Venezuela alacena vacia

 

Es perfectamente aceptado que un país cuya producción no cubra las necesidades básicas alimentarias de su población, está sumido en la gran desventaja de ser vulnerable a cualquier situación, por lo tanto su soberanía está en vilo.

Eso es en buena medida lo que vive hoy Venezuela desde el punto de vista agropecuario, a pesar de contar con significativos y calificados recursos de población rural, tierras aptas para la producción y agrosoporte físico en general de incalculables capacidades y potencialidades, no despega de esta modorra.

Después de la aparición del petróleo, la agricultura venezolana tuvo un revés del que aún no se recupera, pues el modelo económico rentista petrolero sigue prevaleciendo, a pesar de que todos coinciden en la apreciación de su vulnerabilidad y necesidad de cambio, pero como dice el dicho: deseos no preñan.

Ayer 9 de septiembre, sin pena ni gloria por lo menos aquí, se celebró el día internacional de la agricultura, momento que pudo haberse utilizado para hacer una pausa en el camino y analizar las soluciones inmediatas que necesita nuestra agricultura; pero no, siguen los arboles impidiendo ver el bosque y la agricultura como sector estratégico sigue durmiendo en un letargo de "vida vegetal"

El proyecto de la represa Yacambú – Quíbor, en el estado Lara, es un digno ejemplo de la alta deficiencia y desidia de los gobiernos de la IV y V República, es importante que se recuerde y se tenga presente que en 1963 comienza a idearse este proyecto y en 1973 inician las obras civiles; hoy 42 años después, aún no están concluidas las obras, por lo tanto 25 mil hectáreas del valle de Quibor no pueden producir unas 450 mil toneladas de hortalizas y frutas, que hoy estarían en la mesa del venezolano, y otra parte en la exportación; asi mismo Barquisimeto, Cabudare, Quibor y El Tocuyo junto a otras comunidades, no estarían viviendo hoy la inclemencia de la falta de agua y las zonas industriales de Barquisimeto contarían con este vital servicio.

Venezuela tiene varios frentes de innegables posibilidades para la producción agropecuaria: la zona oriental del país, todo el corredor agropecuario de Portuguesa como granero de Venezuela, la zona sur del lago de Maracaibo, el proyecto de desarrollo agrícola de la planicie de Maracaibo que puede incorporar a la producción agrícola nacional unas 21 mil hectáreas, que junto a Yacambú – Quíbor, integrarían el escudo de "soberanía agroalimentaria" que sí representa independencia y tranquilidad.

El Dr. Felipe Gómez Álvarez (+) cuando fue Ministro de Agricultura y Cría, llevó el país al abastecimiento casi total de los rubros bandera Maíz y Arroz, fue un furibundo enemigo de seguir consumiendo trigo, teniendo cultivos tropicales que son nuestros y que aquí se pueden cultivar, por eso se le dio tanta importancia al consumo de la arepa, esas son vivencias que deben retomarse porque significan independencia, soberanía y patria.

Nadie en su sano juicio puede poner en duda el interés del Gobierno Nacional y las Gobernaciones de estado, en impulsar programas agrícolas que reviertan esta perniciosa tendencia a vivir importando y fortaleciendo agriculturas de otros países en detrimento de la nuestra, ya ha pasado en otros tiempos y momentos políticos del país, cuando se vivió la agricultura de puertos y que hoy se repite, es hora de que se defina esta situación para que no siga Venezuela con la alacena vacía.

 



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Juan Alberto Sánchez García


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