¿Para qué sirven los dólares? Sugerimos una multipolaridad dineraria

Elemental: cuando alguien piensa, ve o manipula 1$, casi automáticamente piensa, ve o aspira manipular una mercancía de los EE UU.

Así de alienados hemos sido formados desde que afloró ese estado imperialista, es decir, desde su nacimiento, primero anglosajón y luego yanqui, capitalista y monetarista donde absolutamente todo proceso fabril, comercial y financiero adolece de estar en manos privadas, en individualidades que de perogrullo desconocen los valores de la amistad, de la solidaridad, de la confraternidad y de la igualdad porque, a partir del bodeguero o quincallero más pobre en mercancías, todos los capitalistas son muy pobres en tales valores humanitarios, habida cuenta de que el dinero o los dólares y la solidaridad humana son incompatibles por excelencia.

Defínase el capitalismo como un una lucha constante de cada burgués, de cada proletario, por la sobrevivencia, conservación y ampliación de su mercado personal[1], valga el hincapié, practicada por cada persona, por cada comerciante, porcada fabricante, por cada comprador, por cada trabajador. Las personas de la burguesía, conscientes e inconscientes, y las del proletariado inconsciente no tienen ni conocen la paz humana, así de desesperante e insociable es el capitalismo.

Bien, este mal educado sistema, que sin pedir permiso mete a todos en un mismo saco, es sinónimo de dólar porque precisamente su unidad de mando y control económico es la moneda, el dinero, y en su caso, valga el pleonasmo, el dólar. Digamos que la primera función de los dólares es servir al imperio del capitalismo en el cual todos sus practicantes son imperialistas, unos con mayor protagonismo que otros, pero coprotagonistas al fin de cuentas.

¿Qué hacer y cómo resolver, pues, con semejante problema no sólo dinerario, sino alienante?

Ya alguien ha sugerido por allí que nuestras ventas de crudo y afines bien podrían ser negociadas en otra moneda, con inclusión del Bs.F.; al respecto, estamos casi perfectamente de acuerdo.

Es que la multipolaridad política y económica que viene caracterizando la nueva Política Nacional Bolivariana también podría quedar simétricamente reflejada en nuestras variadas divisas provenientes de nuestro comercio exterior.

Nuestro circulante criollo y nacional, entonces, adquiriría una nueva paridad en función del paquete divisonario que vayamos formando en correspondencia con la estabilidad de nuestras cotidianas ventas.


[1] Las sociedades anónimas son un agregado de sumandos que no se suman porque sencillamente son heterogéneos. No confundamos la suma de los capitales individuales, la de los dólares, con la imposible suma de las personalidades propietarias de esos sumandos dinerarios.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1408 veces.



Manuel C. Martínez


Visite el perfil de Manuel C. Martínez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: