venezolano, como si fuésemos de la época de Cipriano Castro. El pueblo, busca otras tendencias, ahora asume su protagonismo, escuchen sus latidos y abran su alma a la historia real y no mediática que concibieron para derrotar la estructura americanista occidental.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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