El crucifijo de Leopoldo López

Hoy bien temprano, por no decir de madrugada, como el que no quiere la
cosa, pero le intriga el momento de sucesión televisiva, me conseguí
con el canal de CNN en pantalla y, me distrajo oportunamente el
personaje que estaba en ese momento recreando a la audiencia con una
cara de martir que a mí en particular sin ser de la oposición me dio
lástima y creí ver un santo de la iglesia católica en penitencia audaz
con una mirada perdida de desprecio sin rosario en la mano, pero aún
así, él hablaba con una calma que me encogió el alma y pensé así
tienen que ser los líderes de mi Patria carajo, hombres sin doblés,
hombres que van de frente y dan la cara sin vergüenza ninguna, hombres
oportunos que aman este país y Leopoldo en ese momento era lo que no
es ni será con una faz de hambre de la oposición escasa, pero Leopoldo
era quien estirado de fortaleza se defendía y defendía su causa como
un yo no fui olvidadizo retardado que estaba justificando su huelga de
hambre razonable.


El odio que escondía frente a las cámaras lo puso a valer y quien sabe
si hizo llorar a alguien y como buena distracción a sus ideas y
palabras tan concisas en alguna parte frente a una cárcel no más de
quince personas gritaban con gestos de oprimidos por la libertad que
no tienen, pero con el corazón henchido de valor se esforzaban por
demostrar lo contrario a lo que no están acostumbrados a tolerar y,
sin razón atraviesan corazones y marchitan flores y es que María
Corina -entre ellos- se lucía con un afán de lidereza que la oposición
no debe de perderla de cerca, ni de vista y quizás también creí ver a
otros dignos personajes que no reconocí por ser tan poco conocedor de
políticos oportunos de les leatad, a lo mejor estaba, Lilian Tintori,
la esposa de Leopoldo y quizás la del dirigente Daniel Ceballos,
porque de Ceballos se trataba, el dirigente que transformó a San
Cristóbal en un estado peligroso sin “cometer delito” alguno que por
poco arrasan con Venezuela y ahora resulta que por cambiarlo de cárcel
le violaron sus derechos humanos, razón más que suficiente para
alborotar el momento.


Pero en sí con franqueza palpable les aseguro que Leopoldo López me
agitó los tuétanos de la terquedad y me puso a sudar de emoción cuando
forraba sus palabras de furia sumisa que con su Cristo en el medio del
pecho sobre una franela blanca, lo blanqueban de sindéresis recreativa
que CNN sabía que jugaba con la paciencia de un pueblo que sufre y
padece y todo por culpa del gobierno que mantiene a esos grandes
políticos presos y él con una mirada frenética de pasión invadida
consolaba y desconsolaba a quien inoportunamente no lo conoce y batía
las puertas del alma de par en par con una lastimosa y bien concertada
situación que en huelga de hambre lo mantiene hasta que todo cambie y
el país en particular como son sus todopoderosos y emocionantes deseos
se encamine a su suerte.


No es nada fácil describir con palabras coherentes el momento que me
hizo vivir, Leopoldo López, con su barba de malcriado que no escondió
nunca, aunque divague en su retórica tertularia nada envolvente y,
cualquiera de la oposición y del chavismo le crea que, a decir verdad
esos líderes en desvandada que más bien asustan cuando hablan y cuando
se está en huelga de hambre lo mejor es callar y Leopoldo López quedó
para cargar un crucifijo del perdón que no consigue y CNN sigue a la
carga, tratando de levantar muertos insepultos que los disfrazan muy
bien y aún así...no convencen a nadie.



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Esteban Rojas


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