La permanente disputa entre el proyecto popular/nacionalista y el de la burguesía oligopólica, vigente desde la expedición de la Constitución bolivariana de 1999, no va a desaparecer, así hoy se de un escenario de dialogo y paz para sortear el clima de violencia generalizada en los principales centros urbanos de la nación, como resultado de la postura intransigente de las facciones políticas de ultraderecha que presionan, con ayuda Norteamericana, el fin del gobierno de Nicolas Maduro, elegido para el período 2013-2019.
Durante casi 15 años la tensión ha sido la constante y los dos enfoques han coexistido de manera turbulenta. El proyecto chavista cobró forma con diversas iniciativas para reconocer de manera efectiva los derechos humanos fundamentales de millones de ciudadanos, aunque ha sido erosionado y deslegitimado por las formas proliferantes de la corrupción estatal que han servido de sustento a la constitución de una potente clase adinerada, identificada como la boliburgesía, la cual controla enclaves estratégicos del viejo Estado petrolero, mediante el uso de la violencia y el atropello de los trabajadores, como ha sucedido recientemente con huelgas obreras y manifestaciones callejeras de estudiantes y clases medias, opositoras inconformes con las burocracias públicas.
El programa de las élites burguesas ha sido, fundamentalmente, el conjunto de las recetas neoliberales que propenden por la eliminación del Estado y la prevalencia del mercado, de la oferta y la demanda, como mecanismo regulador de la economía y del desarrollo social y político.
Nada del repertorio básico de las dos visiones parece haber sido suspendido. El proyecto popular persiste en sus objetivos, mediante la aplicación del Plan de la Patria para el periodo 2013-2019, que es continuación del Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2013). El Plan de la Patria incluye 5 grandes objetivos centrales: a) Defender, expandir y consolidar el bien más preciado reconquistado después de 200 años: La Independencia Nacional; b) Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar la mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad para el pueblo; c) Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América; d) Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria; y e) Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.
Dicho plan incluye una reforma estructural del Estado para construir el modelo comunal que sustituya las instituciones oligárquicas tradicionales, profundizando la democracia participativa consagrada en la Constitución de 1999. No obstante los importantes avances en la organización de Consejos Comunales y de Comunas, el desmonte del viejo Estado petrolero es muy lento y persisten las redes burocráticas paquidérmicas e ineficientes, caldo de cultivo de la corrupción y el deterioro de las condiciones sociales del pueblo por el desabastecimiento, la inflación, la escasez, la crisis de la industria, la ruina de la agricultura, la mala calidad educativa y el contrabando.
La actual crisis económica, cualquiera que sea su origen, reflejada en las graduales devaluaciones del bolívar, ha derivado en un debilitamiento político del gobierno de NM. Las manifestaciones, protestas y acciones violentas de los grupos opositores han desmejorado la correlación de fuerzas del campo popular y, han fortalecido la capacidad de maniobra de los grupos conservadores y de los poderes globales involucrados en la conspiración contrarevolucionaria.
La difusión de la violencia callejera, con todo lo perversa que es, ha forzado el dialogo y la concertación con los núcleos que reconocen la validez del arreglo constitucional vigente. Se trata de fracciones muy potentes de la estructura socioeconomica, las cuales se han expresado a través del liderazgo del Presidente del grupo empresarial Polar, Lorenzo Mendoza.
Mendoza ha formulado uno conjunto de 12 puntos para resolver la crisis productiva y monetaria. El gobierno y los dirigentes oficiales, en la persona del Vice Presidente Arreaza, han dicho que las estudian e implementan gradualmente.
Los 12 temas se refieren a diversos aspectos como los siguientes.
1. Incrementar la producción nacional para combatir la escasez y las colas. El sector privado debe recibir los insumos y las materias primas en forma oportuna y suficiente. El Estado debe garantizar y crear las condiciones para que esto sea posible
2. Sustituir importaciones públicas y privadas para hacer realidad el "Hecho en Venezuela" y favorecer el ahorro de las divisas del país
3. Revisar la situación real de las empresas estatales y sus niveles de producción
4. Evaluar medidas y acciones que involucren al Estado y al sector privado en la atención de los grupos vulnerables en materia de seguridad alimentaria
5. Asegurar un sistema de acceso a las divisas dinámico, transparente y eficiente que impida la interrupción de la producción
6. Honrar la deuda en divisas que tiene el Estado para que el sector productivo pueda pagarle a los proveedores internacionales y reactivar las líneas de crédito, no sólo para sostener la producción sino además aumentarla
7. Combatir la inflación y la escasez, consecuencia de una intervención del Estado que se ha traducido en congelamientos de precios por tiempos prolongados que han desestimulado la producción nacional. Es urgente un sistema de formación de precios que estimule la producción, para que las familias venezolanas tengan abastecimiento total y a los mejores precios de las marcas que prefieran, como ocurre en Brasil, China y en la gran mayoría de los países
8. Analizar las causas macroeconómicas y microeconómicas de la inflación, como el financiamiento del gasto público con dinero inorgánico
9. Revisar la situación laboral, de manera de acabar con el ausentismo y con la impunidad de personas que asisten a sus puestos de trabajo pero que no cumplen con sus responsabilidades o boicotean el trabajo de sus compañeros. Necesitamos un ambiente laboral productivo que permita generar nuevos empleos y recompensar a quienes hacen bien su trabajo
10. Considerar la implementación de un programa que conecte a la juventud venezolana con el empleo formal y de calidad
11. Garantizar los derechos de propiedad de todos los venezolanos para que quienes inviertan en Venezuela puedan hacerlo con confianza
12. Crear las condiciones para que los productos hechos en Venezuela sean competitivos con el objetivo de estimular las exportaciones no tradicionales y permitirle así al resto del mundo valorar y disfrutar de la calidad de lo "Hecho en Venezuela".
Son dos esquemas, el del gobierno y el de los empresarios, con fuertes líneas divergentes, pero en plan de convivencia en la gestión del Estado que, ha mi juicio, aplazaran la proclamada transición al Socialismo afectando, en el mediano y largo plazo, la conquistas sociales de millones de personas. Lo que hace prever mayor turbulencia en el campo popular.