Agricultura sin rumbo

La aparición del petróleo en el escenario venezolano, trajo como consecuencia el comienzo del declive de su  economía agrícola floreciente y rica, no solo para el consumo nacional sino en la conquista de mercados internacionales, con el café y el cacao como los rubros bandera que le dieron visibilidad y reconocimiento a Venezuela en el mundo.

El petróleo le cambió no solo la fisonomía económica al país, sino que fue más allá produciendo mutaciones en la mentalidad de su gente, se creyó y se sigue creyendo que un país por ser petrolero, tiene la suficiente fuerza económica para vivir importando los alimentos que su población demanda, por eso no ha sido obra de la casualidad que casi todos los gobiernos que Venezuela ha tenido a la aparición del petróleo, muy poco presupuesto anual le han dedicado a su agricultura, siendo el gobierno de Marcos Evangelista Pérez  Jiménez el único  que sostenidamente le dedicó el 11 por ciento del presupuesto nacional a la agricultura por más de 8 años.

No ha valido el esfuerzo que un puñado de venezolanos empeñados en hacer de la agricultura la columna vertebral de su independencia económica lo hayan logrado; esfuerzos que se pueden ver traducidos en las escuelas de ingeniería agronómica y medicina veterinaria que eficientemente se crearon en el país y que han sido referencia por su calidad y excelencia no solo nacional sino internacional, unido a la cadena de centros de investigación agropecuaria que se irrigaron estratégicamente en el país de acuerdo a la vocación agropecuaria, junto a los centros de recría, llegando a tener excelentes estaciones experimentales en diferentes rubros con personal científico y técnico que estuvieron a la altura de los grandes centros internacionales, intercambiando saberes, conocimientos y experiencias prácticas.

Mas sin embargo, todo ese esfuerzo no ha concretado la independencia agroalimentaria con la que tanto ha soñado Venezuela y sobre la que se ha puesto empeño y tesón, porque el modelo económico rentista y dependiente del petróleo ha creído siempre que es más barato y cómodo exportar petróleo e importar la comida del pueblo, sin percatarse de la vulnerabilidad que ello representa y que hoy tiene la más genuina demostración de cuan equivocada esta esa estrategia.

Venezuela ha venido en forma paulatina y sostenida perdiendo espacios y oportunidades de hacer de la agricultura otro motor económico de insoslayable soberanía, a pesar de contar con cuantiosos y valiosos recursos humanos y materiales, para hacer de la agricultura un sector económico próspero y generador de bienestar y prosperidad.

La tarea sigue pendiente, el sector agrícola continua trastabillando sin un horizonte claro de su destino, el ensayo y error forman ya parte cotidiana de la agenda de trabajo de quienes regentan el país; mientras tanto, se siguen perdiendo las oportunidades y la esperanza en dignificar al sector primario de la economía que solo necesita reglas claras y apoyo oficial, para demostrar que sí es posible producir, generar riqueza y aportar al PIB nacional como debe ser.

¿Qué está pasándole entonces a la agricultura venezolana? ¿Quién puede explicar la drástica reducción de la superficie sembrada de los diferentes cultivos? ¿Por qué si el Estado maneja el 84 por ciento de la cadena comercializadora de café, hay dificultades para encontrar “el negrito” en los anaqueles? ¿Y por qué  Venezuela pasó de ser exportador de café y formar parte de la Organización Internacional del Café, a ser importador? ¿Por qué no se encuentra la leche pasteurizada y los derivados lácteos en suficiente cantidad y diversidad si el Estado maneja el 64 por ciento de la cadena láctea? ¿Por qué hay dificultades de almacenamiento si el Estado es propietario del 70 por ciento de los silos del país? ¿Qué cambio sustancial se logró con la expropiación de agroisleña para convertirla como muchos agricultores de las montañas andinas la llaman ahora: agronada, porque poco o nada de insumos encuentran? ¿Por qué de importar en promedio unos dos mil millones de dólares en productos agrícolas, el país ha batido record con 8 mil millones de dólares de importaciones agrícolas en los últimos tiempos, haciendo con ello crecer la agricultura de otros países en detrimento de la nuestra?

Aquí esta otra tarea pendiente del presidente Nicolás Maduro, para producir un verdadero sacudón agropecuario y hacer que florezcan los campos venezolanos, que aparezcan los insumos básicos para producir comida, que desaparezca la agricultura de puertos y que se retome la tarea titánica de poner a producir las tierras que el desaparecido J.J. Montilla, tanto estudió y demostró que el país posee: 7 millones de hectáreas agrícolas, 9 millones mixtas, 18 millones para el desarrollo pecuario y 19.5 millones para los cultivos forestales.

Esta debe ser la nueva apuesta al país, si se quiere generar tranquilidad y sosiego al pueblo a la hora de buscar alimentos y poder encontrarlos en abundancia y calidad, y no como hoy sucede con esta agricultura sin rumbo.

04/06/15

humogria@gmail.com



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Juan Alberto Sánchez García


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