Sobre el sistema presupuestario de financiamiento

Este es el título de un artículo publicado originalmente en la Revista Nuestra Industria, Reviste Económica; en febrero de 1964. Co el objetivo de profundizar en este tema sobre la economía en Cuba.

Dice el Che, que se intención "es dar una idea clara de su alcance y su metodología". Está oficializado como la "Ley Reguladora del Sistema Presupuestario de financiamiento de las Empresas Estatales. El artículo compara este sistema con el llamado sistema del Cálculo Económico, el cual se basa en la llamada "autogestión financiera". "Por ser una característica fundamental de diferenciación –dice el Che Guevara- y (sobre todo) en la actitud frente al estímulo material, pues sobre esta basa se establece aquella (es decir, la "auto gestión".

Las primeras tentativas de desarrollo de modelos socialistas hechas en el gobierno revolucionario de Chávez se orientan al modelo autogestionario, donde las empresas eran administradas por los obreros (como fue el caso de algunas empresas de Guayana), hasta que, casi que inmediatamente de ser auto administradas se convirtieron en una especie de feudos, los cuales no solo disponían sueldos y el destino comercial de la producción, sino que administraban su renta a voluntad propia. Hasta que el comandante detectó el problema y lo quiso corregir centralizando de nuevo la administración y decidiendo del uso de la renta producida por éstas. Fue aquel momento en el cual le "apagaron la Luz" en un Aló, al presidente, con un acto franco de motín y rebeldía de aquellos obreros agalludos y ambiciosos, los cuales luego sabotearon la producción de sus empresas y casi que las quiebran. Tuvieron que ser intervenidas por el Estado. (Hoy, para corregir la falla, simplemente, las quieren privatizar de nuevo disimuladamente).

Más tarde, por decisión del comandante Chávez se ocuparon empresas como Alimentos Diana, Lácteos Los Andes, y otras, bajo el modelos de "Empresas Socialistas" administradas por el Estado y disponiendo éste de su renta en un "pote común" mediante el cual se hicieron muchas inversiones sociales. El esquema era claro y muy parecido al Sistema presupuestario de financiamiento elaborado por el Che para Cuba. Sin embargo, faltaba por resolver la cuestión de los estímulos materiales.

En el caso de la "auto gestión", el asunto de los estímulos materiales llegó al punto ridículo de estos obreros "propietarios, de "auto aumentarse los sueldos", tanto, que pusieron en riesgo automáticamente la rentabilidad de la empresa. Más o menos, con la misma psicología parásita de los "empresarios" de la cuarta, que siempre contaron con la renta petrolera y Papá Estado para que pagara sus deudas. Y, usando la misma "sicología" sindical (o sindicalista) de "reclamar" una deuda de clase al Estado –como si constituyera este grupito de obreros a los únicos seres explotados en la sociedad-; como si "Estado y obreros", en una verdadera revolución socialista, no tuvieran los mismos intereses de clase, no buscaran el mismo objetivo político.

Bien, es así que el estímulo material se hace de nuevo un problema en el modelo de las "Empresas Socialistas". En las empresas Diana, estimuladas por este sindicalismo sinvergüenza, se intentó paralizar más tarde sus plantas reclamando la misma autonomía que le habían otorgado a las empresas de Guayana, en aquel entonces. Fue cuando el gobierno ocupó de nuevo la administración de la empresa por "cuadros más obedientes" a las decisiones políticas del gobierno central, o sea, a Chávez.

Dice el Che "La explicación de estas diferencias (diferencia entre los estímulos materiales de uno y los estímulos morales del otro) se hace difícil, pues estas son a menudo, oscuras y sutiles… Además el estudio del sistema presupuestario de financiamiento no se ha profundizado lo suficiente como para que la exposición pueda competir con la del Cálculo económico"

El Che, sabiendo que la experiencia del Sistema presupuestario, no se había desarrollado suficientemente, no dejo de creer en él y defenderlo, como el "corazón económico" de la revolución y del socialismo. No en vano, el mismo Chávez, en sus últimas intervenciones públicas, en los gabinetes abiertos; a la gente y a sus ministros, comenzó a hablarles de él, a convidarlos a que estudiaran sus métodos ya puestos en prácticas en Cuba, a que, sobre esa base se comenzara a pensar en cómo corregir la "falla estructural" de lo ocurrido con las empresas en manos del Estado, del llamado estímulo material. Pero murió; lo asesinaron.

Este fue un problema central para el desarrollo de una economía socialista que se pudiera empoderar de la sociedad creando conciencia del deber social. En un comienzo se pensó en los grupos de trabajo voluntario, una idea de trabajo inspirada casi que en la cooperación y solidaridad que nace y se desarrolla en la guerrilla. Donde la conciencia de estar luchando por todos y por toda la sociedad "estimula" al trabajo, lo eleva hasta niveles insospechados, de esfuerzo y sacrificio. Sin embargo, había que producir en gran escala, y para ello solo se contaba con las Empresas socialistas, debilitadas de "egoísmo capitalista". Por eso lo del sistema presupuestario para Chávez fue de primer orden.

Quisiera referirme a algo que leí en uno de los artículos de Toby Valderrama. Al criticar la forma en cómo el gobierno, en esta "coyuntura" electoral, regala cualquier cosa sin pedir ninguna contraprestación a cambio por esas mismas cosas. Se pregunta por qué no se usan estas ventajas sociales y materiales, por cada tableta o computadora, que tiene a bien el gobierno repartir, exigir de los estudiantes más esfuerzo, mejores notas, más estudio, en una especie de reto, de competencia moral y socialista donde se las ganen aquellos que más destaquen. Sobre todo a esta comunidad quienes les toca jugar un papel fundamental en la nueva sociedad socialista. O por que no entregar taxis solo con la condición de que los beneficiarios organicen una gran "Empresa estatal socialista de transporte público" al servicio de toda la sociedad, y no creando "pequeños empresarios", estimulando el egoísmo de muchos mezquinos, que terminarán siendo gracias al capitalismo, y a razón del carácter mercenario, y natural, de su oficio, uno de los sectores más reaccionarios y reticentes a los cambios sociales, socialistas y revolucionarios.

El Sistema presupuestario de financiamiento, una metodología que involucra de lleno la aplicación de los estímulos morales para el trabajo, bajo la visión política de la conciencia de debernos para toda la sociedad y no para el provecho propio, resume en la economía el trabajo para la creación de conciencia socialista del deber social. Pero, este modelo económico que estuvo en boca del comandante Chávez por largo tiempo –para que fuera estudiado, para que fuera incorporado a los modelos de producción del Estado- hoy, algunos destinados a la formación política de la militancia del PSUV, lo consideran "dar un salto al vacío". Como si una revolución socialista verdadera no fuera siempre dar un salto, no al vacío, pero sí a lo desconocido. A aquello que ahora no conocemos ni sabemos de forma definitiva de las sociedades y sus comportamientos sociales, de las reacciones y acciones humanas, del alcance que tiene el espíritu humano. Para eso estamos los revolucionarios, para probar la templanza, el arrojo, la capacidad de solidaridad, el amor humano del individuo por sus semejantes, y de eso se trata la gran empresa de construir una sociedad socialista. No es un salto al vacío, es un salto adelante del hombrecito cobarde y mezquino que llevamos dentro.



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Héctor Baíz

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