Conciencia del peligro

En el instante en que el imperialismo asoma su sombra destructora tras las tinieblas de las ambiciones que buscan las riquezas de nuestro pueblo. La frase que reclama, vacila pero logra vencer con energía la interrupción para proseguir:

—… dónde está la unidad…

La conciencia de que la institucionalidad venezolana confronta, actualmente, un verdadero peligro, crea la necesidad impostergable de defender a costa de la vida si es necesario la fórmula de la constitucionalidad.

La terrible incomprensión se extiende amenazante sobre la vida institucional venezolana. La democracia es sí el disfrute de la libertad pero no la infelicidad del contrario; ambos tienen derecho a sus beneficios; tampoco es el de infundir el sentimiento del miedo para amedrantar la timidez colectiva, es la decisión de defender consciente y valientemente, el postulado del pueblo en que reside la solución de sus problemas.

Por eso la democracia es interrogación constante, preocupación por la vida civil y política, afán de libertad y de justicia, engrandecimiento de la Patria, en una palabra lo que constituye el rostro de Venezuela cuando mira a sus hijos para estimularlos a luchar contra el fatalismo que siempre ha impedido llegar a la reconciliación nacional.

El arte de gobernar en los cuatro signos sacramentales de parlamentario, ejecutivo, judicial y electoral, ha sido compelido a medida del crecimiento de las poblaciones y del encuentro y pugnacidad de las ideas sociales y políticas que lejos de comprenderse, se han erigido en zonas irreductibles en que surge de lado y lado la barricada y se corea el clamor de las multitudes exasperadas.

De un modo insensato la política se adueñó de las mayores energías de la colectividad y surgieron las intransigencias y sectarismos hasta anular la buena voluntad del pueblo, y se ha perfeccionado en la trastienda la conspiración financiera. Los que se consideraron afectados por las reformas escondieron sus recursos monetarios; los que presumieron los inconvenientes, convirtieron sus fortunas en divisas y las ocultaron en el extranjero; los teorizantes, sin embargo, continuaron creyendo que sus novedades serían una realidad con el sólo hecho de enunciarlas y agravaron las circunstancias al escoger el apresurado camino de las innovaciones en el orden económico y con sus imprudencias colmaron la medida con la legislación relativa a las inversiones extranjeras, alquileres e impuestos en general.

Esperamos que se pongan en práctica los principios difundidos acerca de la cultura nacional, que se mantenga vigente la paz en el comercio, que los beneficios de la explotación petrolera se canalicen hacia el mejoramiento del pueblo en general; que no impere una política de puertas cerradas, que se entienda el poder de las relaciones públicas; que se facilite el desenvolvimiento del capital interno y externo; que se elimine la violencia y se permita la evolución normal del pueblo; que se apacigüe la lucha política al ennoblecer sus objetivos; que cobre altura la opinión y se abandonen las pequeñeces; que actué la oposición, y que los derechos individuales tengan el sentido que les consagra la Constitución Bolivariana.

Ése es un clamor que se deja oír por todas partes, Nicolás Maduro tiene derecho a gobernar de acuerdo con los principios y directrices que conforman su gestión. En otra forma, jamás se comprendería si pudo cumplir los compromisos al sustituir las ideas socialistas por las capitalistas. Pero la unidad existe en base a los conceptos y de la concordia, y jamás está vinculada a la oposición, dentro de los mismos cuadros de la administración.

—La experiencia que sufra y sienta, se convertirá en la letra escrita que consagra o condena. Hay caminos iluminados para que no caiga en las hondonadas insondables, pues debe sortear los obstáculos al no tratarse de un paisaje de fondo oculto por un telón que se descorre para admirar una representación política, sino de la página más dramática o prometedora de la historia Constitucional de Venezuela.

¡Gringos Go Home! ¡Pa’fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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