La decadencia es amplia en el sentido definitorio de la obsolescencia, porque envuelve la estructura orgánica del sistema y su filosofía originaria, su pensamiento creador, ideas y doctrinas. Decadencia esta, que define en el caso del capitalismo, el resquebrajamiento, desmoronamiento de la estructura económica como principal soporte tangible y motivacional de los adeptos a este sistema. Debido a que la acumulación, explotación y dilapidación de los recursos no pueden ser infinitas; o se agotan o sus usuarios reclaman su cuota de participación equitativa para ellos y las generaciones futuras. Allí se cumple con la etapa final de la decadencia de un sistema, que viene a ser el nacimiento de un nuevo estado de cosas que en su momento será afectado por la entropía y también tendrá su decantamiento en la decadencia.
Es por ello que no nos puede impresionar el uso de la mentira y la calumnia de parte de los órganos y representantes del sistema que va de salida, que está moribundo pero como es obvio, se niega a morir. Esa actitud de hacerse de la mentira para ocultar sus debilidades, fracasos, desaciertos y traspiés es un indicio ineludible que estamos frente a la jornada final del capitalismo, que debemos enfrentar con la dignidad, la verdad y la profundización del socialismo de estos siglos venideros. Estamos ante la desesperación del que se sabe derrotado, no por el adversario, sino por el mismo, el capitalismo ha sido el padre del egoísmo, la depravación, el derroche, el gasto en necesidades virtuales, creación de riquezas a partir de la enfermedad, comercio de armas, pare usted de contar. Es un sistema del cual estamos decididos a salir primero por razones humanitarias, luego por razones morales e históricas. Somos hombres y mujeres con estirpe de libertadores (as).
Por supuesto que en nuestras filas se han colado traidores, confundidos con nuestra razón de ser y hacer; pero rápidamente van saliendo, van cayendo. No pueden ni podrán ser estoicos y valientes como lo reclama esta empresa; existen cualidades que jamás podrán ni siquiera entender, son personas incapaces de amar verdaderamente a sus semejantes, mucho menos inmolarse por ellos. Somos constructores ellos son destructores, somos educadores ellos son aberrados, somos amor ellos odio, somos vida ellos decadencia.
Viviremos y venceremos…
