El peligro está latente

La mediática necrofílica internacional, que se fue defraudada el 6D, porque no encontró lo que había prometido en el exterior el lobby de la "patriótica" Mesa de la Unidad Democrática, permanece con los ojos puestos sobe Venezuela, porque pese a la demostración de civismo dada al mundo por el pueblo venezolano, que fue un mentís a la prédica en el exterior de la canalla apátrida, todavía gravita sobre nuestra patria la amenaza de los violentos, que con engaños y toda clase de tretas lograron hacerse del poder legislativo.

El chavismo no salió a llamar a drenar rabias, ni a quemar al país como ha sido tradicional por pate de la derecha cuando pierde una elección. Todo lo contrario el presidente Nicolás Maduro Moros, apenas se levantó de la silla la presidenta del CNE, que anunció los resultados irreversibles salió a reconocer el revés y a llamar a la paz y tranquilidad al pueblo venezolano y a felicitarlo por la cívica jornada. Sin embargo la derecha que no ha entendido el mensaje del pueblo salió a los medios el lunes 7 de diciembre a amenazar y hasta a intentar tomar por asalto instancias de gobierno.

Que no se equivoquen, el chavismo sigue intacto, perdió circunstancialmente unos tres millones de votos de los cuales dos fueron por abstención, pero no ha perdido base. El poder sigue intacto en las bases y quienes emocionalmente castigaron la gestión de gobierno por no entender la realidad, están regresando a las bases y ahora con el sabor amargo del engaño, porque cayeron por inocentes el 6 en vez del 28 de diciembre. La rabia por un engaño, por haber sido tomado como tonto útil, es peor que la de tener que hacer una cola por horas para comprar alimentos.

Quienes bajo la visión inmediatista dieron el voto a la MUD comprando la promesa del cambio y que apenas culminaran los comicios desaparecerían las colas, ya sienten la frustración. Pero será mayor, cuando observen, como después del 5 de enero las colas se acentuarán, porque ahora vienen por el golpe de Estado parlamentario y para justificarlo esgrimirán la misma plana usada para pedirles el voto, que todo es culpa de Nicolás y que no hay tal guerra económica, ni mediática, que tampoco existe el imperio del norte y que el único enemigo es el socialismo que quiere acabar con la empresa privada, que es la que da alimento y trabajo. Ya tienen su Carmona preparado para repetir el abril de 2002. Anótenlo es el mismo plan.

Ese golpe tendrá o no éxito, dependiendo de la lectura, que el gobierno de a este sacudón popular. Ese pueblo que por rabia, por miedo y por inmediatista votó en contra de una gestión; frente al engaño y burla de la MUD, espera del gobierno, un nuevo discurso esperanzador, una conexión de sus líderes con las bases para revertir el traspié dado el 6D.

La revolución tiene una gran ventaja, frente a la MUD. La revolución tiene las bases intactas, mientras que la MUD ganó con votos prestados, cuyos emisores no se van a quemar el pecho defendiéndola y mucho menos ahora que comienzan a ver los colmillos ensangrentados del lobo.

Pero quienes están al frente del gobierno deben corregir errores que han generado desconfianza y han puesto a dudar a quienes no están suficientemente claros, lo cual se reflejó en los resultados electorales. La revolución, tiene que convencer con hechos a sus bases, que los casos de corrupción serán develados y castigados sus autores, que los acaparadores, contrabandistas y hambreadores del pueblo serán castiagdos, que el nepotismo, es una sombra del pasado, que quienes no han cumplido desde sus posiciones de gobierno serán echados del poder, que se rompió la burbuja y que vuelve al contacto directo para empoderar de verdad al pueblo sin burócratas intermediarios.

Solo con una profunda autocrítica y deslastrándose de algunas desviaciones pequeñoburguesas, con un discurso coherente, remozado que devuelva la esperanza al pueblo, podemos conjurar esta entente contra la revolución bolivariana, que no solo afecta a Venezuela sino a la región. Una vuelta a la tortilla en Venezuela devolvería la esperanza a los pueblos bolivarianos del continente. La lealtad del pueblo organizado está intacta, solo necesita una respuesta positiva por parte del gobierno. El espíritu de lucha está fortalecido. No dejemos que se apague esa llama bolivariana.

La humildad, la sabiduría, la unidad y reconciliación, con quienes han discrepado de la línea de gobierno, la conexión de nuevo, pero de verdad, con el poder popular y su empoderamiento es la única garantía de preservar ese capital moral, político y espiritual, que nos legó el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías y que está intacto en las bases. La derecha tiene su plan violento para romper el hilo constitucional y restaurar el capitalismo salvaje con el FMI y el Banco Mundial. Solo el pueblo puede evitar esta criminal acción sin llegar a situaciones lamentables, pero hay que devolverle la esperanza, la confianza con lealtad y transparencia, de lo contrario tenemos que admitir, que el peligro está latente.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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