Contra el poder

Argumentos ad hominen ofensivos contra el CNE

¡Calumnia!, ¡calumnia!, siempre algo queda. Famosa sentencia atribuida al periodista y político alemán Joseph Paul Goebbels, quien fuese ministro de Propaganda e Información de Hitler. En el mundo académico recurrir al argumento ad hominen ofensivo es considerado un razonamiento falaz y grosero, pero en el mundo de los medios de comunicación resulta rentable a corto plazo. Se usa en acusaciones periodísticas mediante insinuaciones maliciosas, acusaciones sin prueba alguna que las justifique. En Guayana dos conocidas figuras políticas se fueron a juicio por las acusaciones al ex alcalde de Caroní, independientemente de quien tenía la razón o no, fue un juicio aleccionador para todos, en especial para los periodistas, pues quedó develado como es utilizado el comunicador y como desde las tribunas de los medios la libertad de expresión sirve como coartada para estas prácticas falaces.

Nuevamente el Consejo Nacional Electoral se convierte en la institución más agredida con argumentos ad hominen ofensivos. ¿Por qué?, sin especular las razones políticas, miremos algunos hechos como las denuncias de fraude luego del referéndum presidencial. El ex gobernador del estado Bolívar fue uno de los que denunció el fraude con un débil argumento que mostraba más su ignorancia de las probabilidades estadísticas. No obstante, su derecho a la duda no lo motivaron a sostener la denuncia, ni presentar las pruebas del fraude, simplemente utilizar una falacia demoledora cuyo efecto es de difícil refutación inmediata. ¡Algo queda!.

Vaya que ha quedado, el ataque sistemático contra el CNE continuó, pues en las elecciones a gobernadores, nuevamente el ex gobernador denuncia fraude e incluso a pocas semanas de las elecciones insinúa desconocer los resultados si no resultase ganador. Pues bien, perdió las elecciones, y la gobernación la entrega su secretario de gobierno, pero el ex gobernador jamás recoge sus acusaciones contra el CNE.

Pero a veces resulta difícil detectar el argumento ad hominen ofensivo, ya que es disfrazado de rigor informativo, y evitando así la grosera forma del insulto y la difamación. Cuando un columnista de opinión recurre al famoso “me dijeron de buena fuente”, muchas veces es una cortina para esconder su insinuación maliciosa a través de su opinión. FOX News y CNN son cadenas noticiosas famosas por utilizar este recurso, tan obvio que hasta los articulistas de la provincia apelan a este recurso de periodismo aparentemente correcto. Un ejemplo cercano, fue cuando un columnista apeló al “me dijeron” que el hijo del actual de gobernador de Bolívar hacía turismo con recursos del estado en Italia, sentado cerca del Monte Sacro. El “me dijeron” resultó en ese caso tan solo un chisme, el cual por cierto nunca fue desmentido por su autor.

Esa ilusión de pluralidad de voces que denuncian con el mismo tipo de argumento, se desdibuja cuando se profundiza en la similitud de intereses de quienes apelan a los excesos de la sinrazón. El debate por un nuevo CNE es interesante, lo que resulta curioso es que nuevamente adquieran primeras páginas este tipo de argumentos que provocan un estado de crispación y resentimiento. Un juego peligroso pues, “Los hombres son tan simples y se sujetan en tanto grado a la necesidad, que el que engaña con arte halla siempre gentes que se dejan engañar”, Nicolás Maquiavelo.


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David Javier Medina


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