La responsabilidad de transformar el Estado burgués-liberal

Frente a las diversas coyunturas creadas recientemente por la oposición fascista en Venezuela, los revolucionarios y chavistas tenemos la obligación ética y moral, (si es que somos realmente leales al legado político, ideológico e histórico del comandante Hugo Chávez) de cumplir con la gran responsabilidad de transformar de raíz el Estado burgués-liberal en uno esencialmente popular y participativo, convirtiendo al pueblo organizado y consciente en el eje central de todas sus acciones y decisiones.

Esto es algo en lo que se debe insistir a diario y aun en contra de quienes actualmente ejercen funciones directivas y de gobierno que solo estarían interesados –egoístamente- en obtener su propio provecho sin proponerse en ningún momento en hacer realidad las ideas primordiales de la revolución bolivariana socialista que afirman defender.

Al respecto, hay que decir que esta circunstancia (de mantenerse por más tiempo sin una definición favorable y orientada a la plenitud del protagonismo del poder popular y a esa transformación necesaria del Estado vigente), le estaría dando mayores posibilidades a los enemigos de la revolución bolivariana socialista para que prosigan activando sus planes desestabilizadores, produciendo frustraciones y desencantos entre los sectores populares al no verse reflejados éstos en la conducta reformista de aquellos que se hallan al frente de las diversas instituciones públicas.

Aun así, chavistas y revolucionarios debemos mantener en alto la esperanza y anticipar que todo esto pudiera servir de caldo de cultivo para que se produzca un avance cualitativo de las fuerzas revolucionarias del pueblo venezolano, en el entendido que éste llegue finalmente a comprender cuál es su papel fundamental en todo lo que se refiere a la continuidad y al fortalecimiento de los cambios económicos, políticos, culturales y sociales que ya se han reflejado en la Constitución y demás leyes de la república, además de otros que se mantienen pendientes y que son altamente necesarios para consolidar la revolución en el país.

Lo mismo vale para el caso de la aplicación del Plan de la Patria 2013-2019 que precisa de mejores niveles de formación, de organización y de participación de quienes defendemos el proceso revolucionario socialista. Esto nos permite ser optimistas, sin pecar de idealistas, conscientes del largo y tortuoso camino todavía por recorrer para hacer entonces posible el socialismo revolucionario en Venezuela. Por ello ciframos nuestra confianza en los sectores populares organizados, ya que son ellos quienes conocen a profundidad la problemática que pueda aquejarles y pueden, además, ser parte significativa de su solución. Sólo faltaría que aquellos que dirigen al Estado en sus diferentes modalidades entendieran que sin la participación popular efectiva no se conseguirían jamás los objetivos revolucionarios bolivarianos socialistas y, menos, la construcción de un verdadero Estado comunal.-


Maestro ambulante
¡¡¡Rebelde y Revolucionario itinerante!!!
¡¡¡Hasta la Victoria siempre!!!
¡¡¡Luchar hasta vencer!!!


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Homar Garcés


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