Mi 13 de Abril

Quisiera dejar constancia escrita, además compartirla, en torno a la maravillosa experiencia que pude vivir como parte del Pueblo el día 13 de Abril de 2002, no sin antes mencionar algunos amargos detalles momentos previos.

Esa semana me encontraba en Caracas, precisamente en uno de los centros intelectuales donde ser respiraba contrarrevolución de manera explícita, el IESA. Fue un profesor experto en el área de Derecho Laboral, quien, a principios de esa inolvidable semana, quien en un almuerzo - vídeo nos informó que finalmente ya el gobierno no tenía mas salida, y que la caída era inminente, su llegada sudorosa había llenado de suspicacia el ambiente, ¡Muchachos, vengo de PDVSA!... ¡Ya cuadró!.. Palabras mas, palabras menos ese fue el sentido. Nos expresó: En esa reunión estaba CTV y Fedecamaras, y ahora con PDVSA, ahora si, el gobierno no tiene salida alguna. Las compañeras y compañeros casi en su totalidad eran de PDVSA, como yo, y en sus rostros podía ver rostros de alegría, de gozo, de alcanzar un sueño anhelado. Sin embargo luego, producto de los hechos, pude constatar que no era yo solamente el infiltrado en la formación gerencial dada a los profesionales de la meritocratica industria petrolera, un ejemplo de ello es Ower Manrique, quien demostró ser un hermano de lucha, como aun lo somos en esta larga, difícil, contradictoria, pero noble y necesaria Revolución, Ower como yo participaba en ese programa Gerencial.

Así fue como las clases del programa de formación fueron suspendidas, ingenuamente no sabía si regresar o no, las llamadas del personal que se encontraba en el “Area” (1) eran constantes y llenas de terror ante los hechos que inevitablemente se perfilan en el plazo inmediato. En ese contexto de llamadas y re llamadas pidiendo que les explicará la intensidad del conflicto en Caracas, que si en Chuao estaban todo el mundo, que si el ambiente era una atmósfera plena de cantos en contra del “régimen”, los que me llamaban sabían muy bien que todo esto no podía hacer mella en las convicciones que una y otra vez había manifestado, tanto en privado como públicamente, al extremo de emplazar a todo el personal que laboraba conmigo a tener en cuenta la ilegalidad del paro, los fines políticos del mismo y las graves consecuencias económicas y morales a nuestra nación, todos estos argumentos esgrimidos a los que conmigo laboraban y ante el gerente que los conminaba a seguir los dictámenes de la “conciencia”.

Recuerdo la larga conversación que sostuve con mi viejo amigo, Adam Martínez, desde la Av. Nueva Granada hasta Papagayo en Chacaito, pasando por la entrañable “Tierra de Nadie” en la UCV, donde muchachos dimos sendas discusiones en torno al marxismo, al socialismo, el Bolivarismo, en fin en torno a los Sueños Revolucionarios de siempre, eso fue el 9 o 10 de Abril de 2002.

Finalmente en arribo a Anaco, y como la nación entera, seguí los sucesos del 11-A, haciendo saltar el Televisor de canal en canal.

Recuerdo que fue para mí determinante ver al Comandante Chavez la madrugada del 12 A, uniformado, de espalda, con la Boina Roja entrando a un recinto en Fuerte Tiuna; fue agudizar todo, las preguntas obvias: ¿Qué le pasó a mi Comandante? ¿Se entregó? ¿Así como así? ¿Me pudo salir así el gallo? ¡Sin pelear! Si es que el Pueblo, nosotros estamos contigo, ¡vale! … No podía entender nada, y aun no logro entender muchas cosas, pero así se venían dando los hechos.

Si ese momento fue amargo, mas lo fue cuando el nefasto Vásquez Velasco, en Globovisión mostró al País al jefe de la central de cámaras de empresarios, como el Presidente para la Transición ¡¡!!… No pude contener gritarle a la pantalla: ¡Y quien coño eres tú para ponerme un Presidente! ¡Esta vaina es un golpe de Estado! ¡No joda!

Esa madrugada del 12, una vez que estos dos sucesos movieron lo más profundo de mis fibras, y junto a mi, mi esposa, tome una botella, puse música de Ali Primera y, confieso llorar… De rabia, de arrechera, por ver perderse un avance importante, por sentirme impotente, al escuchar tantos y tantos sueños en las letras del cantautor del Pueblo, pude sentir que la lucha debería tomar nuevos rumbos, nuevas fases, intuía que algo debía gestarse, sabía que lo que vendría seria muy difícil de manejar, pero que nos debíamos jugar el resto, sin sacrificar los cuadros debíamos elaborar los próximos pasos, en tamaño retroceso se estaba gestándose la nueva fase de la Revolución Bolivariana, todas las circunstancias nos decían que nos debíamos preparar para lo que era un hecho, prepararnos para asumir la nueva e inesperada Fase, en cualquier terreno.

Abrir los ojos aquel 12 A, además del natural dolor de cabeza, me causo el deseo de enterarme de que todo había sido una trágica pesadilla, pero poco duró esa esperanza, era todo una realidad, al Gobierno lo habían tumbado. Recuerdo a Radio Caracol como una luz de información veraz, pero duro poco, el hoy “aliado” ¿? Cisneros (2) ejecutó la orden de silenciar uno de los canales de radio transmitidos por Directv (3), Radio Caracol, no estoy seguro si fue el mismo 12 o el 13 que definitivamente sale del aire, pero lo mismo da. Se puede considerar el 12 A como un día de silencio total. ¿En PDVSA? ¡Que vergüenza! Por supuesto, que ni me asomo por las inmediaciones de las oficinas, pero la información suministrada da fe de la algarabía, de la rumba armada en las oficinas, producto de poder ver a uno de las figuras “mediaticamente” idolatradas como lo fue Edgar Paredes anunciar la sana conducción de le empresa hacia el deber ser meritocratico y que, entre otras cosas, se anunciaba el corte definitivo de suministro de petróleo de Cuba. Ese nefasto día, la cara del fascismo dio rienda suelta a sus ansias de cobrar con intereses el avance del pensamiento progresista, del colectivismo o de cualquier intento de ver y mucho menos intentar crear un Mundo Diferente, eso era un acto total y absolutamente intolerable, la factura estuvo siendo pasada y televisada con ánimos de crear terror y así desmovilización al Bravo Pueblo Venezolano.

Día 13 de Abril de 2002: Creo que este día marcó nuestra alma con un sello de infinita gallardía y entereza, el Pueblo de La República Bolivariana de Venezuela entró en defensa de lo que había logrado: La Esperanza de ver un Gobierno Bolivariano y Revolucionario hacer un Nuevo País.

Momentos de tensión, indecisión, ¿qué hacer? Visitas a viejos y veteranos cuadros, incluso ex guerrilleros en busca de alguna luz de acción, pero de acción inmediata, la acción mediata de acuerdo a los acontecimientos estaba clara, pero en este momento, ¿qué hacer? Junto a un amigo y camarada, visitamos una a una las casas, en algunas estaban enterrando toda figura del presidente, enterrando todo lo concerniente a los Círculos Bolivarianos, en fin, como decían ellos mismos: ¡Limpiando Camarada!

A eso de las 2 p.m., decido salir a Caracas, efectúo unas llamadas a mi hermano que reside en la capital y exclama: ¡Estas loco! ¡Quédate! Acá lo que se escucha es “tableteo”, esto se complica, hermano quédese por allá a salvo. No le hago caso.

Al amigo que me acompañaba, le pido opinión y expresa estar de acuerdo conmigo en ir, el total y absoluto silencio hacia que uno se sintiera muy mal. Las llamadas de todo el país eran interminables, los teléfonos celulares se convirtieron de una sola vez en el medio alternativo, por allí pude enterarme también que en Maracay la gente se estaba agrupando y acumulando fuerzas.

Antes de llegar a la Población de San Mateo, se me ocurre llamar a Edgar Hernandez Behrends, primera llamada que le hacia desde siempre, recuerdo claramente expresarle: Edgar ¡Amarillo!.. Hermano, coño, ¿entonces? ¿¿Nos vamos a dejar robar esta vaina?? ¿Así de fácil? Supe que Baduel en Maracay esta reuniendo gente para luchar, pues me voy para allá, al menos un Fal deben darme para hacer algo, ¡¡hermano!!… Edgar me emplazó a detener mi viaje, al precisar que se trataba de un coterráneo… No vayas, Caracas esta sitiada, eso es una locura; tranquilo esto no esta perdido y esta siendo revertido, tranquilízate.

Pensativo, sigo conduciendo hacia Caracas. En silencio volteo hacia el amigo que me acompañaba, y pense en su familia y en la posibilidad de que ambos muriéramos. Quien era yo para someterlo a semejante peligro, freno y le explico lo digo por Edgar. Doy la vuelta y emprendemos camino rumbo a Anaco.

Nuevamente el silencio, la incertidumbre, la ansiedad de saber y, sobre todo, de hacer… 500 metros quizás fueron muchos los que rodamos, le expreso: ¡Coño chico! ¿Y nos vamos a regresar? Estoy seguro que se va a dar algo, y somos mas útiles por esos lares, ¿qué dices? Es sumamente peligroso y nos jugamos la vida, ¿Qué hacemos? Yo digo que le echemos bolas. ¿Y tú? Claramente recuerdo sus palabras, lo que decidas lo asumo, ese amigo era Silvio Fontana. Dimos media vuelta a la camioneta y tomamos rumbo a Caracas el día 13 de Abril en la tarde.


(1) Denominación dada en el argot de PDVSA a las áreas operacionales, las cuales se encuentran en el interior de la República.
(2) Empresario dueño de medios de comunicación, parte del circulo amistoso de la Familia Bush. Un magnate global de las comunicaciones.
(3) Empresa del TV Satelital.



El viaje desde Anaco a Caracas el día 13 de Abril de 2002 estuvo lleno de hechos y anécdotas mediante las cuales se podía ir perfilando lo que vendría, esto por la vía de las acciones colectivas de un Pueblo.

Criticas a como se había juramentado un dictador frente a un vulgar papel, como quitaron el cuadro de Bolívar, ¿temerían a la espada del Bolívar en óleo del Salón Ayacucho?, desconocieron todo un Estado de Derecho, una Constitución, las persecuciones que habían dado a Blanco La Cruz, Tarek Williams, Rodríguez Chacín, entre otros; y al pueblo llano que conformaban los diferentes frentes de organización social como los Círculos Bolivarianos, fueron algunos temas de conversación… La ansiedad de estar allá, de ver que realmente estaba pasando en cada kilometro recorrido era mayor.

El Pueblo empezaba a olfatear que la única salida era la Rebelión Popular, así pude ver como era democratizada, por la vía de los hechos, el suministro del contenido de un camión de refrescos en Clarines, estaba siendo distribuido gratuitamente por la misma comunidad. Este hecho que algunos pudieran catalogarlo de “vandálico”, como un robo a la propiedad privada, no podía tener la más mínima comparación con el asalto al poder que estaba dando la Clase Dominante. De veras que la sabiduría popular se empezaba a manifestar y el mensaje que empezaba a dar estaba claro: Me despojas del Poder Político y vamos a vernos la cara de frente mediante la Rebelión Popular como arma de lucha colectiva. Esa fue la lectura que pudimos darle de inmediato a estas acciones. La alegría hizo un pequeño asomo en mi ser.

Definitivamente fue el celular el medio alternativo de mayor efectividad en esos momentos, las llamadas recibidas y efectuadas fueron incontables, rumores, verdades, hechos relevantes, paja, simples preguntas, en fin, busca ansiosa de una luz, una esperanza ante la dura y cruel realidad.

Pude escuchar detonaciones en las cercanías de Barlovento, la policía del estado arremetía a plomo limpio contra unas personas, pense que era algo similar a lo del camión de refresco, jamas lo supimos; la Policía actuando en mantener o “restablecer” el orden, el stablishment (¿Orden por re - imponerse?), es decir, la reinstalación de la “gobernabilidad burguesa”, en su forma mas conservadora: Pueblo contra Pueblo.

Fue en Caucagua donde finalmente puedo constatar que los hechos no están por desbordarse, sino es que ya están desbordados; fue allí que supe que no podíamos seguir por la vía Guarenas - Caracas, y que debíamos tomar la vía de los Valles de Tuy, todos recordamos el papel de la combativa Guarenas el 27 y 28F, al no poder hacer uso de la autopista, me dije: ¡Esto esta que arde!

Fue en alguna zona en los alrededores de Charallave donde puedo sonar la corneta, al principio las personas lo hacían algo tímidas, pero cada vez que nos aproximábamos a la Autopista Regional del Centro los cornetazos iban tomando mas fuerza, se podía palpar como el pueblo sé venia expresando cada vez con mayor énfasis. En el camino, el mismo cerco mediatico de la TV, se repetía en la Radio, salvo unas emisoras comunitarias, y una de Fe y Alegría daban información veraz.

¡Que espectáculo constituyó la Autopista del Centro! ¡Que muchedumbre! De veras que era una caravana sin cabeza, ni fin, sencillamente infinita. Cornetas, saludos, pitas, consignas, cualquier manifestación de fuerza y convicción revolucionaria se podía ver. A esas alturas, uno de los aspectos más increíbles de lo que fui testigo presencial, fue ver como un autobús de esos largos (tipo escolar, pero de uso colectivo) donde no cabría ni una aguja, full, pero full mas que full, algunas personas optaron por ir ¡en el techo! ¡Sí en el techo! Iban agarrados a la especie de claraboya que tienen en el techo.

La verdad es que no recuerdo haber disfrutado de una cola en mi vida, salvo esa. La alegría que sentía que fuese mas y más larga era infinita. Las personas en la orilla de la vía nos gritaban consignas, a todos les mostraba mi constitución y gritaba: ¡Esta vaina se respeta! … Alguien se me acercó y forcejeó para quitármela, lo mas que pudo fue darle un sonoro beso y gritar: Esta niña hay que cuidarla. Cuanta sabiduría había en esas sencillas y concretas palabras.

El desvió por Los Valles de Tuy conllevó varias cosas, el espectáculo de ver y transitar La Regional del Centro, y pasar nada menos y nada mas que por Fuerte Tiuna. Ya en el ambiente se respiraba alegría, uno se veía impregnado de esa felicidad sin siquiera conocer que estaba pasando en detalle.

Paso buscando a mi amigo, Adam Martínez, con quien conversamos pasando por la UCV, y así mismo por mi hermano Ares. Así nos fuimos a la meta: PALACIO DE MIRAFLORES.

Ares Di Fazio, Adam Martínez, Silvio Fontana y mi persona emprendimos la ruta al Palacio de Miraflores. Quien podía creer que tomar la decisión de viajar a Caracas en pleno 13 de Abril, hubiese sido un hecho determinante en profundizar, consolidar y constatar que el carácter de la Revolución es netamente Popular, no solo tener el supuesto conocimiento que da el análisis de los hechos de la historia reciente, no, no por ello, sino por estar en el pleno sitio de los acontecimientos y ejerciendo lo que somos: PUEBLO.

Tomamos lo poco que pudimos de la Av. Urdaneta y en alguna parte de La Candelaria debo dejar la camioneta y emprender la caminata a Palacio. Eran alrededor de las 8:00 p.m.

En el camino recuerdo, con mucho énfasis, que una persona indignada tomo una botella y la estrello, con fuerza, en la acera, gritando su ira contra Carmona y sus secuaces, temí, en ese instante, que lo que parecía mucha alegría podría tornarse en un abrir y cerrar de ojos en un verdadero caos con el saldo de muchas muertes, y un sueño perdido. ¡Que equivocado estaba! Gratamente pude presenciar como la persona que arrojó la botella se vio rodeada por quien sabe cuantos, me sume a ellos, y entre todos le gritamos: ¡No a la violencia! ¡No a la violencia! ¡No a la violencia! Una y mil veces, su cara de arrepentimiento no la puedo describir, pero creo que de allí saldría a acostarse, o al menos no le quedo mas ganas de generar actos de violencia. ¿Por qué se rechazaba la violencia? Existía un sentir colectivo que las cosas cambiarían para bien y en corto plazo, nadie lo había anunciado, pero la violencia ya no era necesaria. Sin embargo, la espera apenas comenzaba.

Los hechos resaltantes que se dieron todos lo sabemos muy bien, pero más bien me deseo detener en esas pequeñas cosas que tuvieron como saldo en mí la profundización absoluta en la conciencia que este proceso de transformación, es de carácter Revolucionario y es absolutamente Popular en su esencia.

Frente al Palacio de Miraflores.

Consignas como “si el pueblo no se arrecha lo mata la derecha”, “Peña de día gol-pista de noche transformista”, y tantas otras, ¡ah! Y la infaltable: “El Pueblo unido, Jamás será vencido”. Era un ambiente de hermandad, de confraternidad, de alegría, de gozo.

Sobre un camión que estaba en la calle del Hotel Ausonia, al lado de Palacio, colocaron un improvisado vídeo proyector, y pusieron a través de una TV de antena de bigote a señal de Venezolana de Televisión. Sentí como dos sucesos hacían que la alegría siguiera colmando el ambiente, que ya se respiraba jubilo, estos fueron: La Cadena, que más que el mensaje de la misma, fue aquella lucecita, ¿recuerdas? Que iba de lado a lado la pantalla de la TV, y la música de fondo.. Y comenzaba: El Ministerio de... Solo de recordarlo se me hace un nudo en la garganta, si me piden una descripción: Les diría, y me disculpen, pero fue: Arrechisimo. Sobre todo a sabiendas que no se pudo escuchar al que vino luego, ni recuerdo quien fue, si Aristóbulo o Diosdado, en fin, no era lo importante, lo importante era sentir como mandamos al mismísimo carajo a la Cadena que nos habían puesto el 12 A, cambiando todo el esquema, y que se tenia bien planeada ¡¿la recuerdan? ¿Con la que se da el Carmonazo en cadena nacional?... Gritos, consignas, recuerdo a mujeres y hombres pasarse las manos por el rostro limpiando las lagrimas que brotaban de alegría. El 2do. Evento que pudimos ver en esa improvisada pantalla gigante, fue la juramentación de Diosdado como Presidente, era la retoma del poder, sin embargo, los gritos de: ¡Ojo que eres presi, pero mientras llega el propio! ¡Diosdado Dios te bendiga! ¡Cuídale el coroto mientras llega el Líder!... Los comentarios que se hacían estaban centrados en ese contexto, pero lo obvio y gratificante era el símbolo de la retoma del Poder por parte del Movimiento Revolucionario y Bolivariano. Por esa pantalla pudimos vibrar con todo el pueblo de Venezuela.

Los muchachos de la Guardia de Honor iban y venían, atendían al Pueblo tal y como se los había enseñado el Presidente, la mayoría de los viajes para buscar agua.

Gritar una y otra vez consignas hacían que las gargantas se secaran, y por ende la sed era algo común, una anécdota ilustra elementos fundamentales dignos a ser analizados con la distancia del tiempo, un grupo de personas que luego supimos eran de Barlovento, tenían un botellón de esos de dos litros de agua, su contenido estaba tan frió que la botella estaba “sudada”, es decir toda una tentación en medio de la sed, los muchachos de la Guardia de Honor no podían satisfacer la necesidad de tantos. Y fue mi amigo Adam, quien le expresa: Compatriota, ¿me da un trago de agua? ¡Cómo no Camarada!... Así Adam se empina la botella de agua ante la vista de Silvio, Ares y la mía. ¡Pues no! El amigo como que quería tomársela toda, no se despegaba. Al ver el nutrido grupo, y la necesidad de disponer del agua, le expreso con firmeza: ¿Entonces? Le vas a tomar toda el agua a los amigos vale!??? No termine de decir esto cuando el corpulento Barloventeño me señala, hermano ese hombre tiene sed, esta acá y siendo así, es mi hermano de lucha, si se la toma toda pues será así, ya buscaremos mas (palabras mas, palabras menos). ¡Que palabras más sabias! Esta respuesta daría material suficiente para un foro, fue aleccionador y de una gran profundidad revolucionaria, daba constancia del altísimo grado de compromiso del pueblo y del sentido de unidad por encima de todas las circunstancias, en ese momento era una botella de agua, pero si los sucesos así lo disponían podría ser una transfusión de sangre, o la ultima arma para un encuentro, o quizás morir como señuelo para el avance de los demás, no exageró, pude leerlo en los ojos y en la expresión del Barloventeño.

El ondear de la bandera de nuestro gallardo País, el leer en ese lugar aquella carta que comienza con Turiamo, 13 de Abril, recuerdo el tenerla en mis manos. Indescriptible las emociones que suscita el hecho de poder leerla en ese escenario.

Hubo un momento que género llantos y gritos de alegría en su máxima expresión, fue cuando cuatro helicópteros súper pumas sobrevolaron la Av. Urdaneta, indudablemente que ver aquel rió de gente desbordada debía sellar un compromiso del líder, en el aire, y ese pueblo, allí estábamos nosotros, muchos ofreciendo lo único que podían ofrecer: LA VIDA. La señal al Imperio era inequívoca, acá estamos y ofrendamos nuestras vidas de ser necesario para recuperar este sueño de Patria Nueva ¡Viva la Revolución!

Vi llorar a una niña, confieso que recordarla me hace poner los ojos “aguaitos”, tendría unos 8 años, era ya la madrugada del 14, y esa niña la pude ver arrodillada con los brazos extendidos hacia el helicóptero y gritar: ¡Chávez! Y quien sabe cuantas cosas más. Esa escena jamás desaparecerá de mi mente como fuente inagotable de Energía Revolucionaria, esa criatura tiene su futuro en nuestras manos, ¡No la defraudemos¡ ¡Coño!

Una anciana, ya el Presidente se dirigía al país, sin exagerar la doñita tendría unos 80 años, su piel arrugadita, sus ojos llenos de ese encanto especial que tienen las ancianas, de sabiduría, de ternura, de esa mágica sensación de calor humano que es difícil expresar con palabras, verla me hizo preocuparme por la hora, altísimas horas de la madrugada, me le acerco y le pregunto: Mi Doñita, ¿desde que hora ha estado acá? Hijito, estoy desde mediodía acá en Miraflores, esperando por mi Presidente. Le expreso: Pero mire la hora, con ¿quien anda?, expresa: Sola, hijo, sola. Y no cree que es hora de ir a descansar un poco, ya el hombre esta donde tiene que estar, y me dice, jamás podré olvidarlo, si, YA PUSE a mi Presidente donde tiene que estar. Ella, a su edad, con su acción me había expresado con tanta sencillez y candidez lo que muchos retóricos jamás podrían expresar, y los que tantos y tantos burócratas jamás entenderán. Ella era expresión genuina, máxima, excelsa y sobre todo imponente de un Proceso Revolucionario: Era Protagonista de la Historia, era la propia historia haciéndose.

Recuerdo a Elías Jaua sobre un camión 350 al frente de Palacio, también recuerdo que estuvimos al frente del balcón del Pueblo, por insistencia de Silvio, creí que era imposible, pero cuando nos percatamos estuvimos justo al frente del balcón del pueblo. Mi hermano, Ares, me indico que había “una válvula” de agua, y fuimos, en el camino unas personas en grupo se veían muy cansadas, les pregunte, ¿de donde vienen? Junto a Salmeron nos vinimos de Los Teques, y les dije, y nosotros de ¡Anaco!, a lo cual increpó: De los Teques, si, pero ¡caminando! Nos abrazamos.

Todos los hechos daban constancia de un hecho concreto: Lo que sucede en este País, es una Revolución y eso no lo cambiaron ni lo cambiaran con golpes, abuso y manipulación mediática, ni con amenazas, ni siquiera con una intervención directa por parte del Imperio, de ello PUEDEN ESTAR TOTAL Y ABSOLUTAMENTE SEGUROS.

Emprendimos el retorno, no eran aun las 5 a.m. del día 14 A, dejamos a mi Hermano Ares, a Adam y nos fuimos Silvio y Yo rumbo a Anaco, se cumplían más de 24 horas sin dormir. Que gratificante regreso, una sensación de ¡Misión Cumplida!

Comentarios a redbolivariana2042@yahoo.com /

visite: www.geocities.com/danydifazio


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