Astrolabio

Farándula, deporte y fascismo

José Carlos Mariátegui, en uno de sus viajes a Europa quedó sorprendido por el carácter de un movimiento cuyos signos iníciales eran la repetición de una conducta: agresividad verbal, violencia física contra adversarios políticos, irrespeto a normas de convivencia, y un exacerbado nacionalismo. Mariátegui, preocupado escribió un artículo titulado “Biología del fascismo”, y advirtió del peligro del movimiento que se estaba generando en Italia.
Si contemplara el desarrollo de la lucha política que libran algunos sectores de la oposición en Venezuela, José Carlos Maiátegui, volvería a hacer la misma advertencia sobre la peligrosidad de un movimiento político que irrespeta cualquier norma de convivencia, cualquier rastro de respeto y de humanidad hacía el prójimo.

Las protestas pacificas y violentas siempre van a existir, y muchas veces se aplican en circunstancias o coyunturas específicas, en un momento político, pero lo preocupante de la conducta del movimiento que emerge en Venezuela, es la expresión del asco por los legítimos valores de la convivencia entre seres humanos.

Si observamos imágenes como la del joven que con un cinismo demoniaco se mofa e insulta a una angustiada señora, que clama para que la dejen pasar, porque su esposo está enfermo y encerrado en la cola. Las consignas ofensivas y sin contenido político, como la muchacha que dice estar cansada de meterse el celular en la vagina, los llamamientos al asesinato, la brutalidad para destruir bienes públicos, la ofensa en un avión contra Roque Valero, las agresiones físicas y verbales contra cualquier ciudadano.

Si a todas las acciones anteriores que configuran claramente un cuadro de de intolerancia fascista, se le agrega el desprecio que la mayoría de los manifestantes expresan por todos los políticos, incluyendo a los líderes opositores que son nombrados como excusa para los desmanes, se ve con claridad la gravedad de la situación.

Este movimiento que afortunadamente no representa más del 5% de la población del país, y que tiene un repudio general que ronda el 82%, conformado en su mayoría jóvenes desclasados, enfermos de lo que Bianco denomina la infofrenia, es el embrión del fascismo contemporáneo que pulula como mosca en la desgastada Europa, a consecuencia de la grave crisis del modelo de expoliación capitalista, y que ha sido extrapolado a nuestro país por los ideólogos de las corporaciones económicas, propietarios y dueños de algunos artistas, deportistas, y medios de comunicación.

Hoy muchos artistas y deportistas sin un conocimiento real de la situación, y algunos de ellos engañados por las imágenes, otros burlados en su inocencia y buena fe, se solidarizan con las atrocidades de un grupo de bandoleros. Sin comprender que pueden estar abrazando la causa más horrible y vergonzosa que ha conocido la humanidad: la del fascismo. Mariátegui, cuando escribió su advertencia dijo claramente “No soy un espectador indiferente del drama humano. Soy, por el contrario, un hombre con una filiación y una fe”, nosotros también debemos tener fe en la organización de nuestro pueblo, en su conciencia para derrotar a la bazofia fascista





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Luis Figuera


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